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Mostrando entradas de enero, 2013

Rima LXI / Gustavo Adolfo Bécquer.

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Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano tienda próximo a expirar buscando una mano amiga, ¿quién la estrechará? Cuando la muerte vidrie [1] de mis ojos el cristal, mis párpados aún abiertos, ¿quién los cerrará? Cuando la campana suene (si suena en mi funeral), una oración al oírla, ¿quién murmurará? Cuando mis pálidos restos oprima la tierra ya, sobre la olvidada fosa. ¿quién vendrá a llorar? ¿Quién en fin al otro día, cuando el sol vuelva a brillar, de que pasé por el mundo, ¿quién se acordará? Estructura externa. Se trata de un poema formado por seis coplas; por tanto los versos se agrupan de cuatro en cuatro. Miden ocho sílabas, octosílabos de arte menor, excepto el último verso de cada estrofa que es un hexasílabo. La rima es asonante en los pares quedando libres los impares. El ritmo es trocaico al caer el acento estrófico en sílaba impar. Encontramo

Comentario de texto de un fragmento de la Égloga I. Garcilaso de la Vega

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Égloga [1] I .  Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad [2] y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba. ¡Ay, cuánto me engañaba! ¡Ay, cuán diferente era y cuán de otra manera lo que en tu falso pecho se escondía! Bien claro con su voz me lo decía la siniestra corneja [3] , repitiendo la desventura mía. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ¡Cuántas veces, durmiendo en la floresta [4] , (reputándolo yo por desvarío [5] ) vi mi mal entre sueños, desdichado! Soñaba que en el tiempo del estío llevaba, por pasar allí la siesta, a beber en el Tajo mi ganado; y después de llegado, sin saber de cuál arte, por desusada parte y por nuevo camino el agua se iba; ardiendo yo con la calor estiva, el curso enajenado iba siguiendo del agua fugitiva. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Tu dulce habla ¿en c