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Mostrando entradas de enero, 2011

¡FUN! ¡FUN! ¡FUN!...

Veinticuatro de diciembre, ¡FUN! ¡FUN! ¡FUN!... Sé que la canción no es así, pero las Navidades empiezan ahí. El día de Noche Buena no comienza por la noche, sino a las cuatro de la tarde con mi madre con el delantal puesto y de peluquería, haciendo la cena, por lo que ese día nos conformamos con comer una pizza del Carrefour, porque no nos deja ni merendar. Este año nos ha tocado hacerlo en nuestra casa, porque somos los que más sillas tenemos. A las siete de la tarde comienzan a venir los familiares. Mis tíos traen a mi abuelo en zapatillas, -que ya ni le calzan en los días especiales-, esas zapatillas que solo las pueden calzar los que son del Inserso, y por último llega mi tío con una piña, que, claro, somos veinte y mi hermano mayor le dijo que a dónde va el espabilado, que cómo no la sorteáramos, nada. Lo peor de esta Noche Buena es que me ha tocado el taburete y la pata de la mesa; además, desde mi posición poco estratégica, no llegaba ni a los langostinos ni al

Verbo, el jefe.

(Los personajes de esta narración son las palabras de la oración) Un importante empresario, Verbo, era jefe de varias empresas, y su misión era muy dura, pues siempre tenía que indicar cómo habían de funcionar todos sus trabajadores. En sus empresas había buenos empleados: adverbios, sustantivos, adjetivos… Los adjetivos siempre decían que era majo, pero muy duro como jefe.  Los adverbios estaban de acuerdo con los adjetivos, y recalcaban además  que era muy simpático. El papel que cumplían los sustantivos y pronombres siempre estaba cubierto, pues cuando le fallaba un sustantivo estaba presente un pronombre, y cuando le fallaba un pronombre, estaba el sustantivo. Una de las empresas de Verbo estuvo a punto de ser cerrada porque los pronombres quisieron destacar y sustituir siempre a los sustantivos, no solo cuando era necesario. Se pusieron a realizar su trabajo más el de los sustantivos, lo que llevó a que las tareas resultaran redundantes, ya que ambos desempeñaban la misma

Divertidas fiestas navideñas.

Desde hace varios años en España se celebran las Navidades con cenas, comidas, regalos, villancicos… Cuando llegan esas fechas todo el mundo está nervioso; pero yo no veo por qué. Son unas fechas para estar feliz, disfrutar de los días junto a tu familia y amigos; además son las fechas para despedir un año y dar la bienvenida a otro nuevo y mejor. Muchas familias se reúnen en  Noche Buena, Navidad, Noche Vieja, Año Nuevo y Reyes. Una de esas familias que se junta es la mía. Nos reunimos todas las fiestas, pero la mejor es la del 31 de diciembre. Esa noche cenamos en casa de mi abuela materna ya que la casa es enorme y hay sitio para todos. Mi madre, mi tía y yo solemos ir antes para ayudar en los preparativos. El menú es un paté exquisito, un pudding de cabracho que sabe como si estuvieras comiendo una tarta, langostinos, embutido, rabas y carne o pescado, depende de la persona. Mi tío y mi padre siempre eligen carne porque es solomillo, pero siempre se pelean para que no se lo cocine

Tema 2. El sintagma nominal.

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