[…]MICAELA.—(Digna y pesarosa.) Bien
está. Cuando yo digo que ésta es una casa de locos... Irse a San Sebastián esta
noche, justamente esta noche, que toca ladrones... (Dando un enorme suspiro.)
¡En fin! Por fortuna, vigilo yo y vigilan Caín y Abel (Por los perros.), que si
no estuviéramos aquí nosotros tres, no sé lo que sería de todos... (Se va por
el primero derecha, llevándose a remolque a los dos perros.)
LEONCIO.—(Estupefacto.) ¿Quién es ésa?
FERMÍN.—La hermana mayor del señor.
LEONCIO.—¿Y qué es eso de que esta noche
toca ladrones?
FERMÍN.—Pues que se empeña en que vienen
ladrones todos los sábados. Está más perturbada aún que el señor; es un decir.
De día no sale nunca de su cuarto y ésta es la que colecciona búhos. Tal como
usted la ve, con los perros a la rastra, se pasará toda la noche en claro, del
jardín a la casa y de la casa al jardín.
LEONCIO.—Pues habría que oírles a los
perros si supieran hablar.
FERMÍN.—Creo que están aprendiendo para
desahogarse.
LEONCIO.—(Riendo.) ¡Hombre! Eso me ha
hecho gracia...
FERMÍN.—¡Chis! No se ría usted, que aquí
las risas están muy mal vistas.
(Por la escalera del fondo surge
entonces como un obús Práxedes. Es una muchacha pequeña y menuda que
personifica la velocidad. Trae una bandeja grande con una cena completa, dos
botellas, vasos, mantelería, etc., y avanza con todos sus bártulos, como un
gato por un vasar,
vertiginosamente y sin rozar ni un objeto, hasta una mesa donde deposita la
bandeja, y, con rapidez nunca vista, arregla y sirve un cubierto sin dejar un
instante de hablar, no se sabe si con Fermín o consigo misma.)
PRÁXEDES.—¿Se puede? Sí, porque no hay
nadie. ¿Que no hay nadie? Bueno, hay alguien, pero como si no hubiera nadie.
¡Hola! ¿Qué hay? ¿Qué haces aquí? Perdiendo el tiempo, ¿no? Tú dirás que no,
pero yo digo que sí. ¿Qué? ¡Ah! Bueno, por eso... ¿Que por qué vengo? Porque me
lo han mandado. ¿Quién? La señora mayor. ¿Que qué traigo? La cena de la señora,
porque es sábado y esta noche tiene que vigilar. ¿Que por qué cena vigilando?
Pues porque no va a vigilar sin cenar. ¿Te parece mal que vigile? Y a mí
también. Pero ¿podemos nosotros remediarlo? ¡Ah! Bueno, por eso... Y ahora a
dejárselo todo dispuesto y a su gusto. ¿Que lo hago demasiado deprisa? Es mi
genio. Pero ¿lo hago mal? ¿No? ¡Ah! Bueno, por eso... Y no hablemos más. Ya
está: en un voleo. ¿Bebidas? ¡Claro! No iba a comer sin beber. Aunque tú bebes
aunque no comas. ¿Lo niegas? Bien. Allá tú. Pero ¿es cierto, sí o no? ¿Sí? ¡Ah!
Bueno, por eso. (Yendo hacia Fermín y Leoncio.) ¿Y la señora? ¿Se fue? Lo
supongo. Por aquí, ¿verdad? (El primero derecha.) Como si lo viera. ¿Que si voy
a llamarla? Sí. (Señalando a Leoncio y mirándole.) Éste va a ser el criado
nuevo, ¿no? Pues por la pinta no me parece gran cosa. ¿Que sí lo es? ¡Ah!
Bueno, por eso... Aquí lo que nos hace falta es gente lista. Ahí os quedáis.
(Inicia el mutis.) ¿Decíais algo? ¿Sí? ¿El qué? ¿Que no decías nada? ¡Ah! Bueno,
por eso... (Se va por el primero derecha.)
LEONCIO.—Y ésta es otra loca de la
familia, claro.
FERMÍN.—No. Ésta es la señorita de
compañía de doña Micaela y está en su juicio.
LEONCIO.—¿Que está en su juicio?
FERMÍN.—Sí. ¿Es que ha notado usted algo
raro en ella?
LEONCIO.—¿Cómo que si he notado algo
raro en ella? ¿Y usted no nota nada oyéndola hablar?
FERMÍN.—Yo es que ya no discierno,
acostumbrado como estoy a... ¡Claro! Si no podré aguantar ni ocho días más...
Si también el criado que estuvo antes que yo perdió la chaveta...
LEONCIO.—¡Pero hombre!
FERMÍN.—Si de aquí salgo para una celda
de corcho...
LEONCIO.—No sea usted pesimista,
caramba.[…]
ESTRUCTURA
EXTERNA.
Fragmento en prosa de la obra teatral de
Enrique Jardiel Poncela titulada Eloísa está
debajo de un almendro. Corresponde al primer acto, que se desarrolla en casa
de Edgardo.
Los tipos de discurso presentes en el
fragmento son los siguientes. El más utilizado es el diálogo teatral al
tratarse de una obra dramática; cada diálogo está encabezado por el nombre del
personaje que habla. Encontramos acotaciones descriptivas y narrativas que van
entre paréntesis: línea 5, Leoncio.-
(Estupefacto); línea 34, (Se va por
el primero derecha). La acotación más larga es la que encontramos desde las
líneas 16 a la 20 en la que se describe la entrada de la criada.
ESTRUCTURA
INTERNA.
El texto lo podemos dividir en cuatro
partes.
Primera parte, desde la línea 1 a la 4:
Micaela reprocha a su hermano Edgardo que salga hacia San Sebastián cuando esa
noche espera que unos ladrones asalten la casa.
Segunda parte, de la línea 5 a la 15, el
comentario de Micaela de que esa noche vendrán ladrones a casa, permite a
Fermín presentarla a su sustituto, Leoncio, como una persona desequilibrada.
Tercera parte, de la línea 16 a la 34,
entrada de la criada con la cena de su señora Micaela, llamada Práxedes, que
presenta la peculiaridad de que habla consigo misma muy deprisa.
Cuarta parte, desde la línea 35 hasta el
final, que es la reacción de Leoncio al ver al personaje y creer que es otra
loca de la familia, opinión que no comparte Fermín, que al final ya no sabe qué
es lo que es normal y lo que no.
TEMA.
Presentación de dos personajes que
aparecen por primera vez en la obra: presentación de Micaela, como un personaje
oscuro y trastornado y presentación de la criada Práxedes como una chica parlanchina
y extraña al hablar continuamente y consigo misma.
RESUMEN.
Micaela reprocha a su hermano Edgardo la
ocurrencia de marcharse a San Sebastián precisamente la noche en la que van a
asaltar la casa unos ladrones; deberá ser ella misma la que vele en compañía de
sus dos perros para evitar la entrada de intrusos por el jardín. Cuando sale
del salón, los dos criados comentan irónicamente los hábitos nocturnos de la
dama y la demencia que sufre en mayor grado aun que su hermano. En ese momento aparece
otro personaje peculiar: la señorita de compañía de Micaela, que trae andando a
toda velocidad la cena de la señora. Leoncio, el criado que va a sustituir al
veterano sirviente Fermín, le comenta a éste al verla hablar consigo misma
vertiginosamente que si también ésta está loca. Su primera respuesta es que no
lo está, pero al final, reconoce que después del tiempo sirviendo en esa
familia ya no discierne entre cordura y locura, y cree que como no salga pronto
de la casa, acabará él mismo chiflado.
CARACTERÍSTICAS
DEL TEATRO DE POSTGUERRA PRESENTES EN ESTE TEXTO.
De la dicotomía dramática de postguerra,
a saber, el teatro comprometido del Realismo social o la comedia, el teatro del
absurdo de Enrique Jardiel Poncela, sólo
pretenden renovar el humor, la comicidad, mediante situaciones inverosímiles,
anécdotas poco convencionales y un lenguaje lleno de agudezas y de ingenio. Los
personajes que aparecen en la obra están aquejados de comportamientos que se
apartan de lo común; hasta Fermín, el sirviente, después de un tiempo
trabajando al servicio de esa extraña familia, ya no sabe lo que es normal y no
se extraña de que Práxedes se hable a sí misma. Su obra se alejó del humor
tradicional acercándose a otro más intelectual, inverosímil e ilógico,
rompiendo así con el teatro realista de la época.
El registro lingüístico que predomina es
el coloquial. Los personajes se expresan coloquialmente: línea 2,…esta noche, que toca ladrones; línea 9,
…es un decir; línea 41, perdió la chaveta.
El teatro del absurdo logra despertar la
risa del espectador no a través del chiste fácil, sino a través de un humor
inteligente e irónico. Cuando Fermín ve reírse a su sustituto, se lo prohíbe
diciéndole que en esa casa de locos está
prohibido reírse.
COMENTARIO
DE LAS PRINCIPALES FIGURAS LITERARIAS.
FIGURA
|
LÍNEAS
|
CITA
|
COMENTARIO
|
|
10
|
del jardín a la casa y de la casa al jardín.
|
Con él se acrecienta la sensación
mareante de las ideas y venidas que dará Micaela en el jardín con los perros.
|
Ironía
|
13
|
(Los perros) están aprendiendo a hablar para desahogarse.
|
Con ella consigue levantar las risas
de Leoncio.
|
símil
|
16
|
Surge … como un obús Práxedes
|
La velocidad con la que se mueve la
criada se compara con la de este proyectil, aunque teniendo en cuenta que los
movimientos de la criada se realizan entre un laberinto de muebles.
|
|
18
|
avanza con todos sus bártulos, como un gato por un vasar
|
Para resaltar la habilidad con la que
se mueve en el laberinto de muebles, se compara a Micaela con un gato que
anda en el pequeño ancho de un vasar.
|
Retrato
|
16
|
Es una muchacha pequeña y menuda que personifica la
velocidad.
|
Se describe su aspecto físico y se
resalta lo nerviosa que es.
|
Enumeración
|
17
|
Trae una bandeja grande con una cena completa, dos
botellas, vasos, mantelería, etc.
|
Sirve para describir la cubertería que
dispondrá para que cene Micaela.
|
Sinécdoque
|
43
|
Si de aquí salgo para una celda de corcho
|
Una de las dependencias de un
manicomio o psiquiátrico donde se encierran a los internos para que no se
lastimen, por todo el establecimiento.
|
Comentarios