ESTRUCTURA
EXTERNA:
Fragmento en prosa perteneciente a una
obra de teatro. Como tal, el discurso predominante es el diálogo con
parlamentos pertenecientes a los personajes que aparecen en el fragmento y las
acotaciones descriptivas que realiza el autor para marcar las entradas o
salidas de los personajes, o cómo deben ser sus intervenciones: -Con intención, fuerte... Estas
acotaciones son descripciones.
ESTRUCTURA
INTERNA.
El fragmento se puede dividir en dos
escenas:
Primera de las líneas de la 1 a la 15. En
el escenario están Adela y Martirio. La primera le recrimina que no la deje en
paz a lo largo del día, pues se siente vigilada.
La segunda escena de las líneas 16 a la
41. Martirio sale del escenario y se quedan solas La Poncia y Adela. La criada
le echa en cara que sea tan desconsiderada con Martirio. Y aprovecha la ocasión
para avisarla de que sabe que se encuentra con Pepe y para recomendarle que no
continúe haciéndolo. Su consejo es que debe aceptar que Pepe es de Angustias y
que, en todo caso, abrigue la esperanza de que su hermana fallezca en el primer
parto para ocupar su lugar.
TEMA.
Se podrían determinar dos temas:
El enfrentamiento fraterno entre Adela y
Martirio a consecuencia del acoso de ésta.
Recomendaciones de La Poncia a Adela
para que no siga su relación con Pepe.
RESUMEN.
Adela se queja a Martirio de que esté
pendiente de ella noche y día. Se siente vigilada y le gustaría pasar
desapercibida para sus hermanas. Al oír La Poncia estas recriminaciones, le
echa en cara que no corresponda al cariño que le demuestra Martirio. Y
aprovechando la ocasión, le dice que sabe que se encuentra con Pepe. Y que,
además, ha sido testigo, desde las primeras visitas del prometido de Angustias
a su ventana, de que se le había insinuado al mostrarse provocativa. Aunque
Adela se niega a reconocer los hechos, la criada le recomienda que rompa con el
novio de su hermana y que albergue esperanzas de ocupar su puesto si ésta falleciera en el primer parto.
TIPO DE
TEXTO.
(Ámbito de uso) El
fragmento es un diálogo de una obra teatral, por tanto pertenece al género
dramático. En cuanto al género al que pertenece el fragmento diremos que es una
tragedia. Los críticos hablan indistintamente de drama o tragedia. Nos
inclinamos por esta última por el comportamiento de Adela, que parece dispuesta
a todo desde el principio de la obra, como si hubiera aceptado un destino que
se impone a su libre albedrío: ese destino era gozar del amor de Pepe o la
muerte.
Los rasgos que identifican al texto como
un diálogo teatral son los siguientes:
-
La
acción avanza a través de lo que hacen y dicen los personajes que están en
escena.
-
Hay
acotaciones que cumplen las siguientes funciones: indicar qué personajes hay en
escena, sus entradas y salidas (cambios de escena); para ordenar cómo ha de
decir el actor el diálogo (L. 3 Martirio: (Con
intención)); la intensidad de la voz (l. 24 La Poncia: (Alto); señalar el comportamiento (L. 37 Adela llora).
-
Los
diálogos reproducen la conversación con las variaciones tonales que
corresponden al asunto que se represente: órdenes, exclamaciones, preguntas...
Cada diálogo está precedido del nombre del personaje que interviene.
ACTITUD E
INTENCIONALIDAD.
(ACTITUD)
La actitud de cualquier autor con su obra literaria es subjetiva. Lorca, al
presentar un conflicto entra la fuerza del impulso natural, como es el amor, y
el control del mismo por medio del sometimiento a unas normas sociales, como es
un matrimonio por interés, se está poniendo del lado del primero aun sabiendo
que esa opción conlleva muchos problemas. Tal vez sus conflictos personales
relacionados con su identidad sexual no sean ajenos a ese enfoque. Así, en el
fragmento, ante el dilema de aceptar las soluciones que las normas sociales
imponen o revelarse y luchar, elige éstas incluso sabiendo que el destino es la
muerte.
(INTENCIONALIDAD)
Por la forma de concebir el hecho teatral y por la forma de abordar los temas,
sabemos que Lorca pretendía llegar con sus mensajes teatrales al conjunto de la
sociedad española de su tiempo.
VALORACIÓN
PERSONAL.
El ambiente agobiante en el que viven
los personajes, la sensación de vivir encerrados y vigilados se ha conseguido
de manera eficiente por Lorca. La falta de intimidad que expresa Adela no solo
se representa con el desprecio que muestra a Martirio, -Adela la martiriza con
sus comentarios a su vez- por seguirla a todas partes, por el hecho de que
constantemente esté pendiente de ella y le recuerde lo desgraciada que es por vivir
en esa situación, sino que como le dice La Poncia, que sabe sus intenciones
desde el primer día que Pepe visita a Angustias, que ella es todo ojos, de día
y de noche, ofreciéndole datos de su relación con ese hombre que le es
imposible negar.
La obsesión de Adela con que su cuerpo
es suyo (7 y 19) es un indicio de su independencia con respecto a las normas
sociales y familiares, cuyo representante es su madre. Está preparando el
desenlace: la dueña de su cuerpo es ella y se entregará a quien desee. Y como
dueña suprema de sí misma, al final, se impondrá la tragedia quitándose la
vida. Lorca va preparando el desenlace al mismo tiempo que aumenta el clímax.
El papel dramático de La Poncia es de
aportar un punto de vista práctico; ella es la que parece que no le falta el
sentido común. Por una parte, está de
acuerdo con la autoridad y la ley de Dios (41), que supone no alterar los
acontecimientos que viven en familia: bien o mal hay un matrimonio pactado y
una hermana de la novia no debe interferir en esa relación. Pero, por otra
parte, Poncia comprende el impulso desenfrenado de un amor apasionado, como es
el de Adela por Pepe, e intenta encauzarlo al aconsejarle que esperara un poco
a que su hermana muriera a causa de su estrechez en el primer parto. La que
debe morir, también por ley natural, es Angustias, la mayor, la que le dobla en
edad. Sin embargo, la fuerza de la pasión, representada con la obsesión de
Adela de hacer con su cuerpo lo que quisiera, no se somete a la razón, al orden
social, al sentido común de Poncia.
El lector o espectador de la obra,
cuando se ha metido en la acción, a estas alturas del desarrollo argumental,
sufre la misma sensación de falta de libertad, de opresión y de angustia que
los personajes de La casa de Bernarda
Alba. El personaje con el que se identifica es con Adela, la mujer que
anhela un poco de independencia y que muestra ganas de vivir, aunque sepamos
que su conducta, en ese ambiente y con esas normas tan restrictivas, no la
puede llevar a buen puerto. Y sufrimos porque, precisamente en ese ambiente
supuestamente protector como es la familia, Adela está sola. Sus hermanas, su
madre son los que ahogan emocionalmente su desarrollo.
COMENTARIO DE LA ESTRUCTURA EXTERNA E
INTERNA DE LA OBRA Y LOCALIZACIÓN DEL FRAGMENTO EN LA OBRA.
La
obra está escrita en prosa, a excepción de algunas partes, como las coplas de
los segadores, que están en verso.
La
obra consta de tres actos:
-El primero es
el planteamiento; sirve al autor para presentar el ambiente, los personajes y
la problemática que proyecta en la obra.
-El segundo
acto, nudo o desarrollo, se utiliza para plantear al público el mal ambiente,
la envidia y los celos que se dan en casa de Bernarda.
-En el tercer
acto, desenlace, el autor resuelve la problemática planteada en los actos anteriores.
Hay
una coherencia interna consistente en repetir ciertos elementos o situaciones
para que la obra adquiera armonización, organización y unidad. Ejemplos muy
claros son: todos los actos comienzan aludiendo a las paredes blancas; la intervención
de Bernarda empieza y termina con la misma palabra: silencio; hay redundancia en los mensajes de Mª Josefa; existe un
luto permanente de riguroso negro…
El texto pertenece al
segundo acto de la obra, en pleno nudo de la historia. En concreto, en un
momento en el que se aumenta la tensión dramática con la actitud rebelde de
Adela. En el primer acto, el planteamiento, se nos ha presentado el ambiente
agobiante que soporta una familia, a consecuencia de un riguroso luto que ha
impuesto una madre autoritaria después de la muerte del padre; también, un
esbozo de la acción propiamente dicha, como es la presencia de Pepe el Romano,
que despierta en las hijas una atracción difícil de contener. El acto se cierra
sabiendo que el joven ha pedido la mano de Angustias, que heredará bastante,
por lo cual comienzan los recelos entre las hermanas. Por otra parte, asistimos
a los primeros síntomas de rebeldía: la propia Angustias aparece con los labios
pintados y Adela, con el vestido verde que pensaba estrenar en su cumpleaños. En
el segundo acto, y en este fragmento en concreto, la protagonista muestra su
voluntad de no detenerse ante nada ni ante nadie para entregarse a pepe el
Romano no respetando el noviazgo de su hermana Angustias con él. Desde el punto
de vista dramático, se construye la personalidad de Adela, como el propio de
una protagonista de una tragedia. Las reconvenciones de Poncia para que no siga
viéndose con ese hombre no sirven de nada. La tensión aumenta en esa misma
escena, cuando, después de ver cómo los segadores acuden a su tarea, Angustias
se presenta alarmada diciendo que le han robado el retrato de Pepe, el Romano.
TÉCNICA DRAMÁTICA EN EL FRAGMENTO Y
RELACIÓN CON LA TÉCNICA DE LA OBRA.
La escenografía es muy sencilla, casi no
tiene decorados. La acción se desarrolla en una casa con las paredes blancas,
pero no se dan muchos detalles en cuanto a decoración. Es como si el luto que
se impone incluyera también a la casa: no hay nada superfluo. Es una casa
andaluza, pues la acción, al igual que en Yerma
y Bodas de sangre, se desarrolla en
una Andalucía rural. Ese contraste entre las paredes blancas y los vestidos
negros está cargado simbólicamente: la tierra de la luz, del blanco, como es
Andalucía, es donde se desarrolla la vida triste de unas mujeres marcadas por
la muerte, representado por el negro del luto. Es un espacio cerrado desde
donde ven pasar la vida que se desarrolla fuera, en las calles: la presencia de
segadores, la mujer apedreada… En el fragmento, ese exterior, aunque sea secundario,
se presenta con la llegada de un vendedor ambulante: Está el hombre de los encajes (línea 10).
En cuanto al tiempo, distinguimos entre
tiempo externo e interno. La casa, los personajes, las costumbres, la
cultura son propios de una sociedad rural andaluza. Los hechos que se
desarrollan son intemporales; no hay referencias a unos años precisos, pero la acción se desarrolla durante el verano en cuanto a la época del año.
La acción
argumental se desarrolla en tres momentos diferentes, que también adquieren un
valor simbólico: el primer acto transcurre por la mañana, a las doce; el
segundo, por la tarde, después de comer- a este segundo momento pertenece el
fragmento comentado; y el tercero, por la noche: otra vez la obscuridad
relacionada con la muerte que acecha. La obra nos produce
sensación de lentitud y monotonía. La acción es lenta porque Lorca quiere
reflejar la monotonía de las vidas de estas mujeres que carecen de esperanza,
de proyectos, de ilusiones, de futuro y están condenadas a vivir en la soledad
interior de la casa. El paso del tiempo constituye un drama para estas mujeres
que tienen que soportar el calor del verano y la monotonía de permanecer años y
años viviendo sin ilusiones. En este proceso interno del tiempo contemplamos la
evolución desde la tenue esperanza inicial hasta la absoluta negación final de
futuro: el suicidio de Adela cierra cualquier posibilidad de salir al exterior.
Lorca se ha servido de la luz como símbolo: de la luz brillante del mediodía a
la oscuridad de la noche.
En cuanto al estilo, los diálogos son
cortos, muchas veces, secos. No hay casi parlamentos que podamos considerar
monólogos. El lenguaje de esos diálogos es sencillo, con muchas referencias
concretas a la realidad rural de Andalucía. Sin embargo, aunque Lorca pretende
llegar a un público mayoritario, no renuncia a crear una obra de calidad
literaria. Así vemos cómo la obra está llena de símbolos cuyo significado solo
se entiende dentro de ella, y cómo Lorca desarrolla progresivamente un lenguaje
poético a medida que avanzan los actos. En este fragmento encontramos una
muestra de ese lenguaje que poco a poco se hace poético, como es la imagen tan
expresiva que utiliza La Poncia para decir a Adela, en la línea 31, que no se
le escapa nada de lo que pasa en casa: Con
la cabeza y las manos llenas de ojos cuando se trata de lo que se trata.
TEMAS DE LA OBRA Y RELACIÓN CON LOS QUE
APARECEN EN EL TEXTO.
El tema fundamental de la obra es el
enfrentamiento entre la libertad individual y la autoridad social -normas,
convenciones, ideas... En el fragmento el principio de autoridad social y
familiar está representado por el respeto que se debe mostrar a un noviazgo
formal: Angustias ha sido solicitada por Pepe el Romano para contraer
matrimonio. Este compromiso debe ser respetado según las normas sociales y,
sobre todo, familiares. Sin embargo, Adela, muy enamorada de ese hombre y
sabiendo que es un matrimonio por interés económico, no lo respeta y se enfrenta
a La Poncia y a su madre. En el fragmento, La Poncia está al lado de la
autoridad, de los principios que rigen la norma socialmente aceptada y así se
lo hace ver la criada a Adela en la línea 41: lo que quieras, pero no vayas contra la ley de Dios.
El principio de libertad individual,
como valor supremo, está presente en Adela: ésta recalca en el fragmento varias
veces que es dueña de sí misma, de su cuerpo y que hará con él lo que quiera,
como se puede apreciar en la línea 7: ¡Yo
hago con mi cuerpo lo que me parece! Se lo entregará a Pepe y, cuando oye
que le han disparado y piensa que ha muerto, se suicidará.
Así mismo, el odio es un tema que
aparece en la obra. Ese sentimiento es más doloroso sobre todo cuando se da
entre personas queridas, como es entre hermanas. Las hermanas no se llevan
bien: Martirio siente celos de Adela y ésta la odia porque no la deja en paz,
como se puede ver en el texto que se comenta en la línea 6: Adela: (Fuerte) ¡Déjame ya! ¡Durmiendo o
velando, no tienes por qué meterte en lo mío! Esta relación fraternal va a
ir a peor a medida que la obra vaya avanzando, hasta llegar al final y martirio
miente cuando asegura que su madre ha matado a Pepe de un disparo. La reacción
de la hermana pequeña es ahorcarse.
Otro tema de la obra es la unión del
amor y la muerte, tema recurrente en algunas poesías barrocas y en la obra. El
amor que Adela siente por Pepe acarrea una pasión romántica que desemboca en la
muerte de Adela. Por otra parte, se puede ver, aunque sea tangencialmente, este
mismo tema en el fragmento. La solución razonable que La Poncia ofrece a la
joven para conseguir a ese joven es sencilla. Consiste en esperar tan solo a
que su hermana Angustias se quede embarazada y aguardar el momento del parto en
el que seguramente morirá. Será su oportunidad de unirse a Pepe en una relación
socialmente aceptada. Por tanto, el amor pleno también se le hace depender de
una muerte, pero, en este caso, de una muerte más natural y justa.
ESTILO DE LA OBRA Y APLICACIÓN RAZONADA
DE SUS ELEMENTOS AL TEXTO.
Ya se ha comentado el género al que
pertenece la obra. Lorca la titula drama, aunque por el papel del personaje de
Adela y por su concomitancias con las tragedias anteriores de Lorca, Bodas de sangre y Yerma, la podemos considerar perteneciente a este último género.
En cuanto a los diálogos hemos de decir
que están construidos en prosa. Son diálogos cortos, con un lenguaje sencillo y
realista, aunque muy poético, en cuanto que muestran los sentimientos de los
personajes de manera cruda y poéticamente. En este sentido, en los distintos
actos, el lenguaje comienza siendo realista y poco a poco, más rápido en el
segundo y tercer acto, se transforma en un lenguaje cargado de connotaciones
que permiten encontrar más de un significado a los mensajes y al mismo tiempo
dotarlo de belleza, por lo cual se dice que es un lenguaje poético. En el texto
seleccionado se puede observar esa evolución: si al principio el lenguaje es
realista, la intervención de Poncia adquiere tientes poéticos. Le dice en la
línea 26: “...mata esos pensamientos”.
En la 28: “Las viejas vemos a través de
las paredes”. Y sobre todo, en la
31: “Con la cabeza y las manos llenas de
ojos cuando se trata de lo que se trata”.
Las acotaciones son pocas y muy breves.
El carácter de la obra, por su desnudez escénica, conlleva la ausencia de
acotaciones descriptivas o narrativas extensas.
Otra característica es el uso de
símbolos que utiliza Lorca en la obra y cuyo valor o significado solo se entiende
en ella. El uso de este simbolismo es recurrente y los distintos elementos
usados son para referirse bien a la muerte, la autoridad, los principios y sus
opuestos: la vida, la libertad, el amor. Esta contraposición de símbolos está
muy relacionada con un tema presente en la obra: el amor y la muerte.
Aquí en el texto la palabra recurrente
es el cuerpo de Adela. La libertad individual se relaciona con el dominio y uso
de su cuerpo porque es de ella. Así la escena comienza cuando en la línea 2
dice: Tengo mal cuerpo. En la 7: Yo hago con mi cuerpo lo que me parece.
En la 18: ¡Qué lástima de cuerpo, que no
va a ser para nadie!" ¡Y eso no! Mi cuerpo será de quien yo quiera!
Otros símbolos utilizados son: la luz
del día / la noche; el blanco / el negro de la muerte, de la falta de libertad;
el bastón de Bernarda, que simboliza la autoridad, el mando, pero también la
ceguera; el caballo garañón, la sexualidad...
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