Voy… enseguida… espera…

Las 5:15 de la tarde, Antonio está tumbado en su cama jugando a la play station. Su madre abre la puerta y se entabla la siguiente conversación.
Mama: ¡Antonio, recoge tu habitación ya!
Antonio: Ya voy mama, un momento.
Pasados 45 minutos.
Mama: Antonio, ¿has recogido ya tu habitación?
Antonio: No, ahora no puedo, enseguida voy.
Mama: ¡Haz el favor de recoger tu habitación de una santa vez!
Antonio: ¡Mama, qué pesada!
La madre va al dormitorio de su hijo, abre la puerta y le pega un grito. El chico se levanta de la cama, deja la play y se pone a ordenar su habitación.
Con esta situación pretendo explicar una realidad que se da hoy en día referente a las tareas domésticas, que en la mayoría de las ocasiones son realizadas por las madres sin ayuda de los hijos.
Generalmente los chicos y chicas realizan tareas de casa cuando la madre se impone ante ellos con gritos o cuando les amenaza con castigos.
En mi opinión los jóvenes tenemos que aprender a realizar las tareas domésticas y responsabilizarnos de ellas porque en el futuro no vamos a tener la presencia de nuestras madres y necesitamos saber hacer las cosas para desenvolvernos con independencia y no ser unos inútiles, pues cada uno de nosotros se va a enfrentar a ellas tarde o temprano.

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