Comentario de un fragmento de La casa de Bernarda Alba / Federico García Lorca.




La casa de Bernarda Alba /Federico García Lorca.

(Se oyen unos campanillos lejanos, como a través de varios muros.)
Magdalena: Son los hombres que vuelven al trabajo.
La Poncia: Hace un minuto dieron las tres.
Martirio: ¡Con este sol!
Adela: (Sentándose) ¡Ay, quién pudiera salir también a los campos!
Magdalena: (Sentándose) ¡Cada clase tiene que hacer lo suyo!
Martirio: (Sentándose) ¡Así es!
Amelia: (Sentándose) ¡Ay!
La Poncia: No hay alegría como la de los campos en esta época. Ayer de mañana llegaron los segadores. Cuarenta o cincuenta buenos mozos.
Magdalena: ¿De dónde son este año?
La Poncia: De muy lejos. Vinieron de los montes. ¡Alegres! ¡Como árboles quemados! ¡Dando voces y arrojando piedras! Anoche llegó al pueblo una mujer vestida de lentejuelas y que bailaba con un acordeón, y quince de ellos la contrataron para llevársela al olivar. Yo los vi de lejos. El que la contrataba era un muchacho de ojos verdes, apretado como una gavilla de trigo.
Amelia: ¿Es eso cierto?
Adela: ¡Pero es posible!
La Poncia: Hace años vino otra de éstas y yo misma di dinero a mi hijo mayor para que fuera. Los hombres necesitan estas cosas.
Adela: Se les perdona todo.
Amelia: Nacer mujer es el mayor castigo.
Magdalena: Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen.
(Se oye un canto lejano que se va acercando.)
La Poncia: Son ellos. Traen unos cantos preciosos.
Amelia: Ahora salen a segar.
Coro:
 Ya salen los segadores
en busca de las espigas;
se llevan los corazones
de las muchachas que miran.
(Se oyen panderos y carrañacas. Pausa. Todas oyen en un silencio traspasado por el sol.)
Amelia: ¡Y no les importa el calor!
Martirio: Siegan entre llamaradas.
Adela: Me gustaría segar para ir y venir. Así se olvida lo que nos muerde.
Martirio: ¿Qué tienes tú que olvidar?
Adela: Cada una sabe sus cosas.
Martirio: (Profunda.) ¡Cada una!
La Poncia: ¡Callar! ¡Callar!
Coro: (Muy lejano.)
 Abrir puertas y ventanas
las que vivís en el pueblo;
el segador pide rosas
para adornar su sombrero.
La Poncia: ¡Qué canto!
Martirio: (Con nostalgia.)
Abrir puertas y ventanas
las que vivís en el pueblo...
Adela: (Con pasión.)
... el segador pide rosas
para adornar su sombrero.
(Se va alejando el cantar.)
La Poncia: Ahora dan la vuelta a la esquina.
Adela: Vamos a verlos por la ventana de mi cuarto.
La Poncia: Tened cuidado con no entreabrirla mucho, porque son capaces de dar un empujón para ver quién mira.
(Se van las tres. Martirio queda sentada en la silla baja con la cabeza entre las manos.)



RESUMEN.
Las hijas de Bernarda están sentadas cosiendo a las tres de la tarde cuando oyen cantar a unos segadores que salen a trabajar al campo. Poncia les informa de dónde proceden este año, de que son cuarenta y cómo están quemados por el sol. Además les cuenta como la noche pasada un grupo de ellos contrató a una muchacha para llevarla al olivar. Al oír esto, las chicas se escandalizan y reniegan de su condición de mujer; sin embargo, la criada justifica el proceder de los hombres. Al pasar los segadores por su casa, las mujeres repiten los versos que vienen cantando y sienten admiración por su forma de vida, especialmente Adela que expresa el deseo de libertad para poder salir de la casa y olvidar sus problemas. Ante lo cual Martirio salta acuciándola para que diga lo que le pasa.

ESTRUCTURA
(Externa) El texto es un fragmento en prosa y verso de La casa de Bernarda Alba. Los versos pertenecen a las coplas que canta el coro de segadores. Se trata de dos coplas; es decir, versos de arte menor octosílabos con rima en asonancia los pares.
El discurso que predomina es el diálogo y pequeñas descripciones en las acotaciones: (Se oyen unos campanillos lejanos, como a través de varios muros.)
(Interna) Nos encontramos con una sola escena: no hay entradas ni salidas. En cuanto a los temas que se desarrollan en los diálogos son los siguientes:
1/8 Se sitúa la acción que se desarrolla: a pleno sol del verano, a las tres de la tarde, cuando los segadores se dirigen a trabajar.
9/22 Poncia informa de quiénes son los segadores de ese año a las hermanas y de lo procaces que son con las mujeres y como un grupo de ellos contrató a una chica para llevársela a un olivar. Las chicas se escandalizan y reniegan de su condición de mujer.
23/55 Las hermanas entonan algunos versos de la canción de los segadores; al mismo tiempo expresan el anhelo o las preocupaciones de cada una, especialmente Adela.
TEMA.
El deseo de libertad de las hijas de Bernarda Alba al ver lo alegres que van los segadores a trabajar.
ACTITUD E INTENCIONALIDAD DEL AUTOR.
En esta escena situada al comienzo del segundo acto, Lorca refleja el deseo de libertad de las hijas de Bernarda, especialmente de Adela, a la que no le importaría compartir con los segadores sus tareas con tal de salir de la obscuridad de la casa a la luz cegadora del exterior.
Por otra parte, Lorca muestra la represión sexual de las mujeres comparándola con la libertad total de los segadores, que Poncia describe eróticamente.
Por la forma de plantear estos temas, la actitud de Lorca es subjetiva ya que se muestra muy sensible a los sentimientos y preocupaciones de las mujeres que ven que no se les permite conductas que a los hombres se perdonan. Los segadores pueden contratar los servicios de una mujer; Adela no podrá enamorarse, ni ser la amante de Pepe el Romano.

TIPO DE TEXTO.
El texto es literario; se trata de un fragmento de una obra de teatro. Hay diálogos con los parlamentos de cada uno de los personajes y acotaciones –para marcar las salidas/entradas y dividir los actos en escena, para describir el comportamiento, la actitud de los personajes. La acción se mueve por lo que dicen y hacen los personajes.
En cuanto al género, la obra la podemos considerar un drama, como el propio Lorca la denomina, aunque presenta muchas concomitancias con las tragediasYerma y Bodas de sangre, aunque Lorca.
Aunque se trata de una obra literaria con una gran calidad estética, tanto por el lenguaje, como por el conflicto planteado, esto no impide que la obra pueda ser disfrutada por cualquier tipo de público.

VALORACIÓN.
(Objetiva) El acierto de Lorca en esta escena del segundo acto es pleno. Con ella pone de manifiesto varios temas en muy poco tiempo, con lo cual la eficacia es total. Ya se ha comentado la diferencia entre hombres/mujeres, en general, y en concreto en cuanto a su sexualidad. A través de las coplas de los segadores que hacen suyas las hermanas, sobre todo Adela, Lorca logra expresar de manera sutil el ansia de libertad y de amor de las hermanas. Y sale a relucir el conflicto latente: el amor de todas ellas al mismo hombre, Pepe el Romano. Además, el papel de Martirio, que representa los celos en el amor y el afán de atormentar, vigilar a Adela, vuelve a salir en este pasaje.
Otro aspecto de gran eficacia dramática son las coplas que entona el coro de segadores: se contrapone el mundo de la luz, de la alegría de los hombres que con sus cánticos reclaman el ansia de amar, en contraposición al mismo anhelo expresado por las mujeres a las que se niega la expresión de su sexualidad. Los segadores expresan ese deseo de amar a plena luz del día; las mujeres, las hermanas se encuentran enclaustradas.
(Subjetiva) Tal vez el asunto más polémico sea la justificación del comportamientoquePoncia hace de los hombres, a los que perdona todo. Puede pretender poner de manifiesto la distinta sexualidad de unos y otras. Ella misma llegó a animar a su hijo a que tuviera esas experiencias con prostitutas. Lo que resulta más sorprendente es que esa defensa la realice una mujer. En este sentido, Poncia representa los principios conservadores que rigen el comportamiento aceptable de los hombres, no solo por la justificación de esos usos, sino que, en su papel de tentadora de la concupiscencia de las muchachas, por la descripción que efectúa de los segadores, implícitamente está incitándolas a que deseen a esos hombres tal y como son. Estos planteamientos son bastante exagerados.

CONTEXTO HISTÓRICO-LITERARIO DEL AUTOR, LA OBRA Y EL FRAGMENTO DE LA CASA DE BERNARDA ALBA. (Breve caracterización de la época y movimiento a que pertenece Lorca. Lugar que ocupa la obra en el género y en la trayectoria del autor. Lugar que ocupa el  fragmento en ella).
Lorca es un escritor perteneciente a la Generación del 27. Nace en 1898 y muere en 1936.
Lorca, en su madurez, vive la Dictadura de Primo de Rivera, años en los que para imponer el orden social, los militares, con el beneplácito de Alfonso XIII, toman el poder. Sin embargo, su éxito como gobernantes se reduce a controlar militarmente el Norte de África. El fracaso de Primo de Rivera se produce cuando el rey se va de España y se proclama la Segunda República, desde 1932 a 1936. En los primeros años se acometieron grandes reformas sociales que no continuaron en los años siguientes (Bienio Negro) por la presión de los conservadores y la desunión de los grupos liberales. Cuando el Frente Popular gana las elecciones de 1936, hay una separación absoluta entre la España conservadora y la liberal. En este clima hay un golpe militar encabezado por las tropas africanas del general Franco. En estos primeros momentos del estallido bélico, cuando Lorca había buscado refugio en casa de los Rosales, familia de poetas con buenos contactos entre los falangistas, en su Granada natal, es arrestado y fusilado por sus ideas liberales y por apoyar la República.
Desde el punto de vista literario, Lorca es uno de los escritores más polifacéticos de la Generación del 27, integrada por Alberti, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Gerardo Diego… Se trata de un grupo de poetas que a lo largo de su vida fue pasando por distintas etapas. Desde una primera de Poesía pura, muy influidos por los movimientos de vanguardia del momento: Ultraísmo, Creacionismo, Futurismo… Durante estos años, hasta 1927, nos encontramos con una poesía que persigue el ideal poético defendido por Juan Ramón Jiménez; es decir, una poesía despojada de lo anecdótico, de los propios sentimientos del poeta, buscando la belleza y la perfección a través de la palabra. A partir de esa fecha, hay un cambio en su quehacer poético volviendo a una escritura que refleja sus emociones, sus problemas. Este paso estuvo condicionado por la realidad social problemática de la época y por su contacto con el Surrealismo. En 1936, con el estallido de la Guerra Civil, podemos considerar roto el grupo, pues, dependiendo de sus posturas ideológicas, se van a aliar con uno u otro bando.
Lorca, como escritor, fue poeta –Romancero gitano, Poeta en Nueva York…- y autor teatral. Esta inclinación por el teatro viene desde su infancia. Comienza a escribir desde muy joven y su teatro va evolucionando a medida que cambia como persona –viaje a EEUU- y también por la influencia de las propuestas teatrales de su momento –además, también condicionado por la aceptación o no de las obras que pone en escena. Su producción la podemos situar en tres etapas.
La primera comprendería las primeras obras: “El maleficio de la mariposa”-obra que no fue entendida por el público-, “María Pineda”-su primer éxito; y algunas farsas para guiñol: “Tragicomedia de don Cristobal y la señá Rosita” y “Retablillo de don Cristóbal”. Las primeras obras están muy influidas por el teatro modernista y por los movimientos de vanguardia.
La segunda etapa son sus obras surrealistas, que surgen después de su viaje a Norteamérica, y que están escritas con el propósito de renovar el teatro. Las dos obras de este momento son “Así que pasen cinco años” y “El público”.
La tercera etapa estaría marcada por el objetivo que se propuso Lorca de recuperar la tragedia, como subgénero dramático. Las dos primeras obras de esta segunda empresa, -Lorca habló en numerosas ocasiones de una trilogía de tragedias- son “Bodas de sangre” y “Yerma”. La tercera y última –aunque estrenada después de la muerte del autor en 1946-, es “La casa de Bernarda Alba”, cuyo género los críticos sitúan entre drama y tragedia. Las concomitancias entre las tres obras son muy evidentes: ambientación rural en Andalucía, las protagonistas son mujeres…
El texto propuesto se sitúa al comienzo del segundo acto. Las hermanas ya saben que Angustias se va a casar con Pepe, que ha pedido su mano al final del primer acto. En el comienzo del segundo acto, todas las hermanas están contentas con la boda excepto Adela quien finge tener sueño para no coser el traje de boda de su hermana. Angustias sospecha de los celos de su hermana y se lo cuenta a las demás. La Poncia, tras hablar con Adela, confirma las suposiciones: Adela está enamorada de Pepe el Romano.
Técnica dramática de la obra y aplicación razonada de sus elementos al texto. (Tratamiento del espacio y el tiempo, acotaciones, el empleo del diálogo, los apartes, los monólogos…)
Comparando la construcción de esta obra con las dos tragedias anteriores se observa una mayor sencillez en cuanto al empleo de recursos. Se ha eliminado la presencia de elementos folklóricos como danza, música… En La casa de Bernarda Alba, tan solo aparece algún retazo de esos elementos, como son las coplas que cantan el coro de segadores, que aparece en la escena que se comenta.
Las acotaciones de la obra son muy breves, descriptivas y a veces son igual de poéticas que algunos diálogos: Todas oyen en un silencio traspasado por el sol, l.31. Con ellas Lorca intenta crear un ambiente o atmósfera apropiada a los contenidos desarrollados: Se oyen unos campanillos lejanos, como a través de varios murosen la l.1… Además, en las acotaciones se marcan las entradas o salidas de los personajes: Se van las tres…; o las posturas, movimientos, actitudes que han de adoptar los actores: con nostalgia, l. 45
El tratamiento del tiempo en algunos aspectos es preciso y en otros no: por ejemplo, el tiempo transcurrido entre un acto y otro. De todas maneras, el tiempo externo en el que se enmarca la obra corresponde a un verano.
 En el fragmento, hay una precisión absoluta. Por la información que proporcionan los personajes sabemos con exactitud la referencia temporal, Poncia: Hace un minuto dieron las tres, l.3. Por otras referencias contextuales se sabe que se trata del inicio del verano; los segadores encargados de recolectar llegaron el día antes. En el momento de la representación hace un calor inaguantable: con este sol, l.4. Esta escena corresponde al inicio del acto segundo de la obra.
El espacio representado es el de una habitación de una casa bien aislada del exterior: Se oyen unos campanillos lejanos, como a través de varios murosen la l.1… En ella las hermanas cosen y bordan el ajuar de bodas. Pero tan importante como este espacio interior, es el espacio exterior no representado: la calle que arde de calor, por la que caminan los segadores hacia su trabajo. Esta polaridad de espacios adquiere un valor simbólico en la obra: fuera, en la calle está la libertad, la luz, el amor –de los segadores, de Pepe el Romano, que habla desde la calle; dentro, está el luto, la tristeza, la falta de libertad, los celos, el odio… Se habla de la casa como si fuera una cárcel, un convento.
Los diálogos que intercambian los personajes son muy breves, secos, como si les costara hablar, como si las hermanasestuvieran sofocadas. Solo Poncia se extiende describiendo a los segadores y contando lo que hacen: l. 12 a la 15. Otra característica de los parlamentos es que poco a poco se van haciendo más poéticos. Los inicios de cada acto suelen construirse con un lenguaje realista que progresivamente va siendo más poético. En este fragmento, a pesar de estar al principio, vemos algunas muestras:El que la contrataba era un muchacho de ojos verdes, apretado como una gavilla de trigo. L, 14 y 15, símil precioso para referirse al cuerpo del segador; Así se olvida lo que nos muerde en las l. 33 y 34. [Segadores] como árboles quemados, l.12
Los temas de la obra y su relación con los que aparecen en el texto.
El tema más importante de la obra, y que está presente permanentemente, es el ansia de libertad, representado especialmente en el personaje de Adela: “…quién pudiera salir también a los campos!”;Me gustaría segar para ir y venir, l. 34, y su contrario que es la represión y control por parte de una autoridad representada de múltiples maneras, aunque el personaje que encarna esta función es su madre, Bernarda. En este fragmento, la madre no aparece, pero Adela, junto a sus hermanas está encerrada en casa –cárcel, convento- faltas de la libertad que se ejerce en poder salir a la calle, pasear, ir y venir y proclamar en voz alta el deseo de amar, como lo hace el  coro de segadores. Este tema, el conflicto entre el principio de autoridad y el principio de la libertad individual es el que vertebra la obra dramática de Lorca.
Otro tema es la diferencia social en una comunidad tan pequeña como es un pueblo: cada miembro del grupo según su clase social, determinada por la posesión de tierras y dinero, tiene asignadas unas tareas; así lo reconocen Magdalena, una de las hermanas más sumisas, y Martirio:
Magdalena: (Sentándose) ¡Cada clase tiene que hacer lo suyo!
Martirio: (Sentándose) ¡Así es!
Esta conciencia de distinción es en parte una fuente de conflicto entre la familia y las criadas y los propios vecinos. Bernarda no quiere que los demás sepan lo que pasa en su casa: oculta de la mirada a la abuela y ocultará la verdadera causa de la muerte de Adela. Pero también es fuente de conflicto en las propias hermanas al ver mermadas sus posibilidades de relacionarse con los hombres de su entorno y estar destinadas a una soltería que en muchos casos no es deseada, pues hasta la misma Amelia tuvo su pretendiente que la madre despidió sin contemplaciones por no tener el pedigrí social acorde al de la familia.
El amor y las ansias de amar, muy bien explotadas por Poncia que describe a los segadores eróticamente, están presentes en los personajes, especialmente en Adela, pero también, a su manera, en Martirio y, por supuesto, en los segadores.
Otro tema presente en el texto es la represión de la mujer con respecto al hombre, la distinta manera de juzgar el comportamiento de unos y otros sobre todo en materia sexual. Mientras Poncia, en este caso del lado de la autoridad social establecida, justifica el comportamiento de los hombres, las hermanas lo creen una injusticia:
Adela: ¡Pero es posible!
La Poncia: Hace años vino otra de éstas y yo misma di dinero a mi hijo mayor para que fuera. Los hombres necesitan estas cosas.
Adela: Se les perdona todo.
Amelia: Nacer mujer es el mayor castigo.
Magdalena: Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen.
También aparece el tema del odio y la envidia entre hermanas, entre Martirio, que siempre está pendiente de ella, y Adela:
Adela: Me gustaría segar para ir y venir. Así se olvida lo que nos muerde.
Martirio: ¿Qué tienes tú que olvidar?
Adela: Cada una sabe sus cosas.
Martirio: (Profunda.) ¡Cada una!

ESTILO DE LA OBRA. (Comentario y desarrollo de los siguientes aspectos: Concepción del autor sobre el género literario empleado y lenguaje que configura el estilo de la obra. Quedan excluidos los contemplados en la pregunta referida a la técnica).
Lorca es fundamentalmente un poeta y esta faceta se manifiesta no solo en su producción lírica, Romancero gitano, Poeta en Nueva York, sino también en su teatro. El contacto con este género viene desde que Lorca era un niño cuando compuso sus primeras obras. Y este contacto fue continuo  a lo largo de su vida experimentando múltiples expresiones y pasando por distintas etapas, desde sus inicios en el teatro modernista, pasando por las apuestas experimentales de Así que pasen cinco años o El público, hasta llegar a su último proyecto en 1934 de recuperar para el teatro español la tragedia, un género en el que no ha habido obras de mérito. Centrándonos en esta empresa, Lorca habló de la composición de una trilogía, de la que nos han llegado dos: Bodas de sangre y Yerma. La obra que nos ocupa la llama Lorca drama, pero las semejanzas con las anteriores son innegables; incluso, nos atreveríamos a afirmar que en muchos aspectos supera a las dos anteriores y supone un proceso de depuración que otorga a la obra un mérito literario superior. Las características del teatro lorquiano una vez superada la etapa surrealista son:
-La búsqueda del espectáculo total, en el que se combinan verso y prosa, elementos cultos y folclóricos, música y plástica al servicio de la expresión de los sentimientos humanos. Aunque en La casa de Bernarda Alba se han reducido considerablemente la presencia de otras manifestaciones artísticas, en el fragmento podemos ver la música reflejada en esas coplas que cantan los segadores y repiten las hermanas.
-Sus obras finales se desarrollan en el medio rural andaluz con sus tradiciones. Los elementos de esa realidad están cargados de símbolos: el agua, la vida; la sed, el deseo; el olivar, el encuentro de enamorados; el mar, la libertad; la luna, la fertilidad y la muerte. En el fragmento observamos la llegada de los segadores cuando va a comenzar la recolección.
-Acercamiento a un receptor popular. Estas obras las puede ver cualquier espectador. Esta concepción popular de la obra literaria probablemente tuvo que ver con su experiencia de llevar el teatro clásico a los pueblos en su etapa en la compañía universitaria La Barraca
-Las protagonistas son mujeres a las que se impide desarrollar sus sentimientos esenciales como son el amor (Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba) o la maternidad (Yerma). En estas obras, la humanidad femenina está presentada con tal intensidad que se convierte en modelo universal. Los distintos desenlaces vitales (el amor arrebatado, la esterilidad, la rigidez materna...) serán el contexto dramático en el que la mujer se erige en símbolo de una parte de la realidad de su tiempo.
- Y por último un lenguaje sencillo, directo, pero dotado de incomparable aliento poético, que se manifiesta a través de diálogos cuajados de imágenes, símbolos y metáforas de extraordinaria plasticidad. Como el contraste de la luz cegadora de un día de verano a las tres de la tarde en contraste con la oscuridad del interior y de los vestidos negros de las chicas impuesto por el riguroso luto.
Centrándonos en esta última cuestión diremos que el teatro de Lorca es siempre poético, aun cuando pueda parecer lo contrario como La casa de Bernarda Alba. Esta obra está compuesta en prosa con excepción de las coplas del coro de segadores que cantan expresando su amor, las de la abuela y los rezos por los difuntos. Pero el suyo no es teatro poético a la manera de los modernistas, no es poesía en el teatro, sino un concepto poético de lo que es el teatro, aunque precisamente en este texto sí que encontramos poesía en las coplas de los segadores. Para que el drama sea poético no hacen falta versos; "El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera". Y esto es lo que hacen los personajes, pero en prosa. "El teatro necesita que los personajes lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre". Es una descripción perfecta de esta obra. Además los personajes hablan poéticamente; dice Adela en la línea 44, “Así se olvida lo que nos muerde”. En cada acto hay un comienzo realista que se efectúa a base de emplear un lenguaje muy natural y cotidiano, pero este lenguaje realista, que se puede observar también en el texto comentado, se abandona después para convertirse en un lenguaje cargado de valores dramáticos. Ese cambio es lento y gradual en el primer acto, más rápido en el segundo, y muy rápido en el tercero, donde el lenguaje realista se abandona casi desde el principio. El lenguaje realista es aquel que no tiene más de un plano, donde las palabras no significan más que lo que dicen. El lenguaje poético, que va aumentándose in crescendo tendrá dobles valores, alusiones a otra cosa, dobles entendimientos y dobles o aún múltiples significados que convierten las palabras en símbolos. Estos símbolos no tienen un valor extrínseco a la obra. Son símbolos que existen más bien dentro de la obra y funcionan como símbolos sólo en virtud del lenguaje.
Lorca estaba fuertemente influido por el simbolismo, común en la Generación del 27. He aquí unos cuantos símbolos: El agua: sed como referencia al deseo sexual (véase el sofoco: por eso Bernarda quiere cerrar ventanas y Adela/Martirio tienen sed. El caballo cuando da coces tiene sed). El pueblo no tiene ríos (igual a vida) pero sí pozos (oscuros símbolos de muerte). Se contrastan las referencias al agua estancada/envenenada de los pozos con el agua limpia e infinita del mar (con el que se asocia María Josefa.) Blanco-negro (viene reforzando la idea del documental fotográfico: blanco para lo positivo en general (la vida, la libertad, la sexualidad) mientras que lo negro se refiere a la muerte (Adela muere de noche) y al fanatismo religioso (luto). El color verde significa la rebeldía en Lorca. Lo demuestra mediante el vestido verde que luce Adela y el abanico que usa; ella es la única de las hijas que se rebela contra su madre. El bastón como símbolo del poder tiránico de Bernarda. Cuando Adela lo rompe acaba la tiranía, muestra la rebeldía de Adela. También, el bastón como símbolo de la ceguera de Bernarda.
ESTRUCTURA DE LA OBRA. (Comentario de la organización global de la obra: partes de que consta, sentido y relevancia de cada una de ellas)
La casa de Bernarda Alba consta de tres actos con una única acción. La organización de la acción es la tradicional de planteamiento, nudo y desenlace, correspondiendo cada una de estas partes a los tres actos.
El primer acto sirve de presentación del lugar donde va a transcurrir la acción: la casa limpia, blanca, silenciosa de unos labradores acomodados. El espectador sabe en qué momento del año sucede la acción: al principio del verano, en los días más calurosos. También conocemos los personajes; así por ejemplo, sabemos cómo Bernarda es una mujer de mal genio, autoritaria y odiada por todo el pueblo por lo que dicen Poncia y la criada estando solas en casa del ama mientras se celebra el funeral por la muerte del marido. Y se plantea el inicio de la acción. La muerte del marido de Bernarda es el origen de bastantes conflictos en la familia: un luto riguroso para las hijas que son jóvenes y no podrán salir de casa y el desigual reparto de la herencia que deja muy rica a la mayor, Angustias, en contraposición al resto de hermanas, que no reciben nada, pues aquélla era hija de un anterior marido de Bernarda. Esta herencia va a ser el desencadenante de la acción al solicitar a Angustias, ahora rica, Pepe el Romano, un mozo guapo  de 25 años por el que se van a sentir atraídas las hermanas.
El segundo acto correspondería al nudo o desarrollo del conflicto planteado en el anterior acto. Ha pasado un tiempo y la boda de Angustias y Pepe ya está acordada. En este tiempo han surgido los celos y envidias entre las hermanas: la que se va a casar no soporta a ninguna de sus hermanastras; y, principalmente la rivalidad entre Martirio y Adela, la más joven que se ha convertido en la amante de Pepe. La única que ve lo que está sucediendo en casa y el problema que se ha planteado es la criada y María Josefa, la abuela loca. Poncia intenta que su ama se percate del conflicto existente, pero no es lo suficientemente perspicaz para atajar los males que se ciernen sobre la familia.
En el tercer acto se prolonga el conflicto. Bernarda sigue sin alarmarse aunque ya ha podido ver algún detalle que es preocupante. Por ejemplo, el retrato de Pepe le ha desaparecido a la novia y ha sido encontrado en la habitación de Martirio; Angustias se sincera con su madre y le cuenta que ve poco entusiasmado a Pepe… Y rápidamente se resuelve trágicamente el conflicto planteado. Cuando Bernarda cree tener controlada la familia, en una noche serena, cuando piensa que todos duermen, Martirio descubre a Adela con Pepe y da la voz de alarma despertando a todas, incluida a su madre que dispara a Pepe. Al creer que éste ha muerto, Adela se suicida.
Las tres partes muestran una clara coherencia interna por la aparición de una serie de elementos que se repiten a lo largo de la obra. Veremos algunos de ellos. En los tres actos, los personajes visten de luto, excepto María Josefa, la abuela, que viste de novia. Los mensajes de ésta son redundantes en cada una de sus apariciones cuando les dice a las nietas que ninguna se casará y expresa las ansias de libertad al querer ir a la mar. Todos los actos comienzan haciendo referencia a las paredes blancas de la casa: I, Habitación blanquísima del interior de la casa…; II, Habitación blanca del interior… III, Cuatro paredes blancas…Y para terminar podemos resaltar cómo la primera y la última intervención de Bernarda en la obra se realiza con la misma palabra: ¡Silencio!
ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES. (Comentario y desarrollo de los siguientes aspectos: caracterización de los personajes y relación entre personajes principales de la obra y del papel que juegan en ella.)
Los personajes más importantes son
BERNARDA. Madre que impone un luto riguroso a sus hijas. Es autoritaria no solo para sus hijas, sino también para las criadas. Es orgullosa. Se cree que pertenece a una clase social más alta que sus vecinos, por eso el trato con ellos es casi nulo e impide que sus hijas se casen con los vecinos. El papel dramático que desempeña Bernarda es el de autoridad ideológica, social y familiar. Impide el disfrute de la libertad individual, de la alegría, del amor. Es conservadora y represora de la libertad de la mujer que debe someterse al marido. Su excesiva seguridad es la causante del desenlace trágico al no querer o no darse cuenta de lo que estaba sucediendo en casa. Con la única que mantiene una comunicación directa y franca es con la Poncia; pero cuando ésta le dice algo inapropiado, Bernarda interrumpe la conversación y le recuerda que simplemente es una criada.
ADELA. Es la hija menor de Bernarda. Se rebela contra el principio de autoridad. Su papel dramático es luchar contra esas normas o principios intentando ejercer su libertad: no solo no respetando el compromiso de su hermana Angustias con Pepe el Romano, sino rebelándose contra otras órdenes de su madre y de Poncia. En el fragmento Adela muestra sus ansias de libertad, de no someterse a nadie, de no respetar las normas sociales ni familiares, todo lo cual la llevará a la muerte. Su inquebrantable relación con Pepe el Romano será el desencadenante de su absurda muerte desde el punto de vista humano, pero necesario desde el punto de vista dramático, pues en ningún caso hubiera sido posible otra solución.
LA PONCIA. Su papel dramático es múltiple. Es la criada de toda la vida. Sirve de contacto entre el exterior y la casa donde están encerradas las mujeres. Intenta abrir los ojos a Bernarda para que descubra el conflicto que se está generando. Parece que a veces se va a enfrentar a Bernarda (las dos tienen una edad parecida), pero, en el último momento, se calla por interés: sus hijos, al igual que ella, trabajan para Bernarda. También es tentadora de la concupiscencia de las hermanas. Intenta que impere el sentido común, como en este texto, donde intenta convencer a Adela para que no se vea con Pepe el Romano y espere su turno cuando Angustias muera en el primer parto.
MARTIRIO. Ya se ha comentado que un tema fundamental es el amor. Como un aspecto de éste, el papel dramático de esta hermana es representar los celos, no de Angustias, la novia, sino de Adela, la amante de Pepe. Desde el punto de vista físico es la imagen opuesta de Adela, que es guapa; ella no es muy bien parecida y además tiene joroba. Se convierte en una sombra de Adela, situación que es muy desesperante para la hermana y que terminará levantando un muro de odio entre ellas.
PEPE EL ROMANO. No aparece como personaje dramático, ya que nunca aparece en escena; no obstante, sus encuentros con Angustias y con Adela determinan la conducta y el desarrollo dramático en la obra. Tan solo aparece en escena a través de un retrato que de él tiene la novia, Angustias.
ANGUSTIAS. Es la hermana mayor con 39 años, hija de un marido anterior de Bernarda. Su repentina buena suerte al recibir la herencia la convierte en un partido apetecible para el joven Pepe el Romano. En este sentido, el personaje representa el amor profanado, el amor por interés que no es realmente amor, sino el deseo de enriquecerse a través de él plasmado en una boda de compromiso. La misión dramática del personaje es representar el egoísmo ciego del rico al no querer percatarse que esa unión no era fruto del sentimiento amoroso, sino del interés económico. En contraposición a ella, su hermana Adela, representa el amor puro e incondicional, pero también ciego por no ser capaz de vislumbrar el camino incierto de esa relación.
Las demás personajes desempeñan un papel menor, pero no menos interesante. María Josefa, es la abuela con demencia senil, a la que se encierra como si no existiera; sin embargo, es la que dice la verdad y la que, identificada con Adela, busca el amor sincero. Es la voz que representa paradójicamente la locura cuerda. Magdalena y Amelia, aún pasan más desapercibidas, aunque Amelia, simboliza el temor ilógico hacia los hombres; los tiene miedo, pero ese miedo no está en la propia naturaleza de los varones, sino en el despecho falso que sufrió por un pretendiente que tuvo al que Bernarda prohibió que se acercara por casa.


Te presento esta novela ambientada en Salamanca que acabo de publicar, por si te animas a leerla.

SINOPSIS

El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso.

El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 

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