Escena
V de la jornada IV.
D.
ÁLVARO.
¡Leonor! ¡Leonor! Si existes, desdichada,
¡oh
qué golpe te espera,
cuando
la nueva fiera
te
llegue adonde vives retirada,
de
que la misma mano,
la
mano ¡ay triste! mía,
que
te privó de tu padre y de alegría
¡acaba
de privarte de un hermano!
No;
te ha librado, sí, de un enemigo,
de
un verdugo feroz, que por castigo
de
que diste en tu pecho
acogida
a mi amor, verlo deshecho,
y
roto, y palpitante
preparaba
anhelante,
y
con su brazo mismo
de
su venganza hundirte en el abismo.
Respira,
sí, respira,
que
libre estás de su tremenda ira.
(Pausa.)
¡Ay
de mí! Tú vivías,
y
yo lejos de ti, muerte buscaba;
y
sin remedio las desgracias mías
despechado
juzgaba:
mas
tú vives, mi cielo,
y
aún aguardo un instante de consuelo.
¿Y
qué espero? ¡infeliz! de sangre un río
que
yo no derramé, serpenteaba
entre
los dos; mas ahora el brazo mío
en
mar inmenso de tomarlo acaba.
¡Hora
de maldición, aciaga hora
fue
aquella en que te vi la vez primera
en
el soberbio templo de Sevilla,
como
un ángel bajado de la esfera,
en
donde el trono del Eterno brilla!
¡Qué
porvenir dichoso
vio
mi imaginación por un momento,
que
huyó tan presuroso
como
al soplar de repentino viento
las
torres de oro, y montes argentinos,
y
colosos, y fulgidos follajes
que
forman los celajes
en
otoño a los rayos matutinos! (Pausa.)
¡Mas
en qué espacio vago, en qué regiones
fantásticas!
¿Qué espero?
¡Dentro
de breves horas,
lejos
de mundanas afecciones
vanas
y engañadoras,
iré
de Dios al tribunal severo! (Pausa.)
¿Y
mis padres?... Mis padres desdichados
aún
yacen encerrados
en
la prisión horrenda de un castillo
cuando
con mis hazañas y proezas
pensaba
restaurar su nombre y brillo,
y
rescatar sus míseras cabezas.
No
me espera más suerte
que
como criminal, infame muerte.
(Queda
sumergido en el despecho.)
1) ESTRUCTURA EXTERNA.
Fragmento en verso de la obra Don Álvaro o la fuerza del
sino, del Duque de Rivas, Ángel de Saavedra. El texto está formado por
versos de siete y de once sílabas métricas. En el cómputo silábico, hemos de
señalar la presencia de la licencia métrica llamada sinéresis en los versos 1: Leonor, Leonor… y en el verso 7: alegría; en estas palabras, las sílabas
del hiato se convierten en una sola sílaba métrica. La rima es consonante,
aunque no se estructura con un orden fijo: 11A, 7b, 7b, 11A, 7c, 7d, 11D, 11C,
11E, 11E, 7f, 11F, 7g,7g, 7h, 11H, 7i, 11I. Esta combinación de versos endecasílabos
y heptasílabos sin un esquema fijo, se llama silva. El desorden vital, el
sufrimiento, la angustia del protagonista se plasma perfectamente en esta
composición en la que endecasílabos y heptasílabos se mezclan al gusto del
poeta.
El texto es un soliloquio del protagonista del drama en el
que da a conocer al espectador sus inquietudes. Las acotaciones que hay son muy
breves y las podemos considerar descripciones: verso 57: Queda sumergido en el despecho.
2) ESTRUCTURA INTERNA.
Podemos dividir el monólogo en las siguientes partes, según
las cuestiones que en él se abordan:
1ª parte, del verso 1 al 18, centrada en la especulación
del protagonista sobre cuál será la reacción de su amada cuando se entere de
que también él ha matado a su hermano.
2ª parte, del verso 20 al 42, dedicada a pensar en su amada
Leonor. En primer lugar, ilusionándose con la posibilidad de volver a gozar de
su amor a pesar de todas las circunstancias trágicas que han jalonado su
relación; por otra parte, reniega del momento en que la conoció, creyendo que
desde entonces comenzaron sus desgracias.
3ª parte, versos 43 al 48, destinados a reflexionar y
centrarse en lo más inmediato y transcendental, como es la posibilidad de morir
inmediatamente.
4ª parte, versos del 49 al 57, antes de ser ajusticiado,
piensa en sus padres encarcelados y la frustración de sus planes para alcanzar
honor, gloria e influencia para liberarlos.
3) TEMA.
Reflexión de don Álvaro antes de su ejecución, sobre su
amada Leonor y sobre la desgracia que se cierne sobre sus padres encarcelados,
sin la posibilidad de su amparo si él llega a morir.
4) RESUMEN.
[Después de haber
matado en duelo a don Carlos y de que éste le revelara que su hermana vivía],
don Álvaro reflexiona pensando cómo reaccionará su amada cuando se entere de
que también había matado a su hermano; no obstante, se consuela y justifica su
proceder al evitar que ella misma muriera al haber acabado antes con la vida de
su hermano, pues la intención de don Carlos era también matarla para lavar la
honra de la familia. En esta tesitura, los sentimientos del protagonista son
titubeantes: por una parte, se ilusiona creyendo que es posible reanudar la
relación con su amada; por otra, es consciente de que sus desgracias comenzaron
cuando él se enamoró de doña Leonor al verla en una iglesia. En estas
circunstancias, ante su inmediata muerte, intenta centrarse en la necesidad de
rendir cuentas ante Dios. Por último, su recuerdo postrero es para sus padres
encarcelados y siente pena porque su objetivo último cuando vino a España, que
era ganar gloria y fama para conseguir liberarlos, se va a ver frustrado.
5) CARACTERÍSTICAS DEL DRAMA ROMÁNTICO
PRESENTES EN ESTE TEXTO.
El uso de enunciados exclamativos
e interrogativos es señal inequívoca de la expresión de emociones intensas y
personales. El discurso de don Álvaro refleja los momentos tan emotivos que
está viviendo, como es el descubrimiento de que su amada Leonor no está muerta
como él creía. Y junto a éste, la posibilidad inmediata de morir.
En la obra se representan dos
temas recurrentes en los dramas románticos. Por una parte, el amor, un amor
surgido de forma súbita (don Álvaro se enamora de Leonor al verla en un templo)
y su corta duración, ya que apenas comenzado, cuando tramaban huir para vivir
juntos, se ve frustrado. Por otra, el azar, el destino, determina a su antojo
la vida de las personas. La vida de los protagonistas ha estado marcado por el
sino fatídico de la muerte: la muerte de toda la familia Vargas, primero la del
padre y luego la de los hermanos.
El tema del honor, llevado hasta
extremos propios del teatro barroco, y la propia personalidad de los caballeros
protagonistas son un eco de ese mundo pasado, legendario, aunque la obra está
ambientada unos cincuenta años antes de su estreno en 1835.
El yo angustiado y en conflicto es otro de los temas que no suelen
faltar en textos románticos y que está presente en éste ya que nos encontramos
con alguien que confiesa su imposibilidad de ser feliz.
El protagonista, don Álvaro, está
configurado al gusto romántico: origen exótico – religión inca, adorador del
Sol- y desconocido, -no sabemos hasta el final quiénes son sus padres; además,
él se cuidó mucho de darse a conocer hasta que no alcanzara fama de soldado
valiente… Otros rasgos del héroe romántico que confluyen en don Álvaro son su apostura
varonil –valiente, torero, buen soldado, galán, atlético…- y sobre todo, su
carácter trágico, marcado por un sino adverso que le hará vivir
desgraciadamente y sufriendo a pesar de su condición real, de su riqueza y de
todos los ingredientes para ser feliz. Después de este atormentado soliloquio,
la acotación describe al personaje de la siguiente manera: (Queda sumergido en el despecho.)
La escenografía y la
ambientación son fundamentales y numerosos a lo largo de la obra: nos
encontramos mansiones decadentes, montañas, conventos y paisajes inhóspitos y
nocturnos.
6) COMENTARIO DE LAS PRINCIPALES FIGURAS
RETÓRICAS.
FIGURA
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VERSOS
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CITA
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COMENTARIO
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1
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Leonor, Leonor
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Dirige parte de su discurso a su amada ausente.
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2-4
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mi cielo
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7 y 8
|
que te privó de tu padre y de alegría
¡acaba de privarte de un hermano!
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Se repite el mismo
lexema verbal con distintos morfemas.
Se ahonda en la desgracia al resaltar con la misma raíz la acción verbal, con
lo cual la culpabilidad se acrecienta.
|
Polisíndeton y enumeración
|
12-13
|
verlo deshecho,
y roto, y palpitante
preparaba anhelante,
|
Con la presencia innecesaria de la y delante de cada
término, se pondera la crueldad de don Carlos que en su camino de venganza no
se detiene ni ante su propia hermana.
|
39-40
|
como al soplar de repentino viento
las torres de oro, y montes
argentinos,
y colosos, y fulgidos follajes
que forman los celajes
en otoño a los rayos matutinos! (Pausa.)
|
Otros elementos más
consistentes que su propia relación amorosa son aniquilados del mismo modo
repentino. Es el tema de la fortuna, rueda que nunca se está quieta.
|
Hipérbaton
|
15, 16
|
y con su brazo mismo
de su venganza hundirte en el abismo.
|
[y hundirte en el abismo de su
venganza con su brazo mismo] tal
vez buscando la rima, pero de este modo se resalta al ejecutor de la
venganza, su propio hermano.
|
26-28
|
de sangre un río
que yo no derramé, serpenteaba
entre los dos
|
[un río de sangre
que yo no derramé, serpenteaba entre los dos] Extrañamiento del lenguaje:
se sitúan las palabras fundamentales al comienzo del enunciado buscando amplificar
ciertos términos: de sangre.
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Repeticiones
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17
|
Respira, sí, respira,
|
Destaca palabras clave: Leonor puede tranquilizarse,
sentir alivio, porque su hermano ya no es una amenaza.
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e interrogación retórica
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49
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¿Y mis padres?... Mis padres
desdichados
|
Función enfática.
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Epíteto
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10
|
verdugo feroz
|
Se resalta una cualidad intrínseca del sustantivo.
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51
|
prisión horrenda
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Antítesis
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20, 21
|
Ay de mí! Tú vivías,
y yo lejos de ti, muerte buscaba;
|
Tu/yo, vivir/morir,
contraponen las dificultades por las que ha pasado la relación de los dos
amantes.
|
|
5
|
De que la misma mano, la mano… que te privó
|
Se utiliza una parte, como es la mano, por toda su persona, don
Álvaro. Por otra parte, encontramos también repetición de la palabra mano,
para resaltar su culpabilidad: el amante de su hija mata al padre y al
hermano de ésta.
|
Personificación
|
3
|
Cuando la nueva fiera te llegue…
|
Atribuye una cualidad propia de los seres vivos, como es la fiereza, al
sustantivo nueva; es decir, “le llegue la noticia salvaje, inhumana”.
|
Metáfora
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11, 12
|
de que diste en tu pecho
acogida a mi amor
|
El término real es que ella se enamoró de don Álvaro.
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26-28
|
de sangre un río
que yo no derramé, serpenteaba
entre los dos; mas ahora el brazo mío
en mar inmenso de tomarlo acaba.
|
El término
metafórico río de sangre
corresponde a su hermano Carlos, vivo, obsesionado con la venganza; y el
termino en mar inmenso, corresponde
a don Carlos, muerto, ya neutralizado. La base de esta metáfora continuada se
basa en el tópico literario: la vida –el río- que acaba en el mar –muerte.
|
Hipérbole
|
26-27
|
de sangre un río
que yo no derramé, serpenteaba
entre los dos
|
Exageración propia de la sentimentalidad desbordada de los personajes
románticos.
|
Símil
|
33
|
como un ángel bajado de la esfera,
|
Idealización de la
amada a la que casi diviniza.
|
38
|
como al soplar de repentino viento
|
Su relación se
truncó inesperadamente.
|
Un poco de publicidad personal...
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