Comentario de texto de un fragmento del acto II de La conjuración de Venecia / Francisco Martínez de la Rosa
RUGIERO.- Cálmate, amor mío... ¿por qué te afliges hasta ese punto?... LAURA.- Mi madre..., mi pobre madre... ¡qué diría la infeliz, si viviese! RUGIERO.- Tendría lástima de nosotros y nos perdonaría... Tú por lo menos tienes el consuelo de haberla conocido, de haber pasado tu niñez a su sombra; tú recuerdas su rostro, su acento, sus caricias... a la hora de su muerte, te dejó en los brazos de un padre... ¡pero yo, yo, infeliz de mí, desde que abrí los ojos, no he tenido en el mundo a quien volverlos! LAURA.- ¡Cómo queman tus lágrimas, Rugiero! Deja, déjame; yo las enjugaré con mi mano... RUGIERO.- Solo, huérfano, sin amparo ni abrigo... sin saber a quiénes debo el ser, ni siquiera la tierra en que nací... ¿Por qué me amas, Laura, por qué me amas?... ¡Basta que seas mía, para que seas desgraciada! LAURA.- Más quiero contigo todas las desdichas juntas que lejos de ti todos los bienes de la tierra... Mira, Rugiero, con toda mi alma te lo digo: quizá no te amaría tanto, s