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Mostrando entradas de abril, 2009

La sombra de los recuerdos

Aquí estoy sentado en mi butaca, rodeado de mis recuerdos. Muchos de ellos son remordimientos. Pero hay uno sobre todo que me persigue hasta en sueños. Es ése cuando cometí un gravísimo atentado contra la vida de mi madre, la asesiné. Ahora mismo estoy volviendo a recordar esos momentos. -Hola mama,- dije al entrar a casa, y mi madre contestó: -¿Qué tal hijo? La cena está hecha desde hace un buen rato, ¡está fría! El día que vuelvas a llegar tarde no te la vuelvo a dar. No le contesté ni le dije nada, solamente fui a la cocina a ver lo que me había preparado, pero la sorpresa fue mayúscula cuando levanté la tapa que cubría el plato y vi que estaba vacío. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero sobre todo la de aquellas noches que mis padres me dejaban sin cenar y hasta el día siguiente no probaba bocado.Fui en busca de mi madre pero ya estaba dormida. Me puse muy nervioso y busqué mis pastillas, pero no las encontré en el cajón de mi cuarto, que es donde las suelo dejar siempre

Cruces en el Camino

La verdad es que en toda nuestra vida nos vemos en muchas situaciones en las que tenemos que decidir lo que vas a hacer. Antes de nacer, tus padre ya han decidido que nombre te van a poner, más adelante deciden a qué colegio vas a ir y tú, con qué amigos vas a estar; después decides el equipo de fútbol o el deporte que te gusta. El instituto, a la chavala con la que quieres estar (todo esto si ella quiere) y muchas otras decisiones que no puedo contar. Hace varios años, tenía una gran oportunidad de jugar en dos equipos extranjeros de fútbol, o bien quedarme en el que estaba. Yo quería jugar en un equipo grande pero, por otra parte, no podía abandonar a mis padres, a la familia, a mis colegas... Y no sabía qué hacer. ¡ Ah ! Se me olvidaba: tengo novia y no quería que me fuese; quería que me quedase a toda costa. Me acuerdo de una conversación que tuve con ella. Yo: A ver, no me puedo quedar, es una gran oportunidad. Ella: ¡ Ah ! Y nos vas a dejar a todos por un estúpido club. Si te

Cada vez que te veo

El primer día de escuela estaba muy nerviosa, no conocía a nadie. Estaba sentada en primera fila, cuando de repente entró en mi clase un ángel: él era el chico de los sueños de cualquier chica. Yo, como soy una persona muy tímida y vergonzosa, enseguida me puse colorada. Como era nueva, me hicieron salir al encerado delante de toda la clase. Yo no quería, pero al final me convencieron. Salí y me presenté con las siguientes palabras: “Hola me llamo Ainara . Tengo 15 años” Y no supe que decir más. Entonces comenzaron a hacerme preguntas. Cuando terminaron las clases iba caminando hacia mi nueva casa y cuando más distraída estaba, vi a Marco. Os preguntaréis quién es Marco, ¿no? Pues el ángel que conocí horas antes. Cuando le vi me puse muy nerviosa, eché la mirada abajo y continúe andando. Al pasar por su lado se me quedó mirando y me dijo: -Perdona, ¿tú vas a mi clase? Yo me giré, me le quedé mirando y le contesté: -Sí, soy Ainara . -¿Vives en este vecindario? Le contesté que sí y

La otra cara

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Amistades verdaderas, eso es lo que tenía hasta hace un tiempo, o eso pensaba. Todo empezó aquel día, uno de esos normales en lo que haces lo de siempre. Cuando salí de casa vi que hacia un buen día, salí a dar un paseo con una amiga a la que conocía hace mucho pero ya pocas veces veía. No hablábamos de nada y todo estaba en silencio. Llegamos a la playa que estaba mas vacía de lo normal aunque seguía siendo tan bonita como siempre, con su cálida arena y su mar azul. Nos sentamos a descansar y poco después mi amiga se quedó dormida ya que un rato antes parecía agotada. Yo estaba sentada cuando vi que una carta estaba tirada en la arena, debía ser de mi amiga ya que estaba cerca de su bolsillo. La iba a guardar pero me entró curiosidad por verla. La leí y en ella ponía cosas horribles. La que parecía mi amiga no era mas que una farsante que me criticaba a las espaldas. Quizá me lo hubiese esperado de otra persona pero jamás de ella. Cuando despertó, ya me había ido y lo único que la dej