Asomaba a
sus ojos una lágrima,
y a mi labio
una frase de perdón;
habló el
orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase
en mis labios expiró.
Yo voy por
un camino, ella por otro;
pero al
pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún:
“¿Por qué callé aquel día?”
Y ella dirá:
“¿Por qué no lloré yo?”
Estructura
externa.
Nos
encontramos con un poema compuesto por dos estrofas de versos endecasílabos,
por tanto, versos de arte mayor simples. Riman los pares en asonancia y quedan
libres los impares. El ritmo es yámbico al caer el acento estrófico en sílaba
par.
Estructura
interna.
En la
primera estrofa se describe a los dos amantes en una situación de conflicto
amoroso que, a consecuencia del orgullo mutuo, no son capaces de resolver.
En la
segunda estrofa, después de romper, o por lo menos estando sin reconciliar, el
poeta cree que los dos se arrepienten de no haber sido más humildes y haberse
perdonado.
Tema.
Lamentación
del poeta por no haber sido capaz de resolver un conflicto amoroso.
Resumen.
El poeta
rememora una situación de conflicto amoroso que los amantes no fueron capaces
de resolver a consecuencia del actitud orgullosa de los dos. Ella estuvo a
punto de llorar en ese momento, pero no prorrumpió en llanto; él a punto de
pedir perdón, pero se quedó con la palabra en la boca.
Al recordar
ese incidente, el poeta se lamenta por
no haber sido capaces de resolver esa diferencia entre ellos.
Figuras
literarias.
En el verso
2 nos encontramos una elipsis del verbo que ha aparecido en el verso 1, “asomaba”.
Lo mismo podemos decir del verso 5 en el que se sobreentiende el verbo “voy”:
“Yo voy por un camino; ella, [va] por otro.” La elisión supone
esencialidad en la expresión; también connota, por una parte, reflexión serena;
por otra, cierta frialdad, como si la ruptura entre los amantes fuera
irreparable.
En el verso
3, nos encontramos una metonimia: “Habló el orgullo”. Se supone con esta
expresión que ella mantuvo una actitud de distanciamiento y soberbia con
respecto él. Podríamos considerar que hay una personificación al atribuir una
acción a una actitud. También vemos otra personificación en el verso 4: “y
la frase en mis labios expiró”. Expirar es morir un ser vivo; el poeta
quiere significar que no llega a pronunciarse la frase de perdón que se estaba
a punto de decir. Además, comprobamos un pequeño hipérbaton al posponer el
verbo en último lugar, así, la acción que no se va producir, se pospone en el
discurso.
En el verso
5 nos encontramos con una metáfora pura muy repetida en Las Rimas como es considerar la vida, término real, como un camino,
término imaginario o metafórico. Esta expresión es la que nos lleva a pensar
que la ruptura entre los amantes es real pues ella sigue “otro”.
Nos
encontramos una antítesis repetidísima en esta obra: el yo del poeta con
el ella, la amada. Aquí se puede decir que acaba la etapa de regocijo
amoroso y comienza la desesperanza del poeta por no sentirse querido.
Los dos
últimos versos nos encontramos una estructura repetida, un paralelismo, otra
figura habitual del peta y que es la base de muchas de sus composiciones. Es la
siguiente estructura: una proposición principal con el mismo verbo, aunque
distinto tiempo, polípote, y una proposición subordinada sustantiva que
funciona como complemento directo. Las dos proposiciones son dos oraciones
interrogativas directas que son introducidas por preposición y pronombre
interrogativo: “Por qué”, anáfora.
Ambas preguntas son dos interrogaciones retóricas ya que son más bien dos
lamentaciones.
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