Desde la sacristía, mosén Millán recordaba la horrible confusión de
aquellos días, y se sentía atribulado y confuso. Disparos por la noche, sangre,
malas pasiones, habladurías, procacidades de aquella gente forastera, que, sin
embargo, parecía educada. Y don Valeriano se lamentaba de lo que sucedía y al
mismo tiempo empujaba a los señoritos de la ciudad a matar más gente. Pensaba
el cura en Paco. Su padre estaba en aquellos días en casa. Cástulo Pérez lo
había garantizado diciendo que era trigo limpio. Los otros ricos no se
atrevían a hacer nada contra él esperando echarle mano al hijo.
Nadie más que el padre de Paco sabía dónde su hijo estaba. Mosén Millán
fue a su casa.
-Lo que está sucediendo en el pueblo -dijo- es horrible y no tiene
nombre.
El padre de Paco lo escuchaba sin responder, un poco pálido. El cura
siguió hablando. Vio ir y venir a la joven esposa como una sombra, sin reír ni
llorar. Nadie lloraba y nadie reía en el pueblo. Mosén Millán pensaba que sin
risa y sin llanto la vida podía ser horrible como una pesadilla.
Por uno de esos movimientos en los que la amistad tiene a veces
necesidad de mostrarse meritoria, mosén Millán dio la impresión de que sabía
dónde estaba escondido Paco. Dando a entender que lo sabía, el padre y la
esposa tenían que agradecerle su silencio. No dijo el cura concretamente que lo
supiera, perolo dejó entender. La ironía de la vida quiso que el padre de Paco
cayera en aquella trampa. Miró al cura pensando precisamente lo que mosén
Millán quería que pensara: «Si lo sabe, y no ha ido con el soplo, es un hombre
honrado y enterizo». Esta reflexión le hizo sentirse mejor.
RESUMEN.
Mientras mosén Millán espera en la sacristía el comienzo de la misa de
réquiem, al cabo de un año después de la muerte de Paco el del Molino, rememora
los acontecimientos que acaecieron en el pueblo desde la llegada de un grupo de
forasteros que se dedicó a asesinar a los vecinos. De esos días, también
recuerda la desaparición de Paco y la visita que él realizó a su familia, cuyo
padre era el único que sabía el paradero de su hijo y al que paradójicamente
los señoritos no le habían acosado por haber sido protegido por don Cástulo. En
esa entrevista, el cura da a entender que sabe dónde se esconde; no es que lo
dijera expresamente, pero los padres intuyeron por su actitud que lo sabía, por
lo cual se mostraron agradecidos por su solidaridad.
COMENTARIO CRÍTICO.
Nos encontramos con un fragmento en prosa de la novela Réquiem por un campesino español, de
Ramón J. Sender. El tipo de discurso que predomina es el narrativo, junto al
descriptivo, como es propio del género novelesco.
En cuanto a su estructura interna podemos señalar las siguientes partes
teniendo en cuenta que el cura está esperando en la sacristía el comienzo de la misa; estas dos partes se centran en dos recuerdos:
De la línea 1 a la 5: Recuerdos del cura de los días de revuelta que se
sucedieron en el pueblo después de la llegada de unos forasteros que comenzaron
a asesinar a mucha gente.
De la línea 6 hasta el final, que son los recuerdos sobre Paco el del
molino. A su vez podemos señalar dos partes:
De la línea 6 hasta el 9, que es la descripción de cuál era la situación
del padre de Paco; los forasteros no se metieron con él porque don Cástulo lo
había protegido.
De la línea 10 hasta el final que se centra en los recuerdos de la
visita que mosén Millán efectuó al padre de Paco, que era el único que sabía
dónde se encontraba su hijo. En esta entrevista, el cura dio a entender que
sabía el paradero de Paco, por lo cual el padre le agradece su silencio.
El tema: Los recuerdos de Mosén Millán centrados en la violencia
acaecida en su pueblo al comienzo de la guerra civil y en la visita que realizó
a la familia de Paco cuando éste se había escondido.
ACTITUD E INTENCIÓN.
El Realismo Social de la época propugnaba una actitud objetiva a la hora
de narrar por parte del autor. Prácticamente desaparece como comentador de lo
que cuenta y solo se dedica a narrar, describir y componer unos diálogos que
dicen los personajes. Sin embargo, en general, la novela de los escritores
exiliados es bastante conservadora en el planteamiento narrativo: él selecciona
lo que quiere contar y crea los personajes según la intención comunicativa de
toda la obra, por lo tanto su actitud es subjetiva.
La intención última de este fragmento, dejando claro su intención
estética general como obra de arte que es, es construir la personalidad de
Mosén Millán, personaje atormentado por su delación en las circunstancias de
violencia vividas en su parroquia. Una vanidad innecesaria será nefasta ya que
traerá como consecuencia la muerte de su ahijado y también los remordimientos
consecuentes para él.
También, en el fragmento, vemos cómo se construye el personaje de
Cástulo, que protege al padre de Paco. Este vecino rico se le presenta como una persona que sabe estar a bien con todos.
TIPO DE TEXTO.
El texto es literario, un fragmento de una novela; en concreto pertenece
al género narrativo. Como tal nos encontramos unos hechos protagonizados por
unos personajes que son contados por un narrador, que los sitúa en un tiempo y
espacio determinados.
Las formas de elocución básicamente son la narración, la descripción y
el diálogo. En las partes narrativas el narrador hace avanzar la acción; esto
se consigue sobre todo con el uso de los pretéritos perfectos: No dijo el cura concretamente que lo
supiera…La ironía de la vida quiso… (19) Es un narrador externo, que no
participa en la acción, por eso narra en 3ª persona.
Las partes descriptivas son bastantes; estas se hacen en pretérito
imperfecto: El padre de Paco lo escuchaba
sin responder, un poco pálido (12).
Y también tenemos diálogos. En estilo directo: -Lo que está sucediendo… (11) Pero también es estilo indirecto: Cástulo… diciendo que era trigo limpio
(7) También se reproducen los pensamientos de los personajes de manera directa:
“Si lo sabe, y no ha ido con el soplo,
es…” (22, 23)
El registro lingüístico del texto es culto. El autor utiliza todos los
recursos que le ofrece el lenguaje y los recursos literarios para componer su
historia. Sin embargo, cuando reproduce los diálogos de los personajes refleja
la forma de ser de éstos y nos encontramos coloquialismos: ir con el soplo (22), hombre
enterizo (23), era trigo limpio
(7), echarle mano al hijo (8).
VALORACIÓN PERSONAL.
El fragmento que comentamos es muy duro, pero muy representativo de lo
que pasa en conflictos civiles, en lo que sucedió en nuestra guerra civil. En
un conflicto de esa naturaleza, también en cualquier guerra, no hay vencedores
y sí mucha desgracia generalizada. El cura pertenecería al bando vencedor, pero
para él esa experiencia va a ser dramática porque, aparte del drama social,
vemos sobre todo su conflicto personal al cabo del año de la muerte de Paco. Si
en el intervalo entre el toque de campanas que anuncia la misa y el comienzo de
ésta, el cura repasa la relación que mantuvo con él resaltando los momentos en
los que claramente se vislumbra una simpatía mutua, es para resaltar su papel
de colaborador en el desenlace tan funesto y absurdo, cuando dice dónde se
esconde Paco y colabora en su captura.
La figura del cura es patética no solo porque no se opusiera a la
violencia que se ejerció, sino por haberse implicado de manera absurda en el
apresamiento de Paco. La consecuencia de su vanidad es que va tener que
compartir un secreto, cuando el padre le revele el paradero, del que
inmediatamente se arrepiente de saber.
Las consecuencias de este conflicto las sufrirán especialmente los que
perdieron la guerra, pero también los que la ganaron. El personaje que
representa este drama personal es el de Mosén Millán. Solo, sin feligreses,
acompañado solo por el alcalde y los ricachones, que sucesivamente se echan la
mano a la cartera para pagar la misa, pagar su culpa, como si con este detalle
intentaran honrar la memoria del muerto.
El tema que se plantea y los hechos que se narran son actuales
desgraciadamente. Las guerras se suceden constantemente, incluso, la civiles,
como lo es la guerra civil que se libra en Siria y casi en Egipto, o la pasada
en Libia. Parece que los seres humanos no somos capaces de resolver los
conflictos, sobre todo cuando éstos están en manos de líderes megalómanos, si
no es guerreando. Esto es deprimente.
VALOR ESTILÍSTICO DE LOS
ADJETIVOS DEL PRIMER PÁRRAFO.
Los adjetivos que encontramos en este párrafo están sobre todo en las
cuatro primeras líneas, que son una descripción, efectuada según los ojos del
cura, de los primeros días de la guerra civil en el pueblo. En este sentido
hallamos estructuras atributivas propias de la descripción: se sentía atribulado y confuso (2) con
un verbo semicopulativo; parecía educada
(4).
De los adjetivos que modifican directamente al sustantivo hay dos
especificativos, necesarios porque
seleccionan al nombre: gente
forastera (3) y trigo limpio (7);
y otros dos explicativos, antepuestos, que proyectan subjetividad, como son los
recuerdos de una persona al describir los acontecimientos que rememora: horrible confusión (1), un epíteto y malas pasiones (2,3).
La mayor parte de estos adjetivos llevan implícitas en su significado
connotaciones negativas que ayudan a crear en el lector la atmósfera de caos,
miedo, irracionalidad e inseguridad que pretende hacernos revivir Sender a
través de la evocación de Mosén Millán.
VALOR ESTILÍSTICO DE LOS VERBOS.
Al comentar los verbos lo primero que hemos de señalar es su abundancia,
propia de una narración, y su variedad, reflejo de la riqueza narrativa del
fragmento y de la novela. Veamos algunos.
El pretérito imperfecto de indicativo que es utilizado sobre todo en
descripciones. Pero hemos de diferenciar dos planos narrativos. En presente,
mientras mosén Millán está en la sacristía, recuerda y describe los
acontecimientos acaecidos en el pueblo al estallar la guerra civil: recordaba (1), sentía (2), Mosén Millán
pensaba que sin risa… (14); y otros, también descriptivos, que se sitúan en
el pasado cuando se reconstruye lo que acaeció en esos días: Y don Valeriano se lamentaba (4), su padre estaba en casa (6), El padre de Paco lo escuchaba… (12).
Tenemos un pretérito pluscuamperfecto de indicativo en la línea 7, Cástulo Pérez lo había garantizado, que
expresa una acción en pasado anterior a otra también pasada: su padre estaba en casa.
El otro tiempo representativo del texto es el pretérito perfecto simple,
con el cual se consigue que la acción avance: fue (9), dijo (11), vio (13), dio la impresión (17)…
Analicemos a continuación los presentes de indicativo, que aparecen en
los diálogos en estilo directo: Lo que
está sucediendo… y no tiene nombre (11). El primero es una perífrasis
verbal aspectual durativa. También cuando se reproducen directamente lo que el
cura quiere que piense el padre de Paco: “Si
lo sabe… es un hombre honrado…”
Comentaremos a continuación la presencia de una perífrasis modal de
obligación cuyo verbo personal está pretérito imperfecto: el padre y la esposa tenían que agradecerle su silencio.
Encontramos un presente intemporal en la línea 16: …en los que la amistad tiene a veces… cuando se intenta con un
principio del comportamiento humano general explicar la actitud del cura.
Todos los tiempos están en indicativo, modo en el que se presentan los
hechos o las descripciones como reales y de manera objetiva, algo que pretende
el narrador objetivista. Al mismo tiempo, se narra en tercera persona, pues el
narrador no participa en los hechos que cuenta. Por último, la variedad de
tiempos verbales refleja los distintos planos narrativos de la novela.
TEMAS DE LA OBRA.
La novela representa dos concepciones diferentes de la vida simbolizadas
en dos personajes con vínculos fuertes de amistad. El cura representa el orden
establecido, aunque éste sea injusto; Paco representa la justicia social
adoptando una actitud generosa al anteponer esa defensa a los intereses
personales. Con la forma de plantear el conflicto narrativo y la selección de
los personajes principales, mosén Millán y Pepe el del Molino, el autor
denuncia la injusticia social en el mundo rural de
principios de siglo XX, caracterizado por una estructura social desequilibrada
con la concentración de la propiedad en manos de una oligarquía terrateniente
cada vez más rica y de una clase baja cada vez más pobre. La novela refleja el
sentimiento de alarma de estos terratenientes ante la amenaza de la reforma
agraria y su resistencia a los cambios.
En este conflicto, se
critica el comportamiento de los poderosos, pero especialmente la conducta de
la Iglesia, representada por mosén Millán. El comportamiento del religioso no
solo se presenta como criticable por denunciar a Paco, sino por su
insensibilidad ante las denuncias que le formulaba Paco desde que éste era un
chiquillo cuando resaltaba la vida demasiado dura de algunos vecinos.
-La violencia (relacionada con el tema anterior) que sobre
todo surge a partir del estallido de la Guerra Civil cuando llegan los
falangistas de la ciudad. Previamente a este episodio, cuando los vecinos se
sublevan contra el duque para no pagarle los arriendos de terrenos y se
enfrentan a los guardianes, lo hacen con argumentos –les prometen ser los
encargados de los canales de riego y de una subida de sueldo- frente a la defensa
que ellos hacen de la propiedad privada armados con carabinas.
Esa violencia está
ligada a la revancha propiciada por don Valeriano, que acuciaba a los señoritos
de la ciudad a matar a más personas. Pero en otros casos, es una sed de
violencia innecesaria y gratuita, como cuando ametrallan la plazoleta donde se
reúnen las mujeres a tomar el sol.
- La condición humana. Se corresponde con la indiferencia de
los hombres ante el sufrimiento de los demás, tanto en los ricos como en los
pobres, excepto la figura de Paco
que es un hombre sensible a las condiciones de vida de sus vecinos.
Hay personajes enteros
y personajes cuyo comportamiento narrativo está condicionado por las
circunstancias difíciles que tuvieron que soportar o por la propia miseria de
su condición demasiado humana. El personaje más representativo de esto último
es el del cura también. Por vanidad absurda termina cargando con un
conocimiento –saber el escondite de Paco- que no sabrá administrar, siendo él
mismo consciente de la torpeza que acaba de cometer.
- El enfrentamiento entre dos concepciones
distintas de la vida:
La de Mosén Millán y la de Jerónima. El primero, representa el concepto
cristiano, gira entorno a la religión y el respeto al orden establecido. Es un
mundo regido por hombres cuyo espacio es la iglesia. En oposición a este mundo
se encuentra la concepción de la Jerónima, que simboliza la cultura primitiva,
la oposición al sistema. Es un culto regido por mujeres y su espacio es
abierto, el Carasol.
ESTRUCTURA DE LA OBRA. (Partes de que
consta, sentido y relevancia de cada una de ellas).
La novela
no está dividida en capítulos, sino en secuencias que se corresponden con las
distintas etapas de la vida de Paco.
La
estructura interna es circular, porque empieza y acaba en el mismo punto. Mosén
Millán aparece vestido para ofrecer la misa de réquiem por Paco, muerto hace un
año. En media hora que está en la sacristía, al hilo de la llegada de tres
personajes, Mosén Millán va repasando la biografía de Paco desde que lo bautizó
hasta que lo confesó antes de morir. Paralelamente a estos recuerdos del
sacerdote, el monaguillo canta un romance sobre Paco, con una función semejante
a la del coro de la tragedia griega; en este romance se cuenta la muerte del
protagonista.
La novela
está estructurada en dos grandes secuencias temporales: la del presente, que
desarrolla una acción interna (el conflicto de Mosén Millán con su conciencia)
y la del pasado, que reconstruye la vida de Paco y pone de manifiesto las
injusticias y crímenes cometidos cuando estalla la guerra civil española.
La secuencia del presente se desarrolla en
la sacristía de la iglesia durante media hora, que es el tiempo que transcurre
entre el primer toque de campanas hasta el comienzo de la misa. Mosén Millán
realiza un examen de conciencia mientras espera a que aparezcan los familiares
y los amigos de Paco.
Los
protagonistas son Mosén Millán (y el monaguillo) y otros tres personajes más:
don Valeriano, don Cástulo y don Gumersindo. Además, aparece al final el potro
de Paco, que es su símbolo. No aparecen familiares ni amigos de Paco.
Esta
secuencia temporal está constituida por nueve series narrativas que se
organizan en cuatro núcleos temáticos.
Primer
núcleo temático. La primera secuencia que es la más extensa y significativa.
Aparecen ya esbozados todos los conflictos de la novela, sus protagonistas y
sus actitudes. Es una síntesis de la historia.
El
segundo núcleo temático lo integran las secuencias segunda, tercera y cuarta:
son las tres muy breves, sirven de soporte a la estructuración de la novela,
pero además insisten en ese estado intranquilo, turbado de Mosén Millán por la
ausencia de fieles.
El tercer
núcleo temático formado por las secuencia quinta, sexta, séptima y novena.
Aparecen tres personajes, que son los ricos del pueblo y causantes del
asesinato de Paco. Se describe de forma rápida, física y moralmente a cada uno
de ellos. A partir de esta caracterización se entiende mejor su conducta en las
secuencias del pasado. En el momento en el que están estos tres personajes con
Mosén Millán en la sacristía, el monaguillo avisa que han metido en la iglesia
al potro.
Cuarto
núcleo temáticocentrado en la secuencia novena: Mosén Millán acaba el repaso de
la vida de Paco y se cierra la novela con la expulsión del espíritu de Paco (el
potro) de la iglesia. No han aparecido ni familiares ni amigos de Paco. Mosén
Millán y el monaguillo se disponen a realizar el réquiem por el alma de Paco,
pero los cuatro saben que más bien es un acto de expiación, un intento de
limpiar sus conciencias.
Las secuencias del pasado están
protagonizadas por Paco el del Molino,el representante de los campesinos
españoles de la época, desde que nace hasta que muere con 25 años y se cuenta
su vida. Mosén Millán y sus recuerdos determinan los altos en el tiempo y en el
espacio. La fusión de los dos planos (presente y pasado) se realiza a través
del verbo “recordar” o de sus
sinónimos, que sirven para pasar del presente (en la iglesia) al pasado (que relata
la vida de Paco).
Esta
parte se organiza en ocho secuencias, en las que nos narra la vida de Paco a
través de los recuerdos de Mosén Millán.
Podemos a
su vez diferenciar dos partes:
La primera parte comprende las cuatro
secuencias iniciales que se corresponden con la infancia y la adolescencia de
Paco (15 años); se narra con detalle. Dominan los motivos ambientales de un
costumbrismo rural alegre y feliz, en el que las celebraciones profanas y
religiosas se van alternando. Algunas situaciones crudas ponen en cuestión la
felicidad un poco idealizada de esta comunidad. Muchas de estas celebraciones
son religiosas (bautizo, comunión, confirmación, semana santa). El carácter
primitivo y semipagano de estas celebraciones religiosas queda resaltado por la
presencia de elementos supersticiosos y misteriosos que se superponen a los
elementos cristianos.
La quinta
secuencia es de transición: contiene elementos de las dos partes. Abarca unos
cinco años (el noviazgo y la boda).
La segunda parte la componen las tres
últimas secuencias (regreso del viaje de novios). En este momento la cronología
se hace mucho más precisa (Abril 1931, verano). El ritmo cada vez es más
rápido, hasta precipitarse al final. Domina el trasfondo histórico. La sexta
secuencia relata los cinco años de la 2ª República. La séptima, la semana entre
el levantamiento del 18 de julio y la denuncia de Mosén Millán. La octava relata
el rendimiento y la muerte de Paco.
La
narración alternativa de estas secuencias tiene como efecto el asegurar la
continuidad de la experiencia traumática del pasado en el presente. La guerra
ha terminado, pero sus efectos continúan en el presente incluso para los
vencedores, todos dispuestos a redimir su papel poco ejemplificante.
TÉCNICA NARRATIVA DE LA OBRA (Tipos de
narrador, puntos de vista empleados, tratamiento del tiempo y del espacio)
El punto
de vista narrativo principal es el del narrador omnisciente (que sabe todo de
los personajes y de los hechos). Parece repartir el punto de vista con Mosén
Millán y con el monaguillo.
En las
secuencias del presente hay un narrador omnisciente, objetivo en 3ª persona,
que analiza las circunstancias que dieron lugar al enfrentamiento civil. No le
interesa el qué (la historia) sino el cómo. Las circunstancias en que se
produjeron los hechos: el espacio físico y el carácter de los personajes a
través de lo que dicen,de cómo van vestidos, de su manera de actuar y sobre
todo a través de lo que piensan.
Aunque
procura narrar objetivamente, a veces se mete dentro de los personajes para
describirnos lo que piensan o sienten.
Otro
narrador en las secuencias del pasado es el monaguillo que delimita lo que hay
de leyenda y de verosimilitud en el relato, es un narrador testigo. La
recitación del romance anónimo centrado en los últimos momentos de Paco hasta
que es fusilado permite al lector conocer de antemano detalles del final. Y,
también muy importante, lo que hay de leyendaen esos
versos y lo que es cierto, pues él fue un testigo que acompañó a Mosén cuando
éste confesó a Paco antes morir.
En las
secuencias del pasado hay tres narradores: narrador omnisciente objetivo,
Sender; narrador subjetivo, Mosén Millán, que rememora el pasado; narrador
anónimo y colectivo (el pueblo en general) cuyo fruto es el romance que recita
el monaguillo.
Mosén
Millán, mientras espera para decir la misa por Paco, recuerda la vida y la
muerte de este. Aparentemente es el narrador de las secuencias del pasado, sin
embargo es el autor omnisciente Sender, quien narra, porque a veces cuenta
cosas que Mosén Millán no podía saber, luego no podía recordar (las travesuras
de los monaguillos en el desván).
Mosén
Millán inicia los recuerdos y Sender retoma la narración. Se consigue así dos
objetivos: ensanchar la historia a situaciones que Mosén Millán no podía
recordar, con lo que gana en amenidad y evitar que todas las secuencias del
pasado se reduzcan a un intento de autoexculpación, lo que hubiera dejado de
lado la carga política y ética que tiene esta obra.
En las
secuencias del pasado, cabe distinguir dos actitudes del narrador. En primer
lugar, una actitud nostálgica, hasta la quinta secuencia. Es una actitud de
proximidad, de compenetración con los hechos, con los personajes, con las
situaciones, demorándose en lo que cuenta. Por tanto, hay un ritmo lento, pero
luego hay una lentitud impersonal, objetivista desde la llegada de los
señoritos de la ciudad. Las atrocidades que cometen están narradas con absoluta
frialdad, como si no nos interesaran esos personajes. Con este cambio se logra
destacar el contraste de la violencia final con la paz y la alegría del
principio. También pone de relieve el carácter simbólico de la novela. Estos
anónimos asesinados representan la masa de hombres sacrificados durante la
guerra civil.
En las
secuencias del presente el espacio es la iglesia y la sacristía. En las
secuencias del pasado la acción se sitúa en un pueblo que está en una comarca
de Aragón, próxima a Cataluña, pero del que no se dice su nombre.
En cuanto
al tiempo, la acción externa dura treinta minutos pero luego el sacerdote
recuerda la vida de Paco, que son 25 años, desde que lo bautiza hasta que le da
la extremaunción.
ESTILO DE LA OBRA (Concepción del autor del
género literario, lenguaje que configura el estilo de la obra)
Esta
novela mezcla la ficción con los sucesos reales o históricos, algo que ha sido
habitual en la producción narrativa de Sender, ya que casi todas las obras
intentan novelar hechos concretos:así su obra más ambiciosa, los nueve tomos de
la Crónica del alba, escritos entre
1942 y 1966, Sender evocó su propia juventud y adolescencia para hacer un
testimonio de las circunstancias históricas de esa época;la novelaEl rey y la reina (1949) está ambientada
en la guerra misma; y también en Los
cinco libros de Ariadna, escrita ocho años después...
Otra
característica de su producción novelística es su simbolismo, así en la novela,
la narración de la historia mediante dos secuencias temporales permite realizar
dos interpretaciones.
También
hemos de señalar la intencionalidad política de denuncia. El título de “Réquiem por un campesino español”
resalta la intención política. A propósito de la novela que comentamos, el
propio Sender afirmó“la novela es
simplemente el esquema de toda guerra civil. Muestra cómo unas gentes revolucionarias
lo único que hicieron fue defender los derechos feudales de una tradición ya olvidada
en el resto del mundo”. En la novela el duque representa la burguesía
terrateniente de la época, que se apoya en don Valeriano (el cacique) que era
su administrador. Se resistían a cualquier intento de cambio, contando con el
apoyo de la Iglesia.
Entramos
ya hablando de los postulados del Realismo Social, que pretende reflejar una
situación concreta que creen injusta para denunciarla.Junto a esta intención
social y política, podemos hablar de intención moral. A Mosén Millán lo abate
su sentido de culpabilidad. Acepta resignadamente el estado de la sociedad, por
más que se le rebele injusto, pero el estallido de la guerra civil le pone a
prueba.
Hablando
ya del estilo, podemos decir que se mezclan narración, en donde predominan los
pasados, pluscuamperfectos, perfectos simples... con los que relatan hechos
concretos del pasado ya acabados, que le dan un ritmo rápido, con descripciones
que llevan el pretérito imperfecto, que marca duración en el tiempo.
Fundamentalmente marca la actitud evocadora durante la media hora de espera, al
igual que los gerundios. La descripción de lugares o de personajes no es muy
precisa, solo lo hace con unos pocos adjetivos.
Los
diálogos son muy cortos. En las secuencias del presente el cura solo pregunta
al monaguillo. A los ricos del pueblo, los escucha pero no los contesta. En el
pasado, los diálogos narrados dan más impresión de realismo e inmediatez. En
otras ocasiones él dialogo intensifica el dramatismo. “El estilo surge
espontáneamente del fondo del ser y naturalmente, el mejor estilo es el que no
se percibe” (Sender).
Por tanto
su estilo es conciso, sencillo, natural, como su el propio del lenguaje
periodístico.
Predominan
los verbos y sustantivos sobre los adjetivos. Con frecuencia el verbo aparece
al final de la frase. También aparecen fundidas sensaciones auditivas,
táctiles, olfativas, visuales...
Abunda el
léxico religioso y campesino. Son frecuentes los coloquialismos, las frases
hechas, refranes..., aragonesismos y catalanismos. Aparecen algunos, pero pocos
términos cultos.
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Te presento esta novela ambientada en Salamanca que acabo de publicar, por si te animas a leerla. SINOPSIS El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso. El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. Puedes conseguir la novela en papel (16 €) o formato ebook (4,49 €) en varias plataformas on line, tanto en España, como en otros países -la forma más rápida en cualquier país es a través de AMAZON:
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