Madame Bovary
/ Gustave Flaubert
Entonces Emma trató de conmoverlo, y,
emocionándose ella misma, llegó a contarle las estrecheces de su casa, sus
dificultades, sus necesidades. ¡Él comprendía esto!, ¡una mujer elegante!, y,
sin parar de comer, se había vuelto completamente hacia ella, de tal modo que
le rozaba con su rodilla la botina, cuya suela se curvaba humeando al lado de
la estufa.
Pero cuando Emma le pidió mil escudos,
él apretó los labios, después se declaró muy apenado por no haberse hecho cargo
antes de la administración de su fortuna, pues había cien medios muy cómodos,
incluso para una dama, de hacer producir su dinero. En las turberas
de Grumesnil o en los terrenos de El Havre habrían podido hacer, casi seguro,
excelentes especulaciones; y la dejó consumirse de rabia ante la idea de las
sumas fantásticas que sin duda podría haber ganado.
- ¿Por qué -preguntó el notario- no ha venido a verme?
-
No sé muy bien -dijo ella.
-¿Por qué, eh?... ¿Le daba miedo?
-¡Soy yo, por el contrario, quien debería
quejarse! ¡Si apenas nos conocemos! Sin embargo, le tengo mucho afecto; ¿ya no
lo pone en duda, supongo?
Alargó su mano, tomó la de Emma, la
cubrió con un beso voraz, después la puso sobre su rodilla; y jugaba con sus
dedos delicadamente, diciéndole mil piropos.
Su voz sosa susurraba como un arroyo que
corre, una chispa brotaba de su pupila a través del reflejo de sus lentes, y
sus manos se adentraban en la manga de Emma para palparle el brazo. Emma sentía
en su mejilla el aliento de una respiración jadeante. Aquel hombre la molestaba
horriblemente.
Se levantó de un salto y le dijo:
-Señor, estoy esperando.
¿Qué?
-dijo el notario, que de pronto se volvió extremadamente pálido:
-Ese dinero.
-Pero...
Después, cediendo a la irrupción de un
deseo demasiado fuerte:
-Bueno, pues sí.
Se arrastraba de rodillas hacia ella,
sin pensar en su bata de casa.
-Por favor, quédese, ¡la quiero!
La cogió por la cintura.
Una oleada de púrpura subió enseguida a
la cara de Madame Bovary. Se echó hacia atrás con una cara de espanto:
-¡Usted se aprovecha descaradamente de mi
desgracia, señor! Soy digna de lástima, pero no me vendo.
Y salió.
El notario quedó estupefacto, con los
ojos fijos en sus bonitas zapatillas bordadas. Eran un regalo del amor. Aquella
contemplación le sirvió, por fin, de consuelo. Además, pensaba que una aventura
semejante le habría llevado muy lejos.
1.- Contextualización de este fragmento dentro
de la obra a la que pertenece.
El fragmento comentado se encuentra en la
tercera parte de la novela. Emma endeudada y con los mecanismos de la justicia
puestos en marcha para la subasta de sus propiedades, ha intentado por todos los
medios evitar esta situación. Los continuos préstamos del señor Lheureux, más
los intereses, habían abultado la deuda hasta límites ya insoportables para sus
acreedores. El recuento de los bienes ya se había efectuado y se había anunciado
para que quien quisiera pujara en subasta pública. El pliego con la oferta fue
arrancado por Justino. Emma había intentado como último recurso acudir en
domingo a Rouen a solicitar ayuda a su amante León para que les prestara dinero
o le ayudara a conseguirlo. La mujer suplica a los banqueros de la ciudad, pero
no consigue nada de crédito. A la vuelta a Yonville, a la salida de la ciudad,
da en limosna los últimos cinco francos al pordiosero que invariablemente
asaltaba con sus retahílas a los viajeros de la diligencia, y que tan
desagradable resultaba a la mujer.
En esta situación, Felicidad, su criada, le
aconseja que visite al notario para ver si la puede socorrer. Emma llega
empapada a la casa del funcionario que la recibe mientras está comiendo, acción
que no deja mientras ella le desgrana sus necesidades. El señor Guilaume,
viendo su estado de necesidad, intenta sobrepasarse, acción que la mujer del
médico no permite con mucha dignidad.
La última humillación que está dispuesta a
sufrir es pedir auxilio a Rodolfo, el anterior amante que la dejó plantada. Pero
éste se encuentra en una situación financiera muy parecida por lo cual sale de
su castillo sin ninguna esperanza. Se dirige a la farmacia del señor Homais que
atiende Justino, al que convence de que le permita entrar en la rebotica donde
la mujer toma arsénico sin que el pobre muchacho lo pudiera evitar. Aquí
comienza la agonía dolorosa hasta que muere.
La importancia del fragmento es doble. Por una
parte, desde el punto de vista narrativo Emma está sufriendo la humillación
pública por el embargo de sus bienes; ya no es capaz de conseguir más crédito y
prologar una vida ficticia; sus amantes la desprecian, en el caso de Rodolfo
por segunda vez, y la conclusión argumental no puede ser otra que su muerte
horrible. Por otra parte, se pone de relieve la dignidad de la mujer al
rechazar las proposiciones deshonestas del notario.
2.-
Situación de la obra a la que pertenece el fragmento y su autor en su contexto
histórico-literario.
Gustave Flaubert vivió en pleno siglo XIX y su
novela fue publicada en 1857. El siglo XIX francés, como en general en todos
los países, incluida España, fue muy inestable desde el punto de vista
político. El hecho determinante en Francia es la influencia de la Revolución
acaecida en 1789. Aunque no triunfó, sus ideas siguen alimentado a grupos
revolucionarios que no aceptan la monarquía. Así nos encontramos con el último
rey Borbón, Carlos X, obligado a abdicar por el levantamiento popular de la
revolución de Julio. En ese momento, los más moderados lograron coronar a Luis
Felipe de Orleans. Pero en 1848, una nueva rebelión armada puso fin a la
monarquía proclamándose la II República. En las elecciones, salió elegido
presidente Carlos Luis Napoleón, que una vez acabado su mandato, no pudiendo
continuar en el cargo, dio un golpe de estado proclamándose emperador con el
nombre de Napoleón III. Este Segundo Imperio se alargó hasta 1870, en el que se
gobernó de manera autoritaria. En ese año se proclamó la III República siendo
presidente de ella Adolfo Thiers. Este régimen se mantuvo hasta 1940.
Las épocas de desarrollo económico corresponden
con la Monarquía de Julio y el Segundo Imperio.
Paralelos a estos acontecimientos y también muy
influidos por el espíritu de la Revolución nos encontramos con ideas nuevas por
una parte, y por otra, una continuación con los postulados e iniciativas de la
Ilustración del siglo XVIII: permanece el espíritu de la Enciclopedia
realizando clasificaciones, definiciones… Se crean cuerpos de profesionales
competentes, investigadores, profesores… Se perfeccionan los instrumentos de
trabajo: laboratorios, fábricas… Francia aporta científicos de reconocido
prestigio internacional, como Pastuer, Cuvier, Ampere, Gay-Lussac, Claude
Bernard, sobre todo este último, que explica el papel del determinismo en la
fisiología, principio fundamental en el Realismo y especialmente en el
Naturalismo. Todos ellos debieron influir en Flaubert, que era hijo de médico,
y en la concepción de la protagonista de su novela Madame Bovary cuyas
reacciones parecen obedecer aquellos principios.
La vida de Gustave Falubert se desarrolla
coincidiendo con estos avatares políticos, pues vivió desde 1821 hasta 1880.
Como hijo de un cirujano, tuvo contacto con el
mundo de la medicina desde pequeño. Sin embargo, sus estudios no se encaminaron
por esa rama de la ciencia, sino por el mundo del Derecho, como uno de sus
protagonistas, León, el pasante del notario de Yonville, aunque no acabó estos
estudios. Pronto se dedicó a escribir. Se fue a vivir a la casa familiar en
Croiseet, cerca de Rouen. También se dedicó a viajar en alguna ocasión. Uno de
esos viajes, al norte de África, le sirvió para documentarse para escribir una
de las mejores novelas históricas, Salambó,
publicada en 1862, donde se recrea el fin de Cartago.
Aunque muchos de los escritores de la época
participaron activamente inclinándose por unas ideas o por otras, no es el caso
de Flaubert, que no se involucró personalmente en ninguna opción.
Escritor minucioso y muy preocupado por la
depuración del estilo, no publicó demasiadas novelas. La primera es
precisamente Madame Bovary, en 1957. Antes había trabajado en dos proyectos: La tentación de San Antonio y La educación sentimental; no obstante
éstas no verán la luz hasta años después, 1874 y 1869 respectivamente, pues la
labor de revisión de los manuscritos era constante por parte de Flaubert.
La creación literaria de éste se enmarca dentro
de el Realismo. En el siglo hubo tres grandes movimientos literarios: el
Romanticismo cuyo apogeo corresponde con el periodo de la Restauración, aunque
su influencia se prolonga en autores realistas como Balzac o el mismo Flaubert;
el Realismo que está vigente durante el Segundo Imperio; por fin, el
Simbolismo, que domina el último tercio del siglo.
La aportación fundamental del movimiento
realista es presentar la novela como un género maduro y moderno, pues durante
el Romanticismo la novela no es el género preferido y los escritores no centran
en ella todos los esfuerzos artísticos. Con la novela los escritores realistas
aspiran a contar la epopeya de su tiempo y especialmente van a reflejar el
mundo de la burguesía. Escritores como Stendhal, Balzac y nuestro autor nos
presentan un mosaico amplio de esa sociedad francesa de la época, eso sí, cada
uno con sus matices y diferencias en la expresión narrativa. Dos son las
diferencias fundamentales de Flaubert con respecto a los anteriores novelistas:
su mayor objetivad en la narración evitando juzgar o sacar conclusiones del
comportamiento de los personajes y una preocupación obsesiva por la depuración
estilística. Con este autor la novela se consagrará definitivamente como género
literario.
3.-Análisis del contenido y forma del texto
(tema o temas; estructura, tipología textual, género y rasgos estilísticos)
El tema fundamental es la dignidad con la que
Emma es capaz de salir del acoso sexual sufrido por parte del notario, que cree
que la mujer puede acceder a colmar su pasión amorosa a cambio de sacarla del
atolladero financiero en el que se ha metido.
El episodio de humillación de la protagonista
es otro más de los que está sufriendo como consecuencia de su desordenada vida.
Es la parte donde, simplemente desde un punto de vista narrativo, se pone de
manifiesto el valor moral del mensaje final de la obra. Sin embargo, por parte
del narrador hay un atisbo de simpatía hacia la protagonista que al final no sucumbe a la indignidad pasional de una
persona tan respetable como un notario.
En cuanto a la estructura externa, el
texto es un fragmento de la tercera parte de la novela Madame Bovary, en la que
predomina obviamente la narración, la descripción y el diálogo.
El fragmento lo podemos dividir en tres partes
–estructura
interna. La primera sería el párrafo primero, de la línea 1 a la 10,
que se centra en la exposición de los motivos de la visita, la descripción
sobre todo de la actitud que adopta el notario y de cómo éste se aprovecha para
herirla más profundamente al decirle a la mujer que su dinero en sus manos se
habría multiplicado. La segunda iría desde la línea 11 hasta la 36, en la que
predomina el diálogo en el que se recrea el acoso sexual que sufre Emma y el
rechazo de ésta a tales proposiciones. La última parte, de la línea 37 hasta el
final, que es la reflexión final del notario, que se consuela pensando en el
vuelco que hubiera dado su vida si la mujer hubiera aceptado tal chantaje.
Como se
ha dicho antes, el discurso predominante es el narrativo –tipología textual. La
novela narra –y también describe- la vida matrimonial de dos personas y la
infidelidad de la mujer en un pueblo francés a mediados del siglo XIX. En este
caso se narra y describe la visita de la protagonista al notario para conseguir
dinero con el que paralizar una subasta de sus bienes. Ya se ha dicho que
también hay descripción, discurso complementario en la novela, como es la
descripción de las reacciones del notario, líneas 2 y 3 “…de tal modo que le rozaba
con su rodilla la botina, cuya suela se curvaba humeando al lado de la estufa”.
Y sobre
todo en las líneas 18 a 21, “Su voz sosa susurraba como un arroyo que corre,
una chispa brotaba de su pupila a través del reflejo de sus lentes, y sus manos
se adentraban en la manga de Emma para palparle el brazo. Emma sentía en su
mejilla el aliento de una respiración jadeante. Aquel hombre la molestaba
horriblemente”. Además, hay diálogos en estilo directo, introducidos con un
guión y apostillados por el narrador en cuanto a la actitud del personaje que
habla.
El texto pertenece al género
narrativo, al subgénero novelístico. Las características resaltadas al hablar
de los discursos nos sirven también para definir las novelas. Habríamos de
añadir la presencia de un narrador, que es la voz con la que el autor cuenta la
historia. Aunque la obra presenta numerosos puntos de vista narrativos, el
predominante es el del narrador omnisciente en tercera persona, con una actitud
notablemente objetiva comparando esta novela con otras de autores realistas.
Además, hemos de mencionar el uso del tiempo, tanto externo –la acción se sitúa
en el momento en el escritor vivía- e interno: cómo se estructuran los hechos
en el transcurso del tiempo –hay capítulos que resumen un año de vida de los
protagonistas; otros, se centran en lo que pasa en unas horas- y cómo afecta el
paso del tiempo en los protagonistas: una hora de relación de Emma con Rodolfo,
cuando sale temprano de su casa para reunirse con el amante en el castillo,
supone para ella el culmen de felicidad. Hay que decir, por último, que los
escritores realistas son los forjadores de la novela tal como hoy la conocemos.
Los rasgos
estilísticos.
Técnica
narrativa. Ya hemos comentado varios aspectos relacionados con los
elementos propios de la narración y su tratamiento: acción, espacio, tiempo y
narrador. Profundizaremos en la riqueza técnica desde el punto de vista
narrativo y los personajes.
El punto de vista narrativo que predomina es el
propio del autor omnisciente. Narra en tercera persona y su comportamiento es
la de un demiurgo con respecto a los personajes: conoce todo de ellos. Sin
embargo, no es tan habitual como en otros escritores realistas, la
participación directa del narrador en la obra valorando o interpretando lo que
sucede en el relato. Esto no quiere decir que Flaubert sea objetivo, pues
selecciona lo que quiere contar y pondera o atenúa comportamientos o actitudes
de los personajes. Con ser ésta ya una diferencia, la menor participación del
narrador en el relato con respecto a otros escritores de la época, la más
importante de las aportaciones de Flaubert es la riqueza de matices expresivos
que aporta el uso del estilo indirecto libre,
no nuevo pero sí utilizado aquí magistralmente. Mediante este procedimiento
narrativo se pasa de manera sutil del discurso del narrador a los pensamientos,
reflexiones de los personajes, como si éstos fueran los que exponen su
discurso. En el texto propuesto para comentario tenemos varios ejemplos, como
en las líneas 5 a la 9: …después se declaró muy apenado por no haberse hecho cargo
antes de la administración de su fortuna, pues había cien medios muy cómodos,
incluso para una dama, de hacer producir su dinero. En las turberas de
Grumesnil o en los terrenos de El Havre habrían podido hacer, casi seguro,
excelentes especulaciones. O un poco antes, en la línea 2: ¡Él comprendía esto!,
¡una mujer elegante!
En cuanto a los personajes, nos
encontramos a la protagonista, a Emma, en el momento en que su sueño romántico
se ha roto y ha de enfrentarse a la dura realidad de salir del atolladero que
supone el embargo de sus bienes para pagar las deudas que ha ido contrayendo.
El otro personaje que aparece es el del notario, el señor Guillomin. En su
despacho se formalizaban los préstamos y los poderes notariales que su marido
otorgaba para que ella fuera la administradora única de la hacienda doméstica.
Por tanto sabía cuál era la situación personal de Emma e intenta aprovecharse
ella. Es un personaje menor en el desarrollo de la novela, pero que sirve para
reflejar la inmoralidad de este personaje burgués.
La novela presenta una galería
importante de personajes que reflejan distintos sectores de la burguesía, personajes
que no son muy diferentes de la familia del propio autor o de gente que muy
bien pudo conocer él por el entorno donde su vida se desarrolló.
Los hombres que rodean a Emma son:
Charles Bovary, un mediocre médico rural, feliz él, pero que no es capaz de
comprender las veleidades de su esposa, por la cual se deja dominar, del mismo
modo que se dejó dominar por su anterior mujer o su misma madre; Rodolfo, su
primer amante, dueño de un lujoso castillo; y León, un romántico abogado. Los
dos amantes se van a ver intimidados ante la iniciativa amorosa de Emma.
Otro personaje fundamental en la novela,
a partir de la segunda parte, es el farmacéutico, el señor Homais, un personaje
mediocre también desde el punto de vista profesional y sin escrúpulos que
acabará siendo el gran triunfador del conjunto de personajes que viven en la
novela, pues se le concederá la Legión de Honor.
En cuanto a los recursos expresivos, es
llamativo el acierto en su uso: es una muestra del anhelo y la búsqueda de una
expresión cuidada y artística. Comentaremos algunos de ellos en las próximas
líneas.
En la línea 2 encontramos una serie de
paralelismos que constituyen una enumeración y además un asíndeton: …llegó a
contarle las estrecheces de su casa, sus dificultades, sus necesidades. Esa
enumeración a la que no se pone término con la presencia de un nexo entre el
penúltimo y el último término, ahonda más en la situación difícil en la que se
halla la protagonista al no tener fin sus desgracias. A continuación, con unas
frases exclamativas: ¡Él comprendía esto!, ¡una mujer elegante! , en
estilo indirecto libre, la protagonista expresa su convencimiento de que ante
su situación tan dramática, el notario no podría negarse a ayudarla.
En el discurso, también en estilo
indirecto libre, del notario incluye éste una hipérbole para atormentar aún más
a la dama, pues si ésta se hubiera puesto en sus manos sería rica, como si
fuera una invitación no solo a que él administrara su dinero, sino también a
que ella misma se entregara a él: …pues había cien medios muy cómodos,
incluso para una dama, de hacer producir su dinero, en las líneas 6 y 7.
Recurso propio de la descripción,
encontramos el siguiente símil, línea 18: Su voz sosa susurraba como arroyo
que corre… Además encontramos una aliteración en ese –S- y erre –R- que
reproduce el soniquete y rumor monótono con el que el notario –río- acosaba a
Emma. Como parte descriptiva, el tiempo verbal que se usa es el pretérito
imperfecto, con el cual la acción casi no avanza y se logra prolongar la
situación de acoso que sufre la mujer.
Muestra también de una búsqueda casi
poética en la expresión es la construcción metafórica que utiliza para
describir la reacción física de Emma ante este acoso, en la línea 32: Una
oleada de púrpura subió enseguida a la cara de Madame Bovary.
4. Valoración personal de la obra.
Una obra de esta entidad da lugar a muchas
reflexiones. Se comentarán algunas consideraciones que sin duda se plantearán
muchos lectores.
La primera es que la novela refleja la
situación social de Francia del siglo XIX. A mí me ha llamado la atención que
las costumbres son muy parecidas a las de España, no en vano son dos países
católicos. Los ritos religiosos y su influencia en la vida de las personas son
muy similares en los dos. Los modos de vida del médico y del farmacéutico, su
forma de ejercer la profesión y su influencia en el entorno rural donde viven,
son casi los mismos que hemos visto en los pueblos españoles hasta hace no
muchos años.
En cuanto a los temas que se plantean podemos
decir que son universales y atemporales. El valor del dinero y otros aspectos
relacionados con él: la avaricia, la usura, el anhelo no satisfecho de comprar
y gastar, el lujo,… Podemos ver el desarrollo de estos temas a lo largo de
numerosas páginas de esta novela.
Me centraré en dos temas: las dificultades de
la relación de pareja y el adulterio, tal vez como consecuencia. Está claro que
la relación de los personajes es conflictiva desde el principio, desde la
primera noche de recién casados. Diríamos que van al matrimonio sin haberse
conocido lo suficiente por el amor exaltado que sienten los dos, aunque con
matices diferentes: Emma anhela encontrar un hombre que se ajuste al modelo de
amante que se había formado leyendo novelas románticas y que la saque del
ambiente rural en el que vive; Carlos, porque desde la primera vez que la ha
visto se ha enamorado de ella, y no ha sido capaz de observar detalles
significativos de la personalidad de la muchacha: su excesiva imaginación, su
desarrollada sensibilidad, su poca preocupación por las cosas prácticas de la vida…,
detalles no menores en una relación matrimonial. Sin esperanza en que su vida
cambie, la resistencia ante las tentaciones de la infidelidad no es lo
suficientemente fuerte como para vencerlas. Es verdad que es capaz de resistir
la tentación de la primera relación amorosa con León, pero probablemente se
debió a la pusilanimidad del amante o al propio juego amoroso de un
planteamiento platónico que Emma prolongó excesivamente. Cuando lo vuelva a
encontrar en Rouen tres años después, León será otro y las resistencias de la
mujer del médico no serán capaces de oponerse a la decisión vehemente del
amante de que ésta vez la iniciativa la tomaba él.
En cuanto a los personajes, Flaubert los
presenta tal cual son, sin valorarlos, aunque por el papel que juegan en el
relato, muy pocos salen bien parados. La mayor parte de las veces, los hechos y
el desarrollo de la vida de los personajes son lo suficientemente claros para
comprobar el vínculo afectivo del narrador con ellos, como por ejemplo, el caso
del señor Homais, el farmacéutico. Es un personaje antipático por su capacidad
para el engaño, el disimulo… todo con el fin de conseguir su interés. Anodino y
petulante, será capaz de medrar en la vida. La máxima cota que alcanza es ser
condecorado con la Legión de Honor, momento en que finaliza la novela. Cuando
todos los personajes han muerto, él es el que sobrevive y el éxito le acompaña.
En este sentido, por la propia concatenación de
los hechos narrados, da la sensación de que Flaubert salva a sus dos personajes
principales. Emma busca en el suicidio una salida, eso sí, casi irremediable;
pero lo afronta con dignidad aguantando la agonía y preparándose para la muerte
ordenando su alma, despidiéndose de Berta y al lado de Carlos, que no se separa
de ella. Por otra parte, Carlos muere también con dignidad: no se aparta de su
hija, no permite que se lleven nada de su esposa e, incluso, éste se contagia
de la personalidad de su mujer, a la que nunca culpa de las infidelidades, como
tampoco siente rencor hacia sus amantes. Tal vez el lector siente piedad y se
lamenta por la suerte de Berta, la hija que nunca fue querida de la madre y que
sufre las consecuencias de los desórdenes de sus padres al quedarse sola en la
vida y tener que trabajar en una fábrica. Todos los demás personajes, por los
hechos que se cuentan de ellos, son despreciados por el narrador: los dos
amantes se les muestra insensibles a la desgracia de Emma y preocupados en sus
intereses: la caza, en el caso de Rodolfo; León, contrayendo un matrimonio y
accediendo al cargo de notario. El mismo personaje del notario, aquí en el
texto comentado, se le presenta como un indecente al intentar aprovecharse de
la situación de la mujer.
Madame Bovary es una novela que ha ejercido una
influencia decisiva primero en los escritores realistas de todos los países y posteriormente
en la novela del siglo XX. En España es clara esa influencia en escritores
realistas como Clarín con La Regenta y en Benito Pérez Galdós, en las
novelas La desheredada y Fortunata y Jacinta. En todas ellas de
alguna manera el motor de la acción es el adulterio, aunque motivado por
razones diferentes. Madame Bavary es el modelo de estas novelas psicológicas,
aunque el planteamiento narrativo sea muy diferente en todas ellas. Emilia
Pardo Bazán, en La cuestión palpitante, en 1882, realiza un estudio
sobre Flaubert en el que se reconoce la labor creadora del autor francés y su influencia
en España.
Posteriormente, en la Generación del 98, la
influencia de Flaubert en Unamuno es evidente en Andanzas y visiones
españolas, en las que se muestra la estupidez humana con claros tintes
escépticos. El estilo de Flaubert es un modelo para Azorín, por su preocupación
por la forma y la depuración de la expresión lingüística.
También
es digna de señalar la fascinación que el autor francés ejerció en Mario Vargas
Llosa, el último premio Nobel, que se dedicó a estudiar su obra. Fruto de ese
trabajo es La orgía perpetua. En esta obra, el autor señala la
influencia del autor de Madame Bovary en obras objetivistas de la literatura
española de los años 60, como por ejemplo en El Jarama, de Sánchez
Ferlosio.
La obra ha sido adaptada al lenguaje cinematográfico
en numerosas ocasiones. He aquí algunas:
-En 1932,
Albert Ray realizó la primera versión.
-La más notable de estas adaptaciones fue la
película de 1949 dirigida por Vincente Minnelli, protagonizada por Jennifer Jones. El filme es una crítica de los falsos valores de
la burguesía rural francesa del siglo XIX. Minnelli introdujo un prólogo y un
epílogo en el que el propio escritor, interpretado por James Mason, se
convertía en el narrador de la historia.
-También fue adaptada por Giles Cooper para la
BBC en 1964. El mismo guión se utiliza para una nueva producción en 1975. Hay una
nueva adaptación de la miniserie para la
BBC, protagonizada por Frances O'Connor, Hugh Bonneville y Hugh Dancy, en 2000
realizada por Heidi Thomas.
-Claude Chabrol hizo su versión protagonizada
por Isabelle Huppert en 1991.
-El director indio Ketan Mehta adaptó la novela
en una película de 1992.
-Madame Blueberry es una película de 1998 en
la serie animada Veggietales. Se trata de una parodia suelta de Madame Bovary,
en la que la señora Blueberry, un antropomorfo de arándanos, recoge los bienes
materiales en un vano intento de encontrar la felicidad.
- Las razones del corazón (2011), dirigida por
Arturo Ripstein , es una versión libre de Madame Bovary que abarca los
capítulos que van desde la debacle física y espiritual de Emma Bovary hasta su
suicidio, y surge del interés en trabajar sobre el recuerdo, sin hacerlo
minuciosamente sobre el texto.
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Te presento esta novela ambientada en Salamanca que acabo de publicar, por si te animas a leerla. SINOPSIS El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso. El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. Puedes conseguir la novela en papel (16 €) o formato ebook (4,49 €) en varias plataformas on line, tanto en España, como en otros países -la forma más rápida en cualquier país es a través de AMAZON:
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