LA PEREZA, COMPAÑERA DE VIAJE
Tal vez esté equivocado, pero creo que la pereza se ha convertido en una tradición y costumbre española. Ya desde que nacemos tenemos la pereza en los genes. Desde pequeño, con cinco años o sobre esa edad, te fijas en la vagancia y en la pereza que tienen los adultos, sobre todo los hombres, por ejemplo, a la hora de trabajar en las tareas del hogar. El modelo español mítico es el de ver a tu padre sentado viendo el fútbol en la televisión, con una cerveza mientras la madre prepara la cena. Ahí es cuando comienza a pensar el niño: "Pudiendo estar como mi papá para qué voy a estar trabajando". Y uno ya se acostumbra. Yo recuerdo en el colegio, en 3º de Primaria, que estábamos dando las tablas de multiplicar, y el día del examen, un compañero de clase escribió en la tabla del dos: "Dos por uno dos, dos por dos cuatro, y así sucesivamente..." Esto lo hizo con todos los números del uno al diez. En realidad él se sabía las tablas; además era de los más l