Comentario de texto del poema CXIII: “Campos de Soria” (De Campos de Castilla) / Antonio Machado


VII
¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, obscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...

VIII
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra.

Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!

IX
¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita,

me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?
¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!


ESTRUCTURA INTERNA.
1ª parte desde el verso 1 al 14. Exaltación del paisaje soriano por haberle llegado al alma.
2ª parte desde el verso 15 al 34. Del paisaje del entorno de la capital de Soria, evoca los álamos del río, a los que relaciona con el amor.
3ª parte desde el verso 35 al 46. Admiración del poeta por todo lo que el paisaje de Soria ha supuesto en su vida: ha habido una identificación total. A ellos les desea lo mejor de la vida, alegría y prosperidad.

  1. Contextualización del poema en el movimiento al que pertenece el autor y su obra.
Campos de Castilla es un poemario de Antonio Machado, poeta sevillano nacido en 1875 y muerto en Collioure (Francia) cuando salía camino del exilio después de la derrota de la República en la Guerra Civil Española (1936-1939). El poeta realizó dos ediciones de este título: una en 1912, poco antes de la muerte de su joven esposa Leonor y otra, en 1917, cuando residía en Baeza (Jaén).
Antonio Machado es un escritor que vive el cambio de época literaria en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. Es uno de los modernistas que se oponen a la estética vulgar y decadente de los realistas. Sus primeros pasos como poeta los da siguiendo la estela iniciada por Rubén Darío, aunque su poesía expresa unos contenidos personales de corte existencial, con temas como el paso inexorable del tiempo, la muerte…, que tan solo aparecerán en el modernismo y en el poeta nicaragüense en las etapas posteriores, sobre todo en Cantos de vida y esperanza, en 1905. Precisamente su obra poética inicial, Soledades. Galerías. Otros poemas, ve la luz en 1903, un poco antes de la publicación de esa obra del poeta nicaragüense, aunque la edición definitiva la realiza Machado en 1907.
Las preocupaciones personales pronto se ampliaron a la preocupación por el momento difícil que pasa España por esos años. Cuando surge esta inquietud se produce una aproximación al movimiento noventaiochista. Le generación del 98 está formada por un grupo de escritores a cuya cabeza podemos situar a Miguel de Unamuno; otros miembros destacados fueron Azorín. Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, Valle-Inclán y el mismo Rubén Darío. Con su labor creativa pretenden analizar las causas por la cuales España ha llegado a la situación de postración en la que se encuentra en ese momento. Y, también, proponer una serie de medidas regeneracionistas que acercaran al país a Europa. En definitiva, intentan ayudar a su modernización. Buscando la esencia de lo verdaderamente auténtico del carácter del pueblo español, creen que la esencia de España está en Castilla, en su paisaje y en sus gentes. En esto coincide Antonio Machado y la obra que mejor refleja esta inquietud es el poemario de Campos de Castilla.
Dentro de esta obra, el poema que se comenta lo podríamos incluir en el grupo de los que tienen como tema fundamental el paisaje asociado a la propia personalidad del poeta. Además, también hay una relación con los poemas centrados en su esposa Leonor, al resaltar la pasión amorosa. Y por último, dentro del grupo de poemas en los que Antonio Machado adopta una actitud crítica con la situación española de esos años, ya que, en los últimos versos, desea lo mejor para la provincia de Soria.
El último hito en la evolución poética de Machado es la publicación en 1924 de su poemario titulado Nuevas canciones. La colección recoge apuntes de paisajes y poemas de circunstancias. Lo más resaltable son “Los nuevos proverbios y cantares”, un centenar de poemas que encierran un pensamiento, una paradoja… Las preocupaciones filosóficas han pasado a primer término. Sin embargo, es el inicio de su decadencia poética: su poesía posterior es escasa y no forma un libro. Solo merecen la pena unas canciones a Guiomar, un amor tardío, y unas cuantas poesías de guerra.

2. Tema o temas del fragmento en relación con los temas de la obra.
El tema fundamental del poema es la exaltación del paisaje en torno a Soria capital, con el cual el alma del poeta se identifica. La experiencia soriana del poeta es vital, no solo porque haya esa identificación o acomodación de su forma de ser a las características del paisaje, sino porque la relación amorosa del poeta con Leonor ha tenido lugar en ese entorno.
Las notas del paisaje que Machado resalta en el poema son sus colinas casi sin vegetación, los roquedales, los encinares (versos 6 y 7): en torno a Soria, obscuros encinares, // ariscos pedregales, calvas sierras,… Un poco más adelante, ya no solo resalta características físicas, sino otras espirituales: mística y guerrera (verso 8). Con ese paisaje esencial, en el que predomina el silencio y la fortaleza propia del guerrero, es el que se identifica el poeta. Su personalidad es parecida: retraído, espiritual, adusto, sencillo…
Pero la experiencia más importante del periplo soriano del poeta es el descubrimiento del amor, la relación con Leonor. Esa experiencia es evocada asociada a los paseos por las alamedas próximas a la ribera del río Duero, por las que el poeta y, seguramente, su esposa, paseaban. Esos momentos de intensidad amorosa son evocados por el poeta y los asocia a los corazones grabados en la corteza de los árboles, como símbolos de la intensidad emocional, como se puede leer en los versos siguientes al 24: tienen en sus cortezas // grabadas iniciales que son nombres // de enamorados, cifras que son fechas. // ¡Álamos del amor…!
Sin embargo, a pesar del carácter intimista del tema, el poeta incluye sus preocupaciones sociales y regeneracionistas ya manifestados en otros poemas de Campos de Castilla. Así aparece otro tema menor, como es la preocupación por el problema de España, en los versos del 43 al 46:
¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!


3. Comentario del simbolismo en el poema con relación a la obra.
La asociación del paisaje castellano al alma de poeta es frecuente en numerosos poemas de Campos de Castilla. Las notas paisajísticas casi siempre son las mismas. Esta repetición ahonda la relación de la personalidad de Machado y paisaje castellano, que se convierte en símbolo. Las notas del paisaje que Machado resalta en el poema son sus colinas casi sin vegetación, los roquedales, los encinares (versos 6 y 7): en torno a Soria, obscuros encinares, // ariscos pedregales, calvas sierras,… Un poco más adelante, ya no solo resalta características físicas, sino otras espirituales: mística y guerrera (verso 8). Con ese paisaje esencial, en el que predomina el silencio y la fortaleza propia del guerrero, es el que se identifica el poeta. Su personalidad es parecida: retraído, espiritual, adusto, sencillo…
Uno de los elementos de la naturaleza más importante de este poema son los álamos, las alamedas, en la ribera que conduce desde la ciudad a la ermita de San Saturio. El chopo, las alamedas, se convierten en símbolo de la experiencia amorosa, del locus amoenus donde tiene lugar el encuentro amoroso de los novios. Los corazones grabados con las iniciales de los amantes son la manifestación del deseo de perpetuidad y continuidad de la intensidad amorosa de ese encuentro. La intensidad de la experiencia amorosa de Machado es parecida a la de esos amantes que dejan constancia de su amor grabándolo en la corteza del árbol, como el poeta hace escribiendo su sentimiento amoroso en un poema.
La preocupación social queda también recogida en el poema con un símbolo: el sol de España, del verso 45. Sol significa fuerza, vida, energía, renovación, luz…, todas ellas son notas que connotan renovación, regeneración, que es lo que desea a la provincia de Soria.

3. Análisis del estilo del poema en relación con la obra a la que pertenece.
Aunque se afirma que las notas estilísticas de Antonio Machado se caracterizan por su sencillez y naturalidad, notas estilísticas compartidas por todos los autores de la Generación 98, es preciso también señalar que no desprecia las posibilidades expresivas de los recursos literarios, como se puede demostrar en el siguiente análisis.
Desde un punto de vista métrico, el poema consta de 46 versos polimétricos; en concreto, endecasílabos y heptasílabos sin una estructura concreta. Riman en asonancia los versos pares quedando libres los impares. Esta combinación de versos con esta rima se llama silva arromanzada.
Encontramos encabalgamientos suaves en los versos 24, 25 y 26, y entre el verso 37 y 38. De mayor rendimiento expresivo son los encabalgamientos abruptos que dan lugar a braquistiquios: hoy siento por vosotros, en el fondo // del corazón, (versos 9 y 10); álamos del camino en la ribera, // del Duero, entre San Polo y San Saturio (versos 16 y 17). Al constituir un grupo fónico tan breve, quedan marcadas tonalmente las palabras de esos grupos fónicos tan cortos. Del mismo modo, se ha de resaltar los numerosos versos con pausas internas. El 2, 5, 6 y 7. Estás pausas imprimen un ritmo lento con el que cada palabra adquiere un protagonismo remarcado: grises alcores, cárdenas roquedas (verso 2); en torno a Soria, obscuros encinares, // ariscos pedregales, calvas sierras, (versos 5 y 6).
Por último, señalamos la presencia de una rima interna1 en el verso 6: en torno a Soria, obscuros encinares, // ariscos pedregales, calvas sierras
Desde un punto de vista prosodemático, encontramos continuos apóstrofes cuando invoca a los distintos parajes, como los que hay al comienzo del poema o, por ejemplo, también, a partir del verso 35: ¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria, // tardes tranquilas, montes de violeta, // alamedas del río. Además de estos vocativos, casi todos los versos son enunciados exclamativos: del verso 1 al 14, del 27 al 34 o los versos finales, del 43 hasta el 46. Si añadimos, la presencia de interjecciones en el verso 35: ¡Oh, sí!, o interrogaciones directas con las que el poeta reflexiona, como en el verso 42, ¿o acaso estabais en el fondo de ella?, nos percataremos de la honda emotividad del poema con la que Machado se vincula emocionalmente a Soria.
Desde un punto de vista morfosintáctico, casi todos los verbos están en presente, con los cuales la exaltación del paisaje y el sentimiento expresado se hacen más reales: traza (verso 3), siento (verso 9), tienen (verso 24), vais (verso 34) … Ese momento poético queda ligado a un pasado inmediato con el pretérito perfecto compuesto del verso 15, he vuelto a ver, que tiene un valor repetitivo, de acción frecuente. Es preciso también resaltar el presente de subjuntivo del verso 45, os llene, que constituye el núcleo de un enunciado desiderativo con el cual el poeta suspira por un futuro halagüeño para los sorianos.
En cuanto a los adjetivos, resaltamos el número tan elevado de ellos, sobre todo en la primera parte, donde se describe el paisaje soriano. Esta descripción es subjetiva, por eso predominan los adjetivos explicativos, entre los que destacamos los numerosos epítetos: ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria,
obscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos
blancos y álamos del río, …
Tanto estos epítetos, como otros adjetivos explicativos, sirven al poeta para remarcar una serie de cualidades del paisaje con las cuales el poeta se identifica más. Se puede apreciar perfectamente, por ejemplo, en el verso 8: …tardes de Soria, mística y guerrera.

En sintaxis podemos comentar que las oraciones son simples, aunque son periodos sintácticos largos, con grupos nominales muy desarrollados, como podemos comprobar con los primeros versos, cuya única oración se prolonga desde el verso 1 al 11: ¡Colinas plateadas, grises alcores…
Otro rasgo habitual del estilo machadiano es la presencia de estructuras bimembres que imprimen un marcado ritmo: tardes de Soria, mística y guerrera (verso 8); también, en el verso 38, que, además, es un quiasmo2: del suelo gris y de la parda tierra. Otro, la repetición de palabras muy significativas, como en los versos 10 y 11, que, además, es una anadiplosis3: del corazón, tristeza, // tristeza que es amor!; también en los versos 15 y 16: He vuelto a ver los álamos dorados, // álamos del camino en la ribera. Otra repetición, en este caso una epanadiplosis4, se puede observar entre el verso 1 y el 11, al repetirse los versos con los que se ha comenzado al final del periodo:
¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas

por donde traza el Duero…
…¡
Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
!... 
Y, todavía hay más repeticiones de palabras clave, como la anáfora de los versos 27 y 31:
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera; 
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña, 
álamos de las márgenes del Duero, 
Analizamos las últimas figuras literarias basadas en este plano. Un hipérbaton notable, con el cual el poeta amplifica la significación de la palabra ruiseñores en los versos 27 y 28 – el orden lógico sería vuestras ramas llenas de ruiseñores-: ¡Álamos del amor que ayer tuvisteis // de ruiseñores vuestras ramas llenas. Un polisíndeton en el verso 32 con el que se consigue aumentar la sensación de dinamismo: que corre y pasa y sueña, … y, lo contrario, un asíndeton en el verso 26, grabadas iniciales que son nombres // de enamorados, cifras que son fechas, esas inscripciones son más que lo que se dice al no poner fin a la serie con una conjunción copulativa. Otro asíndeton, más amplio, encontramos en la enumeración que se inicia en el verso 35:
¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soriatardes tranquilas, montes de violetaalamedas del río, verde sueño 
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita,
Desde un punto de vista léxico-semántico, los sustantivos referidos al paisaje son concretos y forman una isotopía que incluye términos como colinas (verso 1), alcores (verso 2), roquedas (verso 3), curva (verso 4), encinares (verso 5), …; sin embargo, también hay sustantivos abstractos relacionados con las emociones: tristeza (verso 10), amor (verso 31), alma (verso 41), alegría (verso 46), … Muchos de los términos orográficos son palabras terruñeras, especialmente queridas por los miembros de la Generación del 98.
Desde un punto de vista semántico, señalamos figuras literarias basadas en este plano del lenguaje. En el verso 3, su curva de ballesta…, metáfora repetida en muchos de sus poemas, utiliza este término bélico asociado a dureza y a un carácter recio. Otra metáfora hallamos en el verso 19, también utilizada en otros poemas: … Soria, barbacana hacia Aragón, …El término figurado “barbacana”, también un término militar; corresponde al término real “saliente”: de la región de Castilla, la provincia de Soria parece meterse en la región de Aragón. Otra metáfora más en el verso 29: álamos que seréis liras del viento … Las ramas de los árboles, sin hojas se asemejarán a las cuerdas del instrumento musical cuando el viento las mueva. Los mismos árboles, mediante una metonimia, en el verso 31, se convierten en el lugar del encuentro amoroso: … álamos del amor cerca del agua … Otra metonimia, ya sin originalidad expresiva, utiliza Machado en el verso 34: mi corazón os lleva!; no solo el corazón, sino todo él. Muy significativa entre los tropos es la metáfora, ya comentada al desarrollar los símbolos del poema, que aparece en el verso 45, que el sol de España os llene …; el término metafórico, sol de España, corresponde al término real “prosperidad”: el sol es energía, luz y vida. En el contexto de crisis de principios de siglo, Machado desea que su amada Soria vaya a más.

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Sinopsis

El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso.

El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 



















1
La rima interna consiste en la rima que se produce entre el final de un verso y otra palabra incluida en el verso siguiente.
2
El quiasmo es una figura retórica basada en la repetición. Se trata de un paralelismo cruzado, es decir, de la repetición de una estructura sintáctica; con la particularidad de que en el caso del quiasmo los elementos que se repiten aparecen primero en un orden y luego en el orden contrario.
3
La anadiplosis o conduplicación es un recurso literario que consiste en la repetición de la misma palabra o grupo de palabras al final de un verso y al comienzo del siguiente.
4
La epanadiplosis, palabra griega que significa duplicación, es una figura retórica que consiste en repetir, al principio y final de una cláusula, las mismas palabras, ya sea una o varias.

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