Ya cantan los gallos,
amor mío, y vete,
cata que amanece.
Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
1. ESTRUCTURA.
1.1. Externa. Poema completo en verso. Se
trata de versos hexasílabos; por tanto, versos de arte menor. Estos versos no
se agrupan en estrofas. Algunos versos riman en asonancia, sin llegar a fijar
una estructura estable. Así, la rima e-e, la encontramos en los versos 2, 3, 5,
7, 9 y 10; y la terminación –ía, en los versos 4 y 6.
El
discurso principal es el argumentativo, pues la amada intenta que su amado
salga de sus dependencias ante la proximidad del amanecer.
1.2. Interna. Por la intensidad emotiva del
contenido, la separación amorosa, no es pertinente separar el poema en partes.
2. TEMA. La separación de los
amantes al amanecer después de haber pasado la noche juntos. Se trata de una
alborada.
3. RESUMEN.
Al oír
cantar a los gallos, la amada urge al amante que ha pasado con ella la noche a
que se vaya por miedo a que su relación ilícita sea descubierta.
4. ANALISIS DE LA FORMA.
4.1. Plano fonológico, fonético y
prosodemático.
Desde un punto de vista prosodemático,
el tono del poema es el exhortativo; la amada ordena al amado que se vaya:
versos 4 y 5, Vete, alma mía, // Más tarde no esperes… También, al comentar el vocativo alma
mía, del verso 4, que funciona como apóstrofe, hemos de resaltar el tono
exclamativo con el que se expresa la angustia y el dolor por la separación.
4.2. Plano morfosintáctico.
No hay
adjetivos. El poema es pura esencia emotiva expresada solo con sustantivos y, sobre
todo, con verbos. Estos son muchos,
once, en total. Hay mucha actividad emocional, mucha intensidad lírica, que se
consigue con la presencia numerosa de estos verbos. Los tiempos predominantes
son el presente de imperativo y de indicativo. El mandato se expresa con
imperativos cuando la orden es afirmativa: vete
(verso 2), cata (verso 2); si la
orden es negativa, se emplea el presente de subjuntivo con este valor
exhortativo: no esperes (verso 5). El
otro tiempo del poema es el presente de indicativo, Ya cantan… (verso 1), que expresa momentaneidad lograda no solo con
el verbo, sino también en el adverbio de tiempo ya.
La sintaxis es elemental:
oraciones simples, cortas, yuxtapuestas, excepto una oración compuesta
coordinada en los versos 1 y 2: Ya cantan los gallos, //amor mío, y vete,…
Podemos
resaltar la presencia de posesivos, tanto pronombres, como determinantes
posesivos, que producen una intensificación de la liricidad al resaltar la
carga de intimidad de la relación amorosa: mío,
(verso
2); mía (verso 4); nuestro (verso 7).
Dentro de este plano señalamos
las repeticiones -estructura paralelística-, anáforas, que producen la
sensación de monotonía, característica propia de la lírica tradicional: cata que… (verso 3), cata que (verso 8); también en los
versos 3 y 10 se repite el enunciado que
amanece.
4.3. Plano léxico-semántico.
Desde el
punto de vista léxico, comentamos el cambio de significado de una de las
palabras clave del poema: catar, cata que
amanece (verso 3). En el texto lo podemos considerar un arcaísmo; significa
“mirar”, mientras que en la actualidad el significado es de probar.
La
presencia de un pequeño campo
semántico formado por palabras relacionadas con el alba, como amanece (verso 3 y 10), cantan los gallos (verso 1), el día (verso 6) y los gallos (verso 8) intensifica la intensidad dolorosa del momento
de la separación de los amantes.
De las
figuras retóricas de este plano, es esencial comentar las personificaciones. No descubra el día los nuestros placeres,
de los versos 6 y 7. En realidad, no tienen miedo al día, a la claridad, sino
al marido, a los padres o a la gente en general que pudieran descubrir esa
relación ilícita. Por eso se citan y se encuentran en la obscuridad de la
noche, en secreto, porque solo en esas circunstancias es posible su relación.
Otra personificación con un significado menor la encontramos en el verso 10, Los gallos dicen que amanece, que es
como una advertencia del peligro que corren si los encuentran juntos.
5. Análisis del contenido.
El poema
es una alborada, que es una composición de origen provenzal. Los amantes han
pasado la noche juntos y al llegar el día han de separarse. En la lírica
castellana es más común el encuentro de los amantes en el momento de despuntar
el día. Estas composiciones castellanas se llaman albadas. Las castellanas tienen un origen popular,
mientras que el origen de las alboradas es más bien culto. En todo caso,
comparten bastantes semejanzas: se trata de una lamentación amorosa en boca de
mujer y es anónima. Otra peculiaridad de estas composiciones es la intensidad
lírica expresada en muy pocas palabras, algunas de las cuales se repiten en
varias ocasiones, con lo cual se produce la sensación de monotonía.
6. Conclusiones.
Poema de arte menor en
versos hexasílabos propio de la lírica medieval. Predomina el tono exhortativo
con el que la amada ruega al amante, ante la proximidad de la llegada del nuevo
día, que se vaya. Por lo tanto, la temática es amorosa al expresar el dolor de
la separación de los amantes al alba. Estos sentimientos están expresados de
con un lenguaje extremadamente sencillo, caracterizado por la repetición de
palabras clave.
7. Opinión personal.
Es un poema de una
belleza suprema. En pocas palabras hay concentrada tanta liricidad y emoción
que sólo puede ser fruto de una persona que siente y canta el amor.
Un poco de publicidad personal...
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