Tiquismiquis, de Juan Manuel de Prada
Hace algunos meses, se quejaba el
maestro con patente de corso que me precede en estas páginas de las crecientes
dificultades con que se tropezaba al tratar de emplear ciertos recursos
expresivos que el lenguaje ofrece. Siempre hay alguien dispuesto a hacerse el
ofendido, considerando que el uso figurado de tal o cual palabra constituye una
imperdonable agresión.
También yo recibo, cada vez que publico
un artículo en el que utilizo un registro lingüístico distinto del puramente
enunciativo, cartas iracundas de lectores que me reprochan tal o cual término,
que consideran hiriente. Hace unas semanas se publicaba en esta revista una
carta de una asociación de epilépticos en la que se me afeaba el empleo de un
símil, por considerar que menospreciaba a quienes padecen esta enfermedad. En
un artículo, para describir la risa forzada y convulsa de unas pijas
californianas, escribía yo que parecía la risa «de un ventrílocuo epiléptico».
La imagen podrá ser más o menos roma o brillante; pero a nadie se le escapa que
se trata de un recurso retórico en el que sólo mediante interpretaciones
torticeras puede detectarse un propósito denigratorio. El uso figurado del
lenguaje no es privativo de la expresión literaria; también la expresión
coloquial lo admite sin empacho: así, por ejemplo, cuando decimos que tal
comportamiento es `pueril´ o que tal argumentación es `coja´, no pretendemos
escarnecer o vejar a los niños ni a los cojos. Sabemos, desde luego, que el
comportamiento de los niños es con frecuencia mucho más cabal y lógico que el
de los adultos; y, por supuesto, ni se nos ocurre pensar que los cojos tengan
mermadas sus capacidades argumentativas... En cierta ocasión, comparé a quienes
son incapaces de penetrar en el sentido figurado de un texto literario con el
huésped al que franquean la puerta de un aposento y se contenta con deslizar la
mirada sobre sus paredes monótonas, sin molestarse en apartar los postigos de
la ventana que se abre a un paisaje de incalculable amenidad. El lenguaje
literario es un pájaro que vuela libre, evadido de la jaula donde las palabras
crían michelines, hartas de decir siempre lo mismo…
Huelga añadir que jamás renunciaré al
uso figurado del lenguaje. En esto sigo el magisterio del gran Fiodor Dostoievski,
quien, por cierto, era epiléptico.
ESQUEMA.
- Protestas
de los lectores a los articulistas por el uso de expresiones que les
hieren o molestan.
1.1.
Esas protestas llegan a través de cartas o correos
electrónicos.
1.2.
Queja de una asociación de epilépticos al autor por
el empleo del adjetivo epiléptico
referido a un ventrílocuo.
- Defensa
que realiza el autor del empleo del lenguaje literario en sus artículos.
2.1.
El autor cree que los lectores interpretan ciertas
expresiones de manera restrictiva.
2.2.
El uso figurado del lenguaje es común a todos los
hablantes. Lo demuestra con ejemplos.
2.3.
Expresa la necesidad que tienen los escritores de
utilizar el lenguaje literario por el valor significativo que tienen.
- El
articulista expresa el propósito de seguir utilizando el lenguaje literario
en sus columnas.
RESUMEN.
El articulista aborda en su columna algo
muy frecuente en su oficio como comunicador: las quejas que le llegan de
lectores por el uso de ciertas palabras que pueden resultar muy sensibles para
ciertos colectivos que se consideran denigrados, o ahondan en ciertos
prejuicios que la sociedad tiene contra ellos. En concreto, el ejemplo que
menciona es el de una asociación de enfermos mentales que le escribió
censurando al articulista el uso frívolo de la palabra “epiléptico”.
Prada defiende el uso figurado del
lenguaje que no es solo exclusivo de los profesionales de la palabra, sino que
se utiliza de manera corriente por el conjunto de hablantes. Es una herramienta
esencial para huir de la expresión repetida y consabida. La esencia de su
oficio es encontrar la originalidad y la expresividad en la comunicación y por
tanto no pueden renunciar a ella; así lo confiesa el escritor.
ESQUEMA.
-Introducción
L. 1/4: Se plantea el tema a desarrollar: las quejas de ciertos lectores del empleo
por parte de los articulistas de palabras con connotaciones especiales para
ellos, que pasan desapercibidas para los escritores.
-Cuerpo
argumentativo:
-5/10
Ejemplo concreto de esta situación que le ha pasado a Prada, la de una carta de
una asociación de enfermos mentales que se quejaban de una columna del autor
por el uso irresponsable de la palabra “epiléptico” en la expresión “risa de un ventrílocuo epiléptico” para
referirse a unas pijas californianas.
-10/12
Contraargumento: apela al sentido común del lector para que juzgue si esa
expresión puede herir a alguien que no sea hipersensible.
-
12/13 Argumento en defensa de la tesis. Este uso figurado del lenguaje no es
privativo de los escritores, sino que es utilizado por la gente normal en sus
comunicaciones y no crea problemas en su comprensión ni con el sentido con el
que ha sido utilizado.
-14/17
Ejemplos de este uso en el lenguaje coloquial: “comportamiento pueril” y “argumentación
coja”, sin que ni los niños ni los cojos se sientan molestos.
-
17/22 Argumentos con ejemplos de lo que es el empleo del lenguaje en su sentido
figurado:
-
17/21 Los que no entienden el lenguaje figurado son como alguien que está
encerrado en una habitación y no se le ocurre abrir las ventanas para disfrutar
del exterior.
-21/22
El lenguaje literario escapa del significado denotativo igual que un pájaro de
una jaula.
TESIS
O IDEA PRINCIPAL: El autor no puede renunciar al uso figurado del lenguaje.
COMENTARIO CRÍTICO.
ESTRUCTURA.
Se
trata de un texto de opinión publicado en un periódico o revista. Se trata de
una columna, espacio reservado para colaboradores habituales de la publicación
que no son necesariamente periodistas, como es el caso de Juan Manuel de Prada,
que comenzó siendo novelista. El texto no parece estar completo por los puntos
suspensivos de la línea 16.
En
cuanto a su contenido podemos señalar las siguientes partes.
Da
la línea 1 a
la 4, el articulista plantea el tema que va a comentar: las quejas de algunos
lectores por el uso de ciertas palabras, muchas veces utilizadas como recursos
retóricos, que resultan muy sensibles para ellos.
De
la 5 a la
20 El escritor cita una un ejemplo: la carta de una asociación de enfermos
mentales que se le ha quejado por el uso irresponsable de la palabra epiléptico
como imagen comparativa.
Explica
que los recursos literarios no son exclusivos de los escritores, sino
patrimonio de todos y muy comunes en el habla coloquial sin que nadie se sienta
aludido y entendiéndolas en su contexto sin ninguna dificultad.
El
fin que persiguen los escritores al utilizar los recursos literarios es buscar
una expresión original; para ello usa un ejemplo y una metáfora.
De
la 21 a
la 22 un cierre a modo de conclusión en las que Prada afirma que nunca
renunciará a utilizar los recursos retóricos que le ofrece el lenguaje.
TEMA.
Defensa
de la libertad del escritor en utilizar los recursos literarios que estime
oportunos para expresarse.
ACTITUD
E INTENCIONALIDAD.´
La
intención del autor es convencer a sus lectores de la necesidad que tienen los
articulistas de usar recursos que son propios de la expresión literaria.
Persigue además, desahogarse por lo que él considera cartas injustas de alguno
de sus seguidores que le critican la poca sensibilidad con algunos sectores de
la población cuando los menciona. Está buscando el reconocimiento implícito por
parte de los demás de la dificultad que conlleva escribir.
En
este sentido la actitud no puede ser más subjetiva; incluso, nos podríamos
atrever a considerarla egoísta y endogámica –se refiere en general a las
dificultades o quejas que reciben otros colegas. En parte, también se observa
una actitud orgullosa, sobre todo al final, cuando afirma categórico que no
piensa ceder a las presiones o críticas.
TIPO DE TEXTO.
Se
trata de un texto de opinión de una publicación periodística, bien un diario o
revista. Por el tamaño puede considerarse una columna. Estos textos aparecen de
manera regular y en la misma página de la publicación. Este espacio está
reservado para colaboradores de reconocido prestigio que no tienen por qué ser
periodistas. Los temas sobre los que escriben son muy variados sin pretender
agotar todo el contenido relacionado con el asunto. Estos suelen estar
relacionados con las disciplinas humanísticas: aquí, el uso figurado y
literario del lenguaje. Otra característica es el estilo personal, cuidado y
próximo al modelo literario. No en vano, muchos son escritores, como es el
autor de este artículo. Este tipo de texto adopta como modelo al género
ensayístico por lo que comparten muchas características, como por ejemplo los
modos de elocución, preferentemente la argumentación y el ensayo. La relación
entre columnista y lectores suele ser estrecha y fiel. En este sentido el autor
parece confesarse, o bien desahogarse por las quejas que alguno de sus
seguidores le hace llegar. Por eso las funciones del lenguaje que predominan
son la expresiva, en tanto en cuanto parece buscar la complicidad y comprensión
de sus seguidores, y la función conativa o apelativa, al intentar convencer de
la necesidad de utilizar los recursos literarios que son propios de su oficio
de escritor. Y utiliza alguno de estos recursos, como son las imágenes finales
de las líneas 19 y 20.
VALORACIÓN.
(Objetiva) Es bastante frecuente
encontrarse con artículos metaperiodísticos o metaliterarios; es
decir, textos en los que el escritor reflexiona sobre algún aspecto relacionado
con su oficio, como si intentara dar a conocer los entresijos o dificultades
que conlleva el enfrentarse a una página en blanco; o mostrar la incomprensión
de algunos lectores con el resultado de su trabajo. No hay que ir muy lejos,
aquí encontramos uno de ellos, aunque alude que colegas suyos también reciben
quejas o críticas de sus seguidores. Parece que Juan Manuel de Prada se molesta
con ellas, como si no fuera capaz de aceptar sus críticas, sobre todo por la
proclamación final del texto donde expresa vehementemente su voluntad de seguir
sin dejarse impresionar con ellas.
Hace falta ser una persona muy entera
para recibir críticas y no inmutarse. A nadie le gusta que se resalten los
errores o fallos de nuestro trabajo. A veces, nos ofuscamos y se cierra la
posibilidad de apreciar lo que de cierto tienen las correcciones. Algo de eso creo
que le pasa al articulista, pues enfoca el problema de manera inadecuada. Creo
que las cartas que recibe, en concreto las de los epilépticos, no se le critica
el uso de recursos literarios, lo cual sería absurdo pues se le privaría de un
recurso irreemplazable al escribir, sino la mención a un colectivo muy
castigado socialmente por ser consideradas en general las enfermedades
psicológicas o psiquiátricas tabú, y como tal rechazados los enfermos de estas
dolencias, que procuran ocultar. Es razonable la crítica de estas asociaciones
que luchan por librarse del estigma que sobre ellas se tiene, que en muchos
casos no se corresponde con la realidad que viven esas personas. Juan Manuel de
Prada no creo que sea desconocedor de la situación de discriminación que sufren
estas personas, a no ser que viva en una torre de marfil como otros escritores
de épocas pasadas. Lo que se le pide simplemente es que se esfuerce un poco más
y que complete la imagen sin acudir a una expresión fácil e hiperbólica como
término de la comparación. En vez de “risa de un ventrílocuo epiléptico”, por
ejemplo: un ventrílocuo descacharrante… Lo que le piden es que sea un
poco más sensible, lo cual, repito, no es nada excesivo teniendo en cuenta la
repercusión que sus textos tienen en miles de lectores, en los que fijará aún
más el estigma de estos enfermos mentales.
Partiendo de que el escritor enfoca mal
el tema, a no ser que quiera hablar de los recursos expresivos del lenguaje y
buscara una excusa, la de las cartas, no se entiende el desarrollo argumental
del mismo, pues volvemos a repetir que nadie le critica el uso del lenguaje
literario. Por lo tanto, la referencia a que cualquiera de los hablantes en su
comunicación utiliza estos recursos, sobra. Pero lo más desafortunado son los
dos argumentos con ejemplos que utiliza: comportamiento pueril y argumentación
coja. Y nunca mejor expresión esta última para referirse a la ocasión. En
primer lugar, las dos palabras no son sustantivos, sino adjetivos; con lo cual
hay una diferencia. Por otra parte, los dos términos poseen múltiples
significados y es difícil que pueda molestar ni a los niños, que no entenderían
el significado de pueril, ni a los cojos, que por otra parte, no están tan
marcados socialmente como los epilépticos.
MECANISMOS DE COHESIÓN MÁS IMPORTANTES
DEL TEXTO.
La cohesión entre las distintas oraciones
y partes del texto se logra fundamentalmente con la aparición de muchos
términos que forman tres isotopías; estas palabras funcionan como enlaces
léxicos. La principal isotopía sería la de palabras o expresiones referidas
en general al lenguaje y en particular a los recursos literarios –los
números se refiere a las oraciones, no a las líneas-: recursos expresivos 1,
lenguaje 1, uso figurado 2, palabra 2, registro lingüístico 3, registro
enunciativo 3, término 3, símil 4, describir 5, escribir 5, imagen 6, recurso
retórico 7, interpretación 7, uso figurado 8, expresión literaria 8, sentido
figurado 10, texto literario 10, lenguaje literario 10, lenguaje literario 11,
palabra 11, y uso figurado 12. Otra isotopía comprendería palabras
relacionadas con el mundo periodístico: articulista 1, páginas 1, artículo
3, publicar 3, cartas 3, lectores 3, publicar 4, revista 4, carta 4, artículo 5.
Y podemos formar otra isotopía que recogería expresiones relacionadas con
una actitud crítica: agresión 2, iracundas 3, reprochar 3, hiriente 3, afear
4, menospreciar 4, propósito denigratorio 7, escarnecer o vejar 8. Todos estos
términos permiten interpretar correctamente las partes del texto y relacionar
unas oraciones con otras.
A parte de estos enlaces léxicos hallamos
otros mecanismos de cohesión, como por ejemplo algunos conectores oracionales
-conectivos: También con el comienza la oración 3 y que permite
además unir dos párrafos al incluir entre los articulistas que reciben cartas
de lectores ofendidos al propio Juan Manuel de Prada. Desde luego, de la
oración 9, enlace conectivo con el que expresa que la afirmación que realiza
–los niños son más cabales que…- es aceptable para los lectores.
Además, hay un enlace anafórico en la
última oración, la 13, en esto, que es un pronombre neutro que
hace referencia a lo dicho en la oración anterior. Otro ejemplo lo encontramos
en la oración 4: en la que se me afeaba el empleo, este pronombre
personal átono se refiere al yo recibo, que funciona de
sujeto de los verbos de la oración anterior.
ANÁLISIS ESTILÍSTICO DE LOS ADJETIVOS
DEL TEXTO.
Nos encontramos con distintas clases de
adjetivos según su significado y la función que desempeñan en la oración. Los
encontramos como modificadores de un nombre. Los hay explicativos
que permiten al autor valorar u opinar sobre las cuestiones de las que habla: …de
las crecientes dificultades 1 y 2;
imperdonable agresión 4, incalculable
amenidad 22; gran Fiodor Dostoievski
26, antepuestos al núcleo; cartas iracundas
6; interpretaciones torticeras 12; propósito
denigratorio 8; paredes monótonas 21, pospuestos al sustantivo.
También como modificadores del nombre,
pero especificativos o clasificadores, con un uso más objetivo,
que caracterizan al sustantivo como miembro de un conjunto, lo precisan y
especifican. Estos adjetivos son necesarios para la comprensión lógica del
texto, no pueden suprimirse sin que el sentido del enunciado se altere de
manera sustancial: recursos
expresivos 2, uso figurado 3 y 4, registro lingüístico distinto del puramente
enunciativo 5 y 6 – en esta ocasión hay dos adjetivos, el segundo, además
modificado por un sintagma preposicional, cuyo núcleo está modificado por un
adjetivo que está valorado con un adverbio: puramente;
la risa forzada y convulsa 10; ventrílocuo epiléptico 10 y 11; recurso retórico 12.
Adjetivos que funcionan como complementos
predicativos en el sintagma verbal: que consideran hiriente (se refiere al complemento directo que –sustantivo antecedente término-)
con los que se expresa la valoración u opinión sobre algo; un pájaro que vuela libre, evadido… 24.
Adjetivos que funcionan como atributos
en sintagmas verbales que sirven para valorar, enjuiciar, opinar… La imagen
podrá ser más o menos roma o brillante –dos
adjetivos modificados por dos adverbios; el uso figurado del lenguaje no es
privativo 13; el comportamiento de los niños es mucho más cabal y lógico 17.
Aunque hay adjetivos especificativos,
siempre necesarios en la comunicación, hallamos una adjetivación valorativa en
distintas estructuras sintácticas que son determinantes en el texto y que
configuran a éste como de opinión, en el que predomina la subjetividad en el
planteamiento y análisis de los asuntos tratados.
Un poco de publicidad personal...
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