3º E.S.O.
Bloque 4.
Conocimiento de la lengua.
Tema 5. Los
enunciados. La oración gramatical.
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Tema 5. Los enunciados. La oración
gramatical.
1. El enunciado.
El enunciado es una unidad mínima de comunicación perteneciente al plano del discurso,
aunque lo habitual es que una comunicación requiera varios enunciados
integrados en un texto, que es la unidad comunicativa máxima.
Desde un punto de vista sintáctico, el enunciado no
tiene por qué presentar las características formales de la oración (un sujeto
concordado con un predicado; el verbo en forma personal; un orden de palabras
determinado).
1.1.
Clasificación de los enunciados.
Como se ha
indicado, los enunciados pueden presentar una estructura oracional o una
estructura no oracional.
• Son enunciados
no oracionales palabras o secuencias de palabras que, con unidad de
entonación y sentido pleno dentro del contexto concreto en que se emiten, no se
organizan en torno a un verbo. Sustantivos, adverbios, adjetivos, grupos nominales,
interjecciones... pueden constituir enunciados: ¡Magnífico! ¡Estupendo trabajo!
Siempre. La invitación al mal.
• Son enunciados
oracionales las secuencias de palabras (o una sola palabra, si es un verbo
en forma personal) que sí presentan estructura de oración, tanto si es una oración
simple como si es una oración compuesta: Juan
vendrá mañana al cine. Cuando venga Juan, iremos al cine.
1.2. Modalidad de los enunciados.
Atendiendo a la actitud del hablante, los enunciados
se clasifican del siguiente modo:
Enunciativos. Son aquellos que
pretenden informar objetivamente al oyente acerca de algo pasado, presente o futuro.
El modo empleado es el indicativo; pueden ser afirmativos y negativos: En el cielo brillan las estrellas. No
interpretó bien sus palabras.
Interrogativos.
Se emiten cuando el hablante busca
una respuesta por parte del oyente: ¿Vendrás
a París? ¿Qué equipaje llevarás?
Se pueden distinguir dos tipos:
‑ Totales. Se pregunta por lo formulado en el enunciado. La respuesta esperada es sí, no,
quizá... u otras secuencias más
complejas. El orden de los elementos es libre, pero lo habitual es anteponer el
que se quiere realzar: ¿Estuvieron tus
hermanos en el concierto?
‑ Parciales.
Se pregunta sólo por el elemento del enunciado expresado por un pronombre,
adjetivo o adverbio interrogativo: ¿Quién vendrá mañana? ¿Dónde vives ahora?
• Imperativos
(o exhortativos). Expresan mandato, prohibición, ruego, consejo, súplica.
El hablante pretende influir en el comportamiento del destinatario. Cuando el
mandato es de carácter afirmativo, el imperativo es el modo empleado: Ven. Escuchad al abuelo.
Si la orden es negativa, se utiliza el subjuntivo: No vengas.
No escuchéis al abuelo
Con frecuencia, esta clase de modalidad se expresa con
otro tipo de estructuras; entre otras:
‑
La preposición a seguida de
infinitivo (en enunciado afirmativo): ¡A
callar!
‑ El gerundio: ¡Andando!
‑ Un sustantivo: ¡Silencio!
‑ Un adverbio: ¡Adelante!
‑ El subjuntivo precedido de que: Que os marchéis.
‑ El indicativo con entonación exclamativa: ¡Tú te
quedas en casa!
Desiderativos.
Expresan un deseo del hablante. Se
acompañan de entonación exclamativa y van introducidos por adverbios (ojalá, así) o por la conjunción que: ¡Ojalá
vengas! ¡Así te parta un rayo!
Dubitativos.
Con ellos se manifiesta la duda o la
posibilidad por parte del hablante. Suelen
ir encabezadas por adverbios o locuciones adverbiales (acaso, quizá, tal vez ); el subjuntivo es el modo propio, pero en
algunos casos se emplea el indicativo: Quizá
(tal vez, acaso…) vaya a ver la película. A lo mejor me compro un sombrero.
Exclamativos.
En general, a través de ellos se
pone de relieve la afectividad del hablante. Las formas que pueden presentar
estos enunciados son variadísimas, desde la interjección:
*propia (¡ah,
¡bah!, ¡ea!, ¡olé!...)
*impropia (¡bueno!
¡santo cielo!, ¡madre mía!)
hasta oraciones más o menos complejas, a veces
realzadas con pronombres, adjetivos o adverbios exclamativos (no debemos
olvidar que, con frecuencia, esta modalidad se superpone a otras): ¡Esta casa es grandísima! ¡Qué sabrás tú!
¡Qué bueno eres! ¡Cuánto lo siento!
En todos los casos, el contexto lingüístico o la
situación en que se emiten (unido, en el discurso oral, a elementos gestuales)
matizan el valor expresivo de este tipo de enunciados, así como el significado
pragmático que pueden presentar.
2. LA ORACIÓN.
Dentro de la situación
comunicativa en que se emiten, son enunciados estas construcciones:
a) A buen Juez, mejor testigo. Pedro.
Y también
estas otras:
b) Mi hermano vendió su coche. Juan dijo que vendría enseguida.
Pero solamente las últimas (b) son oraciones. Podemos comprobar con
facilidad que tienen en común, frente al primer grupo (a), el estar
constituidas por un sujeto y un predicado (o más de uno).
La oración es, por tanto, una unidad gramatical, sintáctica, caracterizada
por presentar dos componentes básicos: un sujeto
y un predicado. Posee, además, una entonación
propia ‑es, pues, también una unidad fónica‑ y transmite un significado
completo (es una unidad semántica).
Ahora bien; si nos fijamos en el grupo de las
oraciones (b), comprobaremos que la segunda presenta más de un predicado (el
verbo en forma personal es el elemento básico para que haya una oración). Por
tal motivo podríamos suponer que hay más de una oración. Esta suposición,
válida desde el punto de vista formal, no lo es desde el de la autonomía sintáctica.
3.
PROPOSICIÓN Y ORACIÓN.
Para resolver esta inexactitud,
denominamos proposición a toda
construcción constituida por una o varias palabras que muestra estructura
oracional (es decir, con sujeto y predicado propios), pero que aparece integrada
en una unidad superior: la oración
compuesta o compleja.
Aunque tus amigos vengan, no iremos al cine.
PROPOSICIÓN 1 PROPOSICIÓN 2
ORACIÓN
4.
ORACIÓN SIMPLE Y ORACIÓN COMPUESTA.
Así mismo,
distinguimos entre estos dos tipos de oración:
• Oración
simple. Aquella construcción que consta de un solo sujeto y un solo
predicado: Juan escuchó las noticias por
la radio. Los aviones son un medio de comunicación rápido.
• Oración
compuesta. La que consta, al menos, de más de un predicado: Nadie sabe que ha llegado tu jefe. Se abrió la puerta y entró mí viejo amigo.
5. ESTRUCTURA DE LA ORACIÓN.
Desde un punto de vista estructural,
la oración se caracteriza por estar formada por dos constituyentes inmediatos:
un sintagma nominal (S.N.) en
función de sujeto y un sintagma verbal
(S.V.) en función de predicado.
Sujeto y predicado son las dos funciones básicas de la
oración. Ambas están en un mismo nivel jerárquico: son interdependientes. Sintagma
nominal y sintagma verbal son dos unidades gramaticales. Pueden constar de un
solo elemento, el núcleo -un sustantivo u otro elemento que actúe como tal y
un verbo, respectivamente-, o de varios, ordenados en torno al núcleo:
Los chicos comieron
los bocadillos
Det. N.
(núcleo) V (núcleo)
SN. CD.
S.N. Suj. S.V. Pred. Verbal
ORACIÓN
5.1. EL SINTAGMA NOMINAL (SUJETO).
Tradicionalmente se dice que el sujeto es «la persona
o cosa que realiza la acción del verbo». Esta definición es, sin duda,
discutible, por cuanto la noción que implica de agente o actor, indudable en
construcciones como Juan trabaja en sus
deberes o María escribe una carta, no se cumple en otras como Juan es muy atento o María permanece en
su casa. Por ello, será mejor delimitar esta función sintáctica a partir de
supuestos gramaticales. Desde este punto de vista, dos son las notas que, en
principio, pueden destacarse del sujeto:
1 La concordancia que mantiene con el verbo (núcleo
del predicado) en número y persona.
2 La ausencia
de preposición.
5.1.1. Categorías que pueden desempeñar la
función de núcleo del sujeto.
‑ Un sustantivo: Pedro
llamó por teléfono.
‑ Un sintagma nominal: Los estudiantes más aplicados pasarán la prueba con facilidad (el
sustantivo estudiantes es el núcleo
en torno al cual se ordenan los demás elementos).
‑ Un pronombre: Él intervino
en el asunto; Éste no vendrá solo; ¿Quién podrá adivinar este acertijo? (De
los pronombres personales, sólo los tónicos ‑yo, tú, él, ella, ellos,
nosotros, vosotros y el neutro ello‑ pueden
ejercer esta función.)
‑ Un infinitivo: Reír
me gusta más que llorar.
‑Cualquier elemento sustantivado (adjetivo, adverbio,
conjunción, frase hecha): Los buenos siempre obtienen su galardón; El
sí se oyó con toda claridad; Sus
porqués no me interesan; Un no sé qué le impedía actuar.
‑ Una proposición: Que ayudes a los demás puede ser gratificante.
5.1.2. Omisión del sujeto.
Dentro
del grupo de las oraciones activas existen aquellas que tienen un verbo
predicativo en voz activa y no admiten un nombre o un sintagma nominal que
realice la función de sujeto. Las oraciones impersonales no llevan sujeto
léxico pero sí, en cambio, un sujeto gramatical, constituido por la persona y
el número de la forma verbal. Por eso, las impersonales son verdaderas
oraciones.
Se considera oraciones
impersonales a aquellas que cumplen al menos uno de los siguientes requisitos:
-Presentan un solo
constituyente (el sintagma verbal) y, por tanto, carecen de sujeto sintáctico: Nevará en la sierra.
-No se expresa el
agente o actor de la acción del verbo, aunque pueda aparecer un sujeto
sintáctico con otros valores semánticos: Se
repartirán regalos a la salida – Llaman a la puerta.
En el primer caso, se
trata de impersonalidad sintáctica: no hay sujeto y no puede hablarse de
elipsis del mismo. En el segundo caso, se trata de impersonalidad semántica: no
aparece el agente o éste queda indeterminado.
5.1.2.1. Impersonalidad
sintáctica
-Los verbos que
designan fenómenos meteorológicos y de la naturaleza (anochecer, atardecer,
llover, nevar, helar, granizar, tronar, escampar), siempre van en tercera
persona del singular. Por esto, reciben el nombre de impersonales:
Relampagueaba - Llueve intensamente.
-Estructuras
impersonales con los verbos haber y hacer. A ambos verbos, siempre en tercera
persona del singular, los acompaña un sintagma nominal que no es sujeto, sino
objeto directo. Entre estas impersonales se incluyen las construcciones de
haber que + infinitivo, que es una perífrasis de obligación: Habrá que recoger la mesa - Hay que
memorizar el número secreto.
-Estructuras
copulativas impersonales. También tienen carácter impersonal muchas estructuras
copulativas (con los verbos ser y parecer), como las de las oraciones: Es mediodía - Parece de día.
En estas oraciones, los
sintagmas que acompañan al verbo actúan como atributos, a pesar de que carecen
de sujeto con el que concordar.
El verbo parecer,
además de ir en oraciones copulativas concertadas, como Las nubes parecían caballos galopando, se presenta en estructuras
sin sujeto, con el verbo siempre en tercera persona del singular y con atributo
del tipo Parece que los niños se han
dormido.
5.1.2.2. Impersonalidad
semántica
La omisión del agente,
rasgo caracterizador de la impersonalidad semántica, puede deberse a causas
diversas:
A su desconocimiento
por parte del emisor: La puerta ha sido
forzada.
A la omisión
voluntaria: Me han invitado a cenar.
A su indeterminación, lo
que permite presentar un agente de naturaleza genérica o imprecisa: Se trasnocha mucho en España.
Estructuras de la omisión del agente:
-Segundas de
pasiva Construcciones de pasiva (sujeto
paciente + ser + participio) en las que se omite el complemento agente. La
comida será servida a las tres. Los presupuestos fueron estudiados ayer.
-Pasiva refleja La forma se no es un pronombre, sino el
índice de pasiva. Aparece un SN u oración que funciona como sujeto sintáctico
(paciente). Se omite el agente de la acción verbal. Se
solicitarán ayudas al Gobierno. Se asegura que no habrá encierros este
año.
-Tercera persona del
plural. La propia tercera persona del plural es una marca de indeterminación
del agente. Me han robado la cartera. Te
han enviado flores.
5.1.2.3. Impersonales
con SE.
Las impersonales
reflejas con se pueden ser
oraciones con un verbo intransitivo (Se
come mal en este mesón), con un verbo copulativo (Se está a gusto aquí) o con un verbo con objeto directo de persona
(Se avisará a los interesados
próximamente).
Presentan las
siguientes características sintácticas:
-El verbo aparece en
tercera persona del singular.
-No presentan sujeto
sintáctico.
-Se omite o queda
indeterminado el agente de la acción.
-Se construyen con la
forma se, que no actúa como
pronombre, sino como índice de impersonalidad.
Frente a éstas, las
pasivas reflejas sí tienen un sintagma nominal sujeto que concuerda con el
verbo.
5.1.3. El sujeto elíptico o implícito.
La impersonalidad
sintáctica no debe confundirse con el sujeto elíptico, que puede recuperarse
gracias a la información aportada por el contexto y la desinencia verbal: No voy, (sujeto = yo). Se acercaron a los
cachorros; estaban dormidos (sujeto de estaban dormidos = los cachorros).
5.2.
EL SINTAGMA VERBAL (PREDICADO).
Es, junto al sujeto, el otro
componente básico de la oración. Desde un punto de vista sintáctico, se caracteriza
por estar constituido por un verbo, cuya función es la de ser núcleo del
predicado, frecuentemente acompañado de otros elementos: los complementos.
Verbo y complementos constituyen el sintagma verbal: Mis amigos cantaron. Mis amigos
cantaron canciones el día de mi cumpleaños.
6.- La oración pasiva.
Se denominan pasivas
las oraciones cuyo sujeto no realiza la acción verbal, sino que la recibe o la
sufre; por esta razón se le llama sujeto paciente. En estas oraciones, la
acción verbal es realizada por el complemento agente, que va introducido por la
preposición por.
El torero fue abucheado por el público
Suj.
Paciente Compl. Agente
Las oraciones pasivas
resultan de la transformación de las oraciones transitivas en voz activa: Los marineros recogieron al náufrago / El
náufrago fue recogido por los marineros. Puede observarse que no sólo cambia
la forma del verbo, sino también toda la estructura de la oración: el objeto
directo de la oración activa (el náufrago)
se convierte en sujeto de la oración pasiva, mientras que el sujeto (los marineros) pasa a ser complemento
agente.
Las oraciones pasivas
son, por tanto, una clase especial de oraciones transitivas. Las oraciones
intransitivas, al no tener objeto directo, no admiten la construcción pasiva.
Estas oraciones pasivas
se llaman oraciones pasivas perifrásticas, para diferenciarlas del siguiente
grupo: las pasivas reflejas.
La pasiva refleja
Estas oraciones se
construyen con el pronombre se, que actúa únicamente como
indicador de voz pasiva, seguido del verbo en forma activa, en tercera persona
del singular o del plural: Se inauguró un puente. Se inauguraron las
instalaciones.
En las oraciones
pasivas perifráticas, el agente puede mencionarse o no. En este caso se llaman segundas pasivas. En cambio, en las
oraciones de pasiva refleja el agente no se expresa nunca.
7. Oraciones reflexivas
Las oraciones
reflexivas son las oraciones predicativas activas y transitivas en las que el
proceso del verbo recae sobre el propio sujeto.
Clases de reflexivas según la función que
desempeña el pronombre átono (me, te, se, nos, os, se):
Reflexiva directa: el
pronombre personal funciona como complemento directo: Juan se lava.
Reflexiva indirecta: indirecto:
el pronombre personal funciona como complemento indirecto al aparecer un
complemento directo expreso: Juan se lava
las manos.
Estas oraciones se
pueden reforzar con los complementos tónicos a mí mismo, a ti mismo, etcétera.
8. Oraciones recíprocas
Son oraciones
recíprocas las oraciones predicativas activas y transitivas en las que la
acción es ejecutada y recibida mutuamente por dos o más sujetos.
Las oraciones
recíprocas se distinguen de las reflexivas por tener un sujeto plural (a veces
también colectivo) o varios sujetos, cada uno de los cuales realiza una acción
y a la vez recibe la acción de los demás: Los dos hermanos se abrazaron - El
equipo se entiende muy bien - Juan y Pedro se tutean.
Las oraciones
recíprocas llevan los mismos pronombres personales átonos que las reflexivas,
los cuales pueden también desempeñar las funciones de objeto directo o
indirecto:
Clases de reciprocas
Función del pornombre personal átono Ejemplos
Recíproca directa Objeto directo: Juan y María se quieren.
Recíproca indirecta
Objeto indirecto: Juan y María se
escriben cartas de vez en cuando.
Tanto si el pronombre
es objeto directo como si es indirecto, el sentido recíproco que encierra puede
ser reforzado con un circunstancialcomo mutuamente, recíprocamente, entre sí,
uno a otro, etc.: Juan y Pedro se saludan
mutuamente. Los jefes de Estado se
saludaron uno a otro. Los miembros
del equipo se entienden muy bien entre sí.
9. Oraciones seudorreflejas
Algunos verbos, como quejarse, arrepentirse, contorsionarse,
etcétera, van necesariamente acompañados de un pronombre átono. Estos verbos se
denominan pronominales. Se conjugan con el apoyo de un pronombre personal átono
que tiene el mismo número y persona que la forma verbal y representa al mismo
ser que realiza la acción verbal: yo me quejo, tú te arrepientes...
Características:
-Por lo general, el
pronombre átono es tan sólo un auxiliar de la forma verbal a la que acompaña y
no realiza ninguna otra función. Así ocurre, por ejemplo, en los verbos que son
siempre pronominales, como arrepentirse,
atreverse, quejarse, jactarse, contorsionarse, desperezarse, abstenerse...
Juan se desvivía por sus amigos - No nos atrevimos a
contestar.
En los verbos
intransitivos en forma pronominal, como caerse, irse..., el pronombre indica
participación o interés del sujeto en la acción: El hombre se marchó en el coche.
Tipos:
Oraciones transitivas
seudorreflejas
Las oraciones transitivas
seudorreflejas se construyen con verbos transitivos que pueden usarse en forma
pronominal o en forma no pronominal: Yo me bebí una botella de agua - Yo bebí una
botella de agua. Yo me cogí un
resfriado - Yo cogí un resfriado.
En estas oraciones, el
pronombre átono que acompaña al verbo no desempeña ninguna función. Es
simplemente un elemento del verbo que sirve para resaltar la participación o el
interés del sujeto en la acción.
Oraciones intransitivas
seudorreflejas
Son intransitivas
seudorreflejas las oraciones que se construyen en verbos que son siempre
pronominales, como arrepentirse, jactarse, atreverse, quejarse, resignarse y
otros. En estos casos, el pronombre átono que acompaña al verbo es un simple
auxiliar.
Las oraciones
seudorreflejas intransitivas se construyen a menudo con verbos que expresan
estados anímicos, como avergonzarse, arrepentirse, emocionarse, decidirse,
etc., y también con verbos de movimiento, como irse, marcharse, salirse,
caerse.
Un poco de publicidad personal...
Quedan al margen de la
clasificación de las oraciones con verbo pronominal las construcciones que
exigen verbo en tercera persona con el pronombre se. Estas construcciones,
similares a las del verbo pronominal, se clasifican como impersonales o pasivas
reflejas.
Impersonal: A aquel hombre se le tenía por un vendedor.
Pasiva refleja: Los juguetes se guardaban en un armario.
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