También,
a la novia se le plantea el problema de la pérdida de su virginidad. Las amigas
la convencen para que no anule el compromiso por esa causa y le dan consejos para
confundir a su esposo en la noche de bodas.
TÉCNICA NARRATIVA DE LA
OBRA.
(Tipos de narrador que aparecen, puntos de
vista empleados y tratamiento del tiempo y el espacio)
NARRADOR OMNISCIENTE, 3ª
persona Ángela Vicario era
la hija menor de una familia de recursos escasos. Su padre, Poncio Vicario, era
orfebre de pobres, y la vista se le acabó de tanto hacer primores de oro para
mantener el honor de la casa. Purísima del Carmen, su madre, había sido maestra
de escuela hasta que se casó para siempre. Su aspecto manso y un tanto afligido
disimulaba muy bien el rigor de su carácter. ESTILO DIRECTO. TESTIMONIOS «Parecía una monja», recuerda Mercedes.
Se consagró con tal espíritu de sacrificio a la atención del esposo y la
crianza de los hijos, NARRADOR TESTIGO, 1ª persona que a uno se le olvidaba a veces que
seguía existiendo. NARRADOR OMNISCIENTE, 3ª persona Las dos hijas mayores se habían casado
muy tarde. Además de los gemelos, tuvieron una hija intermedia que había muerto
de fiebres crepusculares,
y dos años después seguían guardándole un luto liviano dentro de la casa, pero
riguroso en la calle. Los hermanos fueron criados para ser hombres. Ellas
habían sido educadas para casarse. Sabían bordar en bastidor, coser a máquina,
tejer encaje de bolillo, lavar y planchar, hacer flores artificiales y dulces
de fantasma, y redactar esquelas de compromiso. A diferencia de las muchachas
de la época, que habían descuidado el culto de la muerte, las cuatro eran
maestras en la ciencia antigua de velar a los enfermos, confortar a los
moribundos y amortajar a los muertos. NARRADOR TESTIGO. ESTILO
DIRECTO. TESTIMONIOS Lo
único que mi madre les reprochaba era la costumbre de peinarse antes de dormir.
«Muchachas —les decía—: no se peinen de noche que se retrasan los navegantes».
Salvo por eso, ESTILO INDIRECTO. TESTIMONIOS pensaba que no había hijas mejor
educadas. ESTILO DIRECTO. TESTIMONIOS «Son perfectas», le oía decir con
frecuencia. «Cualquier hombre será feliz con ellas, porque han sido criadas
para sufrir». NARRADOR OMNISCIENTE, 3ª persona Sin embargo, a los que se casaron con
las dos mayores les fue difícil romper el cerco, porque siempre iban juntas a
todas partes, y organizaban bailes de mujeres solas y estaban predispuestas a
encontrar segundas intenciones en los designios de los hombres.
Ángela
Vicario era la más bella de las cuatro, ESTILO INDIRECTO. TESTIMONIOS y mi madre decía que había nacido como
las grandes reinas de la historia con el cordón umbilical enrollado en el
cuello. NARRADOR OMNISCIENTE, 3ª persona Pero tenía un aire desamparado y una pobreza
de espíritu que le auguraban un porvenir incierto. NARRADOR TESTIGO, 1ª persona Yo volvía a verla año tras año, durante mis vacaciones de
Navidad, y cada vez parecía más desvalida en la ventana de su casa, donde se
sentaba por la tarde a hacer flores de trapo y a cantar valses de solteras con
sus vecinas. ESTILO DIRECTO. TESTIMONIOS «Ya está de colgar en un alambre —me
decía Santiago Nasar—: tu prima la boba». NARRADOR TESTIGO, 1ª persona De pronto,
poco antes del luto de la hermana, la encontré en la calle por primera vez,
vestida de mujer y con el cabello rizado, y apenas si pude creer que fuera la
misma. Pero fue una visión momentánea: su penuria de espíritu se agravaba con
los años. NARRADOR OMNISCIENTE, 3ª persona Tanto, que cuando se supo que Bayardo
San Román quería casarse con ella muchos pensaron que era una perfidia de
forastero.
Gabriel
García Márquez, como autor, es uno de los personajes de la novela; es uno de
los amigos de Santiago Nasar y primo de Ángela Vicario, incluso hay alguna referencia
a su vida personal, pues dice: «Muchos
sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que
se casara conmigo, cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como
ella misma me lo recordó cuando nos casamos catorce años después». Mercedes
Barcha es la «Gaba», así la llamaban sus más íntimos amigos…” (Prólogo de
Santiago Gamboa a la edición de la novela). Por tanto, él va a ser el narrador
de los hechos acaecidos en torno a esa muerte y el que presenta a las personas-personajes
que se vieron involucrados. García Márquez es novelista y periodista, y en esta
obra va a poner de manifiesto estas dos facetas.
Como
cronista, informa de los hechos que reconstruye e investiga aportando las dos
características propias del género periodístico: informar objetivamente, pero
también aportar su visión particular de los hechos. Este tratamiento
periodístico implica a su vez un despliegue de recursos propios de ese mundo,
incluyendo entrevistas a las personas, investigaciones de los documentos
relacionados con el caso, localización de los espacios… En el texto anterior
hay varias citas con los testimonios de personas que aportan su punto de vista
sobre los acontecimientos o los protagonistas.
Como
novelista crea un narrador testigo, cuando él participa en los hechos, que
utiliza la primera persona; en cambio, cuando los que llevan la acción son
otros, usa la tercera persona. Una muestra de la intervención de este narrador
los tenemos al final del texto, a partir de la línea 25: Yo volvía a verla año tras año, durante mis vacaciones de Navidad…
El
tratamiento de los hechos narrativos no sigue el orden lineal, sino el de
prelación: lo más importante antes que lo que es secundario. El hecho de que
las secuencias narrativas que cuenta no estén organizadas en una estructura
lineal, conlleva la continua vuelta a un tiempo anterior para contar acciones
que son importantes para comprender el presente narrativo; es decir, la
presencia de analepsis o flash-back. Esto conlleva avances y retrocesos
continuos en el desarrollo del relato.
También,
según reconoce el propio García Márquez, la novela presenta concomitancias con
el género policiaco. El arranque de la novela es semejante al de bastantes de
estas novelas; se comienza con una muerte, pues desde el principio el lector
está informado del desenlace, por lo que podemos considerar la estructura
narrativa in extrema res. El
desarrollo posterior del relato es reconstruir las circunstancias, motivaciones
que llevan a unos personajes a cometer ese crimen.
En
cuanto al punto de vista, podemos decir que es omnisciente tan solo con algunos
personajes, incluyendo al protagonista; a otros, solo se los conoce por su
implicación en los hechos en los que participan.
En
cuanto a los espacios, no se dice el nombre del pueblo donde transcurre la
historia, aunque sabemos que se trata de un pueblo de Colombia. En general, las
descripciones no son exhaustivas y tan solo buscan dar la información necesaria
para que el lector sitúe la acción de los personajes. Los espacios que
predominan son los urbanos: la plaza, las calles, el puerto… De los espacios
interiores, podemos destacar la vivienda de Santiago Nasar. De ella se
describen los dormitorios, la cocina, dónde está ubicada, los accesos… Es el
espacio más importante, donde se comete el crimen y donde vive el protagonista.
Y también se describe con un poco de más detenimiento la casa de los padres de
Ángela Vicario, donde se celebrará el banquete nupcial, y además se describe en
el capítulo 4, la modesta casa en la que espera la vuelta de Bayardo San Román.
Por
último, la época donde podemos situar la acción es en el siglo XX. El tiempo
central de la narración abarca unos seis o nueve meses, desde que llega Bayardo
San Román al pueblo, hasta el juicio por el asesinato de Santiago Nasar. Pero
partiendo de ahí, el tiempo abarca otras épocas anteriores que el narrador
recupera para contar acontecimientos o presentar personajes que considera
oportunos para mejor comprender el tiempo presente de la acción; por ejemplo,
la referencia al propio padre del protagonista… Y también se extiende al
después, pues se cuenta cómo es la nueva vida de Ángela Vicario y cómo se vuelve
a juntar con su marido; y también se nos informa de que ese crimen no solo
afectó a los protagonistas, sino a otros muchos vecinos de los que se nos
cuenta cómo acaban a modo de epílogo; por ejemplo, la novia de Santiago Nasar
acabará en el mundo de la prostitución…
ESTILO
DE LA OBRA Y APLICACIÓN RAZONADA DE SUS ELEMENTOS AL TEXTO.
(Concepción del autor sobre el género narrativo y lenguaje que
configura la obra)
Concepción
del autor sobre el género narrativo Algunas
notas que podemos señalar de la narrativa de Gabriel García Márquez
son las siguientes. Todas sus obras están ambientadas en su Colombia
natal; en muchas de ellas se refleja el ambiente de violencia que ha
marcado al país, sobre todo a partir de la década de los cincuenta
del siglo pasado. Ahondando en este sentido, incluso, muchas están
basadas en hechos que realmente ocurrieron, como es el caso de la
novela que nos ocupa, aunque siempre se intenta crear una
ambientación y una presentación de hechos que superan la realidad
al potenciar ciertos detalles que acaban convirtiendo la narración
en algo inusual, como es propio de El Realismo Mágico, corriente
literaria a la que se adhieren muchos escritores hispanoamericanos.
Y relacionado con la materia real de sus novelas, hemos de resaltar
también su otra vertiente de escritor, la de periodista, pues muchas
de sus novelas están muy relacionadas con el estilo periodístico,
como se refleja incluso en el título de alguna de ellas: Noticia
de un secuestro o Crónica
de una muerte anunciada.
Lenguaje
que configura la obra El
estilo de la obra y de este fragmento es muy sencillo. Se utiliza un
lenguaje propio de un registro culto o formal, pero sin buscar un
refinamiento excesivamente literario. En el fragmento que nos ocupa
no hay figuras literarias significativas.
El
léxico es rico y preciso, con valores fundamentalmente denotativos,
otra característica que se suma la anterior de huir de un lenguaje
excesivamente retórico.
El
estilo de la obra es una mezcla de lenguaje periodístico y
literario. Sin embargo, hay algún momento, como por ejemplo en la
línea 23 y 24, en que el autor da un tratamiento mágico a aspectos
que son normales de la realidad. Ángela, la novia vulgar y sin
interés especial para el lector, según las palabras de la madre del
narrador, por el simple hecho de haber nacido con el cordón
umbilical enrollado al cuello, se la asocia a las grandes mujeres de
la historia, con lo cual se interpreta un hecho corriente como algo
sorprendente. Otras expresiones
que crean al lector esa
sensación de magia o irrealidad son las siguientes:
-cuando
el narrador habla de la madre de los Vicario dice que “había
desaparecido” después de
casarse y dedicarse a criar a sus hijos;
-una
hija suya muere de fiebres crepusculares;
-Ángela
preparaba dulces de fantasma;
-sabían
el culto a los muertos;
-la
madre del narrador reprochaba que Ángela se peinara por la noche
porque podía retrasar la llegada de los navegantes.
Como
ya se ha comentado, el texto mezcla elementos propios de la novela y
la crónica periodística. En este sentido, una vez narrados los
hechos más importantes en el capítulo primero, el narrador-cronista
nos informa ampliando datos secundarios de los protagonistas. Para
ello, como recurso informativo que busca la veracidad, se incluye el
testimonio de testigos que ayudan al lector a entender mejor los
hechos que se cuentan. Se incluyen los testimonios:
-de
Mercedes, la esposa del Gabriel García Márquez,
-de
la madre del narrador
-e,
incluso, la opinión de Santiago Nasar sobre su prima Ángela
Vicario.
Son
testimonio que se recogen en estilo directo o indirecto, aunque
predominan las citas en estilo directo. Estás citas literales no se
recogen casi nunca en forma de diálogo, prácticamente inexistente
en la obra, por lo cual es un diálogo fragmentario. Veamos algunos
ejemplos: línea 5, “Parecía
una monja”, recuerda Mercedes;
en la línea 16, «Muchachas
—les decía—: no se peinen de noche que se retrasan los
navegantes».
Propio
de la información periodística es la organización de la acción:
lo primero que se cuenta son los hechos más importantes y luego se
aporta información secundaria. Sin embargo, el interés no disminuye
a lo largo de la novela; más bien lo contrario: el lector ansía
hasta las últimas líneas que suceda algo que altere los hechos que
sabe desde el principio y consigue crear una intriga constante en el
lector.
VALORACIÓN
DEL CONTENIDO Y DE LA FORMA DEL TEXTO, ASÍ COMO DE SU
REPRESENTATIVIDAD EN LA HISTORIA DE LA LITERATURA Y DE SU RELEVANCIA
EN LA TRAYECTORIA DEL AUTOR.
El
relato es un acierto por bastantes razones. Como no podía ser menos,
teniendo en cuenta que se está refiriendo a unos hechos acaecidos
hace muchos años, éstos son relatados con cierta frialdad objetiva.
Esto se consigue con una técnica narrativa propia del lenguaje
periodístico. El orden con el que se informa de los hechos obedece
en ocasiones al rigor marcado por la estructura de pirámide
invertida característica de la información periodística. Esa
sensación de objetividad y veracidad de lo contado también lo logra
con el amplio espectro de declaraciones recogidas en el relato; en el
fragmento aparecen citadas declaraciones u opiniones de la madre del
narrador. De todas maneras, aunque su afán sea la de descifrar toda
la verdad, el narrador no va a desvelar, porque no lo sabe, o porque
es un elemento fundamental que permite tener ocupada la mente del
lector durante toda la obra, el amante de Ángela Vicario. Él sabe
que el lector no puede imaginarse ningún otro personaje culpable que
no sea Santiago Nasar, por eso no tiene ningún reparo en disfrutar
aportando datos contrarios. Por ejemplo, en la línea 28, cuando
recoge una cita despectiva de Santiago refiriéndose a su prima: “Ya
está de colgar en un alambre tu prima la boba”.
El
texto y el relato en su totalidad consiguen mantener la intriga hasta
el final, a pesar de que el autor ya desde el primer capítulo
anuncia que Santiago Nasar morirá; pero, hasta las últimas páginas,
se crea la expectativa de que alguien lo va a avisar y se salvará.
Como también, el lector se pone de parte de los hermanos Vicario,
esperando que haya alguien que se interponga entre ellos y Santiago,
para no verse en la necesidad de cometer ese crimen.
El
acierto de Gabriel García Márquez está en contar una historia
resaltando ciertos aspectos de la misma como si fueran
extraordinarios, como, por ejemplo, el hecho de que Ángela hubiera
nacido con el cordón umbilical enrollado en el cuello, señal
fabulosa según la madre del narrador; o la superchería de peinarse
antes de acostarse de la protagonista porque retrasaría a los
navegantes. Es una manera nueva de acercarse a la realidad, a una
realidad más profunda, que es la base de la novela hispanoamericana
de El Realismo Mágico. Gabriel García Márquez es el escritor más
representativo de los novelistas sudamericanos de esta corriente. La
gran novela de esta corriente es Cien
años de soledad. La novela
que nos ocupa es continuadora de esta tendencia.
VALOR
ESTILÍSTICO DE ADJETIVOS.
Ángela
Vicario era la hija menor
de una familia de recursos
escasos.
Su padre, Poncio Vicario, era orfebre de pobres, y la vista se le
acabó de tanto hacer primores de oro para mantener el honor de la
casa. Purísima del Carmen, su madre, había sido maestra de escuela
hasta que se casó para siempre. Su aspecto manso
y un tanto afligido
disimulaba muy bien el
rigor de su carácter. «Parecía una monja», recuerda Mercedes. Se
consagró con tal espíritu de sacrificio a la atención del esposo y
la crianza de los hijos, que a uno se le olvidaba a veces que seguía
existiendo. Las dos hijas mayores
se habían casado muy
tarde. Además de los gemelos, tuvieron una hija intermedia
que había muerto de
fiebres crepusculares,
y dos años después seguían guardándole un luto liviano
dentro de la casa, pero
riguroso
en la calle. Los hermanos
fueron criados para ser hombres. Ellas habían sido educadas para
casarse. Sabían bordar en bastidor, coser a máquina, tejer encaje
de bolillo, lavar y planchar, hacer flores artificiales
y dulces de fantasma, y redactar esquelas de compromiso. A diferencia
de las muchachas de la época, que habían descuidado el culto de la
muerte, las cuatro eran maestras en la ciencia antigua
de velar a los enfermos,
confortar a los moribundos y amortajar a los muertos. Lo único que
mi madre les reprochaba era la costumbre de peinarse antes de dormir.
«Muchachas —les decía—: no se peinen de noche que se retrasan
los navegantes». Salvo por eso, pensaba que no había hijas mejor
educadas.
«Son perfectas»,
le oía decir con frecuencia. «Cualquier hombre será
feliz con ellas, porque han
sido criadas para sufrir». Sin embargo, a los que se casaron con las
dos mayores les fue
difícil romper el
cerco, porque siempre iban juntas a todas partes, y organizaban
bailes de mujeres solas
y estaban
predispuestas
a encontrar segundas
intenciones
en los designios de los
hombres.
Ángela
Vicario era la más bella
de las cuatro, y mi madre decía que había nacido como las grandes
reinas de la historia con
el cordón umbilical
enrollado en el cuello.
Pero tenía un aire desamparado
y una pobreza de espíritu que le auguraban un porvenir incierto.
Yo volvía a verla año tras año, durante mis vacaciones de Navidad,
y cada vez parecía más
desvalida
en la ventana de su casa, donde se sentaba por la tarde a hacer
flores de trapo y a cantar valses de solteras con sus vecinas. «Ya
está de colgar en un alambre —me decía Santiago Nasar—: tu
prima la
boba». De pronto,
poco antes del luto de la hermana, la encontré
en la calle por primera vez, vestida
de mujer y con el cabello rizado,
y apenas si pude creer que fuera la misma. Pero fue una visión
momentánea:
su penuria de espíritu se agravaba con los años. Tanto, que cuando
se supo que Bayardo San Román quería casarse con ella muchos
pensaron que era una perfidia de forastero.
En
el texto hay bastantes sustantivos y adjetivos, como no podía ser de
otra manera en un texto fundamentalmente descriptivo, pues se
describe la familia de Ángela Vicario y se cuentan algunos detalles
de su vida.
Los
adjetivos que acompañan al sustantivo en el sintagma nominal son en
su mayoría especificativos y pospuestos, con lo cual aportan rasgos
apreciados con objetividad al seleccionar y limitar el significado de
los sustantivos y son propios, como se ha dicho antes, de
una descripción incluida en una narración en la que no hay
exageración de recursos literarios:
hija menor 1, recursos escasos
2, aspecto manso y un tanto afligido 4, hija intermedia 8, luto
liviano… riguroso 9...
Lo
mismo podemos decir de los adjetivos que funcionan como atributos en
el predicado nominal, pues tienen una función clasificadora y
descriptiva: son perfectas 18,
será feliz 18, era la más bella 23, parecía desvalida 26…
el mismo cometido tiene el adjetivo, que funciona como complemento
predicativo, que aparece en la línea 29: la
encontré
en la calle por primera vez, vestida
de mujer y con el cabello rizado.
Sin
embargo, también podemos observar algún rasgo lingüístico que
refleja la visión subjetiva del cronista:
aspecto manso y un
tanto
afligido 4, era la
más
bella de las cuatro
23.
Encontramos
una sustantivación de un adjetivo al anteponer un artículo en boca
de Santiago Nasar: tu
prima la boba 29.
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