ENCUENTRO EN VALENCIA
Recibidas
las señoras con honra muy alta,
el
obispo don Jerónimo adelante entraba,
ahí
dejaba el caballo, para la capilla
andaba;
con
cuantos él puede que las horas
cantaran,
sobrepellices
vestidas y con cruces de plata,
recibían
a las señoras y al bueno de Minaya.
El
que en buen hora nació no lo retrasaba:
vistióse
el sobregonel, larga trae la barba;
ensíllanle
a Babieca, coberturas le echaban,
mio Cid salió sobre él, armas de fuste
tomaba.
El
caballo llamado Babieca cabalga,
hizo
una carrera, ésta fue extraordinaria,
cuando
hubo corrido todos se maravillaban […]
Al fin de la carrera mio Cid descabalgaba,
se dirigió a su mujer y a sus hijas, ambas;
cuando
lo vio doña Jimena a sus pies se le
echaba.
«Merced,
Campeador, en buen hora ceñisteis
espada,
ya
me habéis sacado de muchas vergüenzas
malas,
heme
aquí, señor, yo y vuestras hijas,
ambas,
con
Dios y con vos buenas están y criadas».
A
la madre y a las hijas bien las
abrazaba,
del
gozo que tenían de sus ojos lloraban.
Todas
sus mesnadas en gran deleite estaban,
armas
tenían y tablados quebrantaban.
Oíd
lo que dijo el que en buen hora fue
criado:
«Vos,
doña Jimena, mujer querida y honrada,
y
mis dos hijas, mi corazón y mi alma,
entrad
conmigo en Valencia la casa,
en
esta heredad que por mí tenéis ganada».
Madre
e hijas las manos le besaban.
Con
tan gran honra ellas en Valencia
entraban.
Se
dirigió mio Cid con ellas al alcázar,
allá
las subía, en el más alto lugar.
Los
bellos ojos miran a todas partes,
miran
Valencia, cómo yace la ciudad,
y
por la otra parte, ante su vista, el
mar,
miran
la huerta, densa es y grande,
alzan
las manos para a Dios rogar,
por
esta ganancia, cómo es de buena y
grande.
ESTRUCTURA EXTERNA.
Se trata de un fragmento
en verso perteneciente al Cantar de las Bodas del Poema de Mio Cid. Es un texto
fundamentalmente narrativo-descriptivo, en el que también se reproducen diálogos
en estilo directo.
Desde
un punto de vista métrico, señalamos las siguientes características: los versos
son amétricos, con versos de 14 a 16 sílabas; por tanto, son versos
compuestos de arte mayor, con una cesura que divide los versos en hemistiquios desiguales. La
rima es asonante en todos los versos, por tanto, continua. Los versos forman
dos series: del 1al 30 y del 31 al 39, cada tirada con una
rima diferente, teniendo en cuenta que la versificación es imperfecta.
ESTRUCTURA INTERNA.
Podemos señalar
las siguientes partes:
* 1/6: El obispo
don Jerónimo organiza una celebración religiosa para dar la bienvenida a la
familia del Cid.
*7/13: El Cid,
montado en Babieca, sale a recibirlas realizando una exhibición ecuestre
delante de sus hombres y de su familia.
* 14/30:
Encuentro del Cid con la familia. Doña Jimena, echada a sus pies, presenta a
sus hijas ya casi criadas. Se saludan llorando. El Cid las invita a entrar en
Valencia.
*31/39:
Las sube al alcázar para que puedan contemplar desde lo más alto el mar y la
huerta valenciana.
TEMA.
Ceremonia
de bienvenida a la familia del Cid al llegar a Valencia y reencuentro de los
esposos.
RESUMEN.
El
Cid recibe en Valencia a doña Jimena y a sus hijas organizando la bienvenida de
la siguiente manera: el obispo don Jerónimo reza las horas en agradecimiento
por la llegada de Minaya y la familia del Cid; éste, por su parte, organiza una
parada
militar en la que él participa realizando una exhibición con su caballo
Babieca. Una vez terminada, el caballero se dirige a su
familia que se echa al suelo en señal de sometimiento y su esposa le presenta a
sus hijas educadas y criadas. El padre las abraza y las sube a lo
más alto del alcázar para que contemplen la ciudad conquistada por él y su tropa.
ANÁLISIS DE LA FORMA.
Plano
prosodemático.
La
entonación predominante es la enunciativa, como corresponde a una narración de
unos hechos que acaecen a unos personajes que no se identifican con el juglar
narrador. Las acciones se desgranan en la historia sin que el narrador proyecte su
subjetividad.
Nos encontramos
varios vocativos 17, 19, 26 con una entonación exclamativa: Campeador, señor, doña Jimena...
Plano morfosintaxis.
Los adjetivos del
texto no son muchos. Hay que tener en cuenta su carácter narrativo y dinámico.
En cuanto a la clase de adjetivos, los hay especificativos y pospuestos:
honra muy alta 1, mujer querida y honrada 26, los bellos ojos 34; este último, un
epíteto, con el que se refiere a la cara de felicidad de las mujeres.
Especial mención
merecen los epítetos épicos presentes en el texto: en buen hora ceñisteis espada, 17; el que en buen hora fue criado, 25; doña Jimena, mujer querida y honrada, 26.
Los
verbos son muchos con lo que el texto adquiere mucho dinamismo.
La variedad de tiempos verbales tiene que ver con el acto comunicativo
en el que se desarrolla el discurso; es decir, hemos de figurarnos al juglar
rodeado de público al que va contando, describiendo, representando
la historia...; con el afán de aproximar los hechos pasados al momento del recitado. Así
nos encontramos:
Pretérito
imperfecto, utilizado en las partes descriptivas: entraban 2, andaba 3, retrasaba 8, lloraban 22...
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Pretérito perfecto, que es un tiempo usado en la
narración: Vistiese 8, salió 10, hizo una carrera 14, fue
14...
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Presente de indicativo con un
valor de presente histórico: trae 8, ensillanle 9, miran 34
...
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Esta alternancia
de tiempos evita la monotonía narrativa.
La sintaxis está
acorde al carácter descriptivo/narrativo del texto: abundan las estructuras
sintácticas propias de este discurso: coordinadas: Todas sus mesnadas en gran
deleite estaban, armas tenían y tablados quebrantaban; yuxtapuestas: ahí dejaba el
caballo, para la capilla andaba 3, vistióse el
sobregonel, larga trae la barba; ensillanle a
Babieca, coberturas le echaban,
mio Cid salió sobre él, armas de fuste tomaba 7 y 8.
En el texto hay algún detalle
que pone de manifiesto la eliminación de todo lo innecesario: cuando
comienza a hablar doña Jimena, en el verso 17, no hay verbos introductorios.
Hay que recordar que el juglar no puede perder el tiempo.
Figuras literarias:
*pleonasmo muy propio de los cantares: del gozo que tenían de sus ojos lloraban,
en el verso 22.
*repeticiones: de los versos 34 al final, se
repiten en varias ocasiones el verbo miran, refiriéndose a doña Jimena y
las hijas. Con esta repetición pondera el juglar la admiración y la sorpresa de
las mujeres al ver toda la ciudad.
*estructuras bimembres: Vos, doña Jimena, mujer querida y honrada, /y mis dos hijas, mi corazón y mi
alma, de los versos 26 y 27.
*aposiciones: muy significativas y características del
poema: Valencia la casa 28, que, además, son epítetos
épicos.
*hipérbaton: A la madre y a las
hijas bien las abrazaba, / del gozo que tenían de sus ojos lloraban ; es decir, lloraban de sus ojos del gozo que tenían.
*asíndeton: El caballo llamado Babieca cabalga, / hizo una carrera, ésta fue extraordinaria,
/ cuando hubo corrido todos se maravillaban; con la ausencia de nexos se consigue mucho
dinamismo.
Plano léxico-semántico.
La mayor parte de los sustantivos
son concretos. Estamos ante una narración de hechos acaecidos a unos
personajes. En general,
el léxico es sencillo.
Nos encontramos con epítetos
épicos, que constituyen uno de los
rasgos propios de los cantares de gesta, con los cuales el juglar caracteriza de una manera rápida y
repetitiva a los principales personajes del relato y los lugares donde transcurren
los hechos.
Los principales campos
semánticos o campos asociativos que encontramos se refieren a una parada militar: sobregonel, ensillanle, coberturas, armas de fuste, caballo,
cabalgaba, carrera, descabalgaba, espada, armas,
tablados, alcázar...
Otro campo semántico o campo
asociativo lo constituyen los términos relacionados con los sentimientos entre esposos y padres e
hijos: abrazaban, gozo, ojos lloraban,
deleite, buenas están y criadas, mujer querida y honrada, mi corazón, mi alma,
besaban, ...
Figuras literarias. La narración busca despertar el interés por la
historia en sí misma, sin hacer uso de adornos literarios. Tan solo encontramos una
metáfora lexicalizada: y mis dos
hijas, mi corazón y mi alma 27.
Y otra metáfora muy expresiva: entrad conmigo en Valencia la casa, en la cual el término real es “nuestro hogar, mi reino”.
ANÁLISIS DEL CONTENIDO.
Nos encontramos con un fragmento que pertenece al segundo de
los cantares del poema, el cantar de las Bodas, cuando Alfonso VI permite que la familia del Cid se
reúna con él y organiza la boda de las hijas del Cid con los condes de Carrión.
En este sentido es necesario recordar unas de las características de la épica castellana,
su base histórica: casi todos los personajes que aparecen en el cantar existieron realmente; y,
también, los hechos protagonizados fueron ciertos. Esto no quiere decir que el cantar sea un documento
exclusivamente histórico.
Este carácter realista también
se puede observar en otros detalles: los lugares en los que se protagonizan los
hechos existen: Valencia 35; la
descripción que realiza de los alrededores de la ciudad es cierta; los gestos
descritos por el juglar referidos al héroe y a su esposa e hijas son los propios de una
persona de carne y hueso que se encuentra en la situación de ellos: un encuentro familiar
después de una separación de varios años. Estos detalles nos hacen verosímil la
narración.
Sin embargo, y como ya he
comentado anteriormente, no todos los hechos narrados son históricos. Los
detalles de la ceremonia de bienvenida, la dramatización del encuentro es
producto de la elaboración personal que realiza el juglar.
Algunas notas más que se pueden
observar en el texto que identifican a los cantares de gesta son: su métrica
irregular ya comentada, el anonimato en
cuanto a su autoría, los hechos narrados se refieren al reino de Castilla...
El texto es un reflejo de la
sociedad y de la historia medieval: el Cid es un personaje medieval.
Reconquista tierras a los moros, pero también lucha contra otros nobles cristianos, algo normal
de esa época.
También se podría resaltar la
religiosidad del héroe, característica de los héroes de la épica castellana: en
el verso 38, cuando
están en lo alto del alcázar, rezan para agradecer a Dios la conquista de la
ciudad y el haberse reencontrado. Y a nivel institucional, el obispo guerrero,
don Jerónimo, también organiza una ceremonia religiosa para dar gracias a Dios.
Por último, hay que señalar
que el género literario que refleja el mundo de la nobleza es la épica, así
como el de la lírica es propio del pueblo más bajo.
Un dato curioso de este
fragmento es que por primera vez sale nombrado Babieca, el caballo del Cid, con
el que realiza la
exhibición.
CONCLUSIONES.
Poema épico en versos
amétricos con tendencia a regularizarse en 14 sílabas -tetradecasílabos-, rima
monorrima asonante.
Los versos forman series irregulares.
El poema muestra una gran
agilidad narrativa conseguida gracias a la presencia de numerosos verbos y
otros recursos que
le permiten dinamizar la acción: asíndeton, elipsis.
El juglar no utiliza muchos
recursos ornamentales, sobre todo desde el punto de vista léxico-semántico. Los
que utiliza son los propios de
composiciones orales y de tipo popular, que se trabajan sobre todo en el plano
morfosintáctico. Además, hemos de resaltar la habilidad del juglar para pasar
de un ambiente guerrero a un ambiente más humano y tierno: como se pasa de la ceremonia militar
y religiosa al encuentro entre el Cid y su familia.
Por último, señalar el
carácter realista y verosímil del texto.
OPINIÓN PERSONAL.
Este texto es muy interesante
porque es muy representativo de la épica en general y de la obra en particular,
sobre todo por la capacidad
narrativa-interpretativa del juglar.
Un poco de publicidad personal...
Sobregonel: tipo de túnica.
Fuste: vara o palo en que está fijo el
hierro de la lanza.
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