Comentario de texto del poema CXV: “A un olmo seco” (De Campos de Castilla) / Antonio Machado


 A UN OLMO SECO1
  Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Soria, 1912

Estructura interna.
La primera parte comprende desde el verso 1 al 14. Se trata de una descripción poética del árbol: hay un brote verde, está lleno de musgo, por su corteza se mueven hormigas y se encuentra situado en un monte o colina que bordea el río Duero.
La segunda parte, del verso 15 al 27, el poeta expresa el deseo de escribir un poema por haber descubierto un brote verde en el árbol seco y a punto de morir.
En la última parte, formada por los tres últimos versos, del 28 al 30, el poeta anhela -mi corazón-, al igual que el nacimiento del brote en el olmo, que haya otro milagro y su mujer se recupere y viva.

Resumen.
El poeta canta a un olmo viejo, podrido por dentro, al que le han salido unas hojas verdes. No es un olmo joven y vulgar, como los que se encuentran en los caminos. Se halla en una colina a la que bordea el río Duero. Al ver ese brote, el poeta siente la necesidad de plasmar en versos ese hálito de vida que ha brotado en el viejo árbol antes de que éste muera definitivamente y su madera sea transformada por un carpintero o usada para calentar un hogar. Igualmente, el poeta anhela que se produzca también un milagro y alberga la esperanza de que la vida continúe [de que su mujer siga viva].

  1. Contextualización del poema en el movimiento al que pertenece el autor y su obra.
Campos de Castilla es un poemario de Antonio Machado, poeta sevillano nacido en 1875 y muerto en Collioure (Francia) cuando salía camino del exilio después de la derrota de la República en la Guerra Civil Española (1936-1939). El poeta realizó dos ediciones de este título: una en 1912, poco antes de la muerte de su joven esposa Leonor y otra, en 1917, cuando residía en Baeza (Jaén).
Antonio Machado es un escritor que vive el cambio de época literaria en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. Es uno de los modernistas que se oponen a la estética vulgar y decadente de los realistas. Sus primeros pasos como poeta los da siguiendo la estela iniciada por Rubén Darío, aunque su poesía expresa unos contenidos personales de corte existencial, con temas como el paso inexorable del tiempo, la muerte…, que tan solo aparecerán en el modernismo y en el poeta nicaragüense en las etapas posteriores, sobre todo en Cantos de vida y esperanza, en 1905. Precisamente su obra poética inicial, Soledades. Galerías. Otros poemas, ve la luz en 1903, un poco antes de la publicación de esa obra del poeta nicaragüense, aunque la edición definitiva la realiza Machado en 1907.
Las preocupaciones personales pronto se ampliaron a la preocupación por el momento difícil que pasa España por esos años. Cuando surge esta inquietud se produce una aproximación al movimiento noventaiochista. Le generación del 98 está formada por un grupo de escritores a cuya cabeza podemos situar a Miguel de Unamuno; otros miembros destacados fueron Azorín. Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, Valle-Inclán y el mismo Rubén Darío. Con su labor creativa pretenden analizar las causas por la cuales España ha llegado a la situación de postración en la que se encuentra en ese momento. Y, también, proponer una serie de medidas regeneracionistas que acercaran al país a Europa. En definitiva, intentan ayudar a su modernización. Buscando la esencia de lo verdaderamente auténtico del carácter del pueblo español, creen que la esencia de España está en Castilla, en su paisaje y en sus gentes. En esto coincide Antonio Machado y la obra que mejor refleja esta inquietud es el poemario de Campos de Castilla.
Dentro de esta obra, el poema que se comenta lo podríamos incluir en el grupo de los que tienen como tema fundamental la relación amorosa con su mujer Leonor, durante su enfermedad, como en este poema, o después de su muerte.
El último hito en la evolución poética de Machado es la publicación en 1924 de su poemario titulado Nuevas canciones. La colección recoge apuntes de paisajes y poemas de circunstancias. Lo más resaltable son “Los nuevos proverbios y cantares”, un centenar de poemas que encierran un pensamiento, una paradoja… Las preocupaciones filosóficas han pasado a primer término. Sin embargo, es el inicio de su decadencia poética: su poesía posterior es escasa y no forma un libro. Solo merecen la pena unas canciones a Guiomar, un amor tardío, y unas cuantas poesías de guerra.

Tema o temas deL POEMA en relación con los temas de la obra.
El tema principal del poema es el anhelo del poeta de que la naturaleza efectúe un milagro para que su mujer siga viva, al igual que el olmo reverdecido. Sería uno de los poemas de Campos de Castilla dedicados a Leonor, su esposa. Sabemos que, en 1911, gracias a una beca para ampliar estudios, Machado, con Leonor, marcha a París. Allí su mujer sufre una hemoptisis (un vómito de sangre, consecuencia de una hemorragia de la mucosa pulmonar, síntoma de la tuberculosis). Como consecuencia, regresan a Soria. Un año después, en agosto de 1912, muere Leonor y Machado se va a Baeza. El poema está fechado en 1912, probablemente en primavera, por el reverdecimiento del árbol que se canta en el poema, por lo tanto, en el desarrollo de la enfermedad de su mujer, anhelando el poeta una curación casi imposible, por eso habla de milagro (verso 30).
Como se ha analizado en la estructura interna, la primera parte es una aproximación emocional del poeta a un viejo olmo que, con el despuntar de la primavera, echa algún brote que denota que en él aún hay vida. Esa esperanza, esa fuerza vital de la primavera es la que quiere para él y para su joven esposa enferma: si su mujer logra vencer a la muerte, significará que él también vivirá, pues ella es todo para él, que se identifica con ese árbol viejo a punto de ser desgajado.

3. Comentario del simbolismo en el poema con relación a la obra.
El poema está compuesto en Soria en el año 1912, estando su esposa Leonor enferma grave. Este dato permite dar a los versos finales un sentido muy concreto cargado de emoción. El estado atormentado del poeta, lleno de dolor y falto de esperanza, se puede apreciar en los versos finales, 28, 29 y 30:
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera
.
El poema tiene un claro simbolismo. El olmo viejo representa al propio poeta. Éste se identifica con el árbol viejo, esperando que el milagro de la vida, que se produce en primavera al nacerle un pequeño brote, se produzca también en él: que su mujer, que es parte de él, continúe viviendo. Hay que tener en cuenta que Machado, 18 años mayor que su esposa, -él, en esos momentos tenía 37 años y ella, 19- se siente muy mayor. A lo largo de su vida ha ido viviendo una serie de experiencias que le han conducido hasta ese presente en el que se siente como el viejo olmo. Algunas notas aportadas del estado del olmo tienen un significado connotativo semejante al estado emocional y vital en el que se encuentra el poeta: hendido por el rayo (verso 1); podrido (verso 2); carcomido (verso 8); polvoriento (verso 8); telas grises… (verso 14). El poema, después de los años vividos, se siente vacío y herido, sin futuro si su mujer muere.
Por otra parte, de manera más amplia, se puede comentar que Antonio Machado se identifica con el paisaje castellano, especialmente el paisaje soriano, reflejado en tantos poemas de Campos de Castilla.
Para concluir, se podría mencionar otros símbolos que aparecen en otros poemas de Machado, como es el río para representar el ciclo vital de los seres humanos y la mar para simbolizar la muerte, como se puede comprobar en los versos 22 y 23: antes que el río hasta la mar te empuje // por valles y barrancas, …

3. Análisis del estilo del poema en relación con la obra a la que pertenece.
Aunque se afirma que las notas estilísticas de Antonio Machado se caracterizan por su sencillez y naturalidad, notas estilísticas compartidas por todos los autores de la Generación 98, es preciso también señalar que no desprecia las posibilidades expresivas de los recursos literarios, como se puede demostrar en el siguiente análisis.
Desde un punto de vista métrico, nos encontramos con 30 versos endecasílabos y heptasílabos, que riman a gusto del poeta formando, por tanto, una silva. Los versos no se agrupan en estrofas regulares; del mismo modo, la estructura de la rima varía e, incluso, algún verso es libre, como el 24. La mayor parte de la estructura de la rima es cruzada, pero también la hay continua, como, por ejemplo, la de los versos 13 y 14.
En el poema hay una esticomitia2 perfecta. Por otro lado, se ha de comentar un braquistiquio fundamental en el verso 27: Mi corazón espera // también, hacia la luz y hacia la vida, … Separado del resto de palabras del verso con una pausa interna, adquiere un protagonismo tonal, -próxima a la entonación exclamativa-, con el se pone de relieve la esperanza de que el milagro no solo se produzca en el olmo, sino también en él. 
Desde el punto de vista prosodemático, nos encontramos con un vocativo o apóstrofe en el verso 15: Antes que te derribe, olmo del Duero,... La entonación de los vocativos es exclamativa y la palabra queda marcada tonalmente. No solo la invocación al olmo viejo se realiza por medio de este procedimiento; hay otros que también lo hacen remarcando el nivel tonal: por ejemplo, en el verso uno, hay una pausa interna, creando un grupo fónico muy corto, Al olmo viejo,…, además, un enunciado no oracional exclamativo en los versos 5 y 6:   ¡El olmo centenario en la colina // que lame el Duero! Todos estos procedimientos tonales resaltan la expresión emotiva con la cual el poeta se aproxima a la descripción del árbol.
Desde un punto de vista morfosintáctico, continuando con la descripción del olmo, se realiza ésta con notas objetivas referidas al renacer de la primavera, de la vida, en ese viejo árbol. Muchas de ellas son objetivas y por ello, el poeta utiliza adjetivos especificativos, como en verso 2, en su mitad podrido, en el 5, El olmo centenario; un musgo amarillentoOtros son epítetos; es decir, con una intención ornamental, por una parte, resaltando una de las cualidades inherentes de los sustantivos a los que califican: pardos ruiseñores, en el verso 11; telas grises las arañas,…; por otra, mediante estos adjetivos, Machado ofrece una visión muy personal de esas realidades buscando aquellas notas que se acomodan mejor a su estado de ánimo y a su forma de ver la vida.
En cuanto a los verbos, mencionamos en primer lugar el pretérito perfecto compuesto del verso 4: algunas hojas verdes le han salido. La presencia de esas hojas es reciente, es una acción pasada, pero ligada al presente en el que se encuentra el poeta que contempla al árbol. El resto de las formas pertenecen al presente indicativo. Con el indicativo describe la realidad contemplada, por eso presentan un valor de presente actual cuya acción se corresponde con la visión del olmo por parte del poeta: mancha (Verso 7), quiero anotar (Verso 26) y mi corazón espera (Verso 28). Además, hay una perífrasis de gerundio en el verso 13 que acrecienta el valor del presente actual: va trepando.
En cuanto a la sintaxis, el texto está compuesto por una serie de oraciones simples con sintagmas muy desarrollados. Lo más llamativo es la presencia de varias proposiciones subordinadas adverbiales de tiempo, con una estructura paralelística que imprime ritmo, a partir del verso 15: antes que te derribe… antes que rojo… antes que te descuaje… antes que el río
Una característica morfológica resaltable es la presencia de innumerables estructuras bimembres que confieren al poema un ritmo muy marcado, como podemos observar en el verso 3: con las lluvias de abril y el sol de mayo…, o en el verso 8: al tronco carcomido y polvoriento

Hay varias figuras retóricas de este plano, mencionamos un hipérbaton llamativo en los versos 1 y 4: Al olmo viejo, hendido por el rayo // y en su mitad podrido, //con las lluvias de abril y el sol de mayo//algunas hojas verdes le han salido. El orden es: algunas hojas verdes le han salido al olmo viejo, hendido por el rayo. Al colocar al inicio del enunciado al olmo, se pondera y centra esta palabra clave en el desarrollo del poema.
Los paralelismos son numerosos. Por ejemplo, en los verso 17 y 18: te convierta en melena de campana, // lanza de carro o yugo de carreta. Se repite la misma estructura sintáctica con la que se consigue ritmo. Además, en los mismos versos, hay una enumeración de los objetos en los que se podría transformar la madera del árbol.
Desde un punto de vista léxico- semántico, señalamos la presencia de un léxico sencillo relacionado con la naturaleza y el paisaje: olmo viejo (verso 1), lluvias de abril (verso 3), el sol de mayo (verso 3), hojas verdes (verso 4)…
En cuanto a las figuras literarias, hay una metáfora en el verso 12: Ejército de hormigas en hilera. El término metafórico, ejército de hormigas, corresponde con el término real muchedumbre, masa… Se resalta de las hormigas su disciplina y orden, cualidades propias de los ejércitos. Antes, en los versos 9 y 10, hay un símil: No será, cual los álamos //cantores que guardan el camino y la ribera, // habitado de pardos ruiseñores. No se utiliza el nexo como, sino cual, pronombre relativo. Es una comparación en negativo. El olmo viejo, solitario, desprecia a los olmos cantores de la ribera y el camino. En este mismo verso 9, hay una metonimia: No será, cual los álamos cantores Hay una relación de contigüidad espacial: los árboles no pueden ser cantores, sino los pájaros que los habitan, los ruiseñores. Una metonimia encontramos en el verso 28: Mi corazón espera Espera no solo el corazón, sino todo él. Se utiliza una parte del ser, por todo él. Que sea el corazón el que espera es significativo: es el sentimiento amoroso el que anhela. Anhela que su mujer se recupere. Y, para concluir con el grupo de figuras de este plano, se comentan dos personificaciones. Una en los versos 5 y 6: ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero Se aplica una cualidad de un ser vivo, como lamer, a la corriente de agua del río. Podemos considerar la expresión una imagen: el curso del río en ese paraje es muy lento; parece que acaricia suavemente la colina. Y en el verso 13: …y en sus entrañas urden sus telas grises arañas. A la oquedad del árbol viejo, se la denomina con una palabra aplicada a seres vivos. La identificación del poeta con el árbol se acrecienta con este recurso. Hace referencia a lo más profundo del ser humano. Por otra parte, la presencia de arañas en el interior del árbol se puede identificar con la soledad, abandono del alma del poeta.
Recordamos que en este plano habría que analizar los símbolos: la primavera que explota en mil formas de vida anima al poeta a esperar que su esposa supere la enfermedad.
1 El porvenir castellano, 20 de febrero de 1913. No está en CC1.
2 En una sucesión de versoscoincidencia entre la unidad sintáctica y la unidad métrica.

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Sinopsis

El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso.

El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 


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