El Mañana Efímero.
La España de charanga y
pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de
María,
de espíritu burlón y alma
quieta,
ha de tener su mármol y su
día,
su infalible mañana y su
poeta.
En vano ayer engendrará un
mañana
vacío y ¡por ventura!
pasajero.
Será un joven lechuzo y
tarambana,
un sayón con hechuras de
bolero,
a la moda de Francia
realista,
un poco al uso de París
pagano,
y al estilo de España
especialista
en el vicio al alcance de
la mano.
Esa España inferior que
ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera
y triste;
esa España inferior que
ora y embiste,
cuando se digna usar la
cabeza,
aún tendrá luengo parto
de varones
amantes de sagradas
tradiciones
y de sagradas formas y
maneras;
florecerán las barbas
apostólicas,
y otras calvas en otras
calaveras
brillarán, venerables y
católicas.
El vano ayer engendrará un
mañana
vacío y ¡por ventura!
pasajero,
la sombra de un lechuzo
tarambana,
de un sayón con hechuras
de bolero;
el vacuo ayer dará un
mañana huero.
Como la náusea de un
borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol
corona
de heces turbias las
cumbres de granito;
hay un mañana estomagante
escrito
en la tarde pragmática y
dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de
la maza,
con esa eterna juventud que
se hace
del pasado macizo de la
raza.
Una España implacable y
redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano
vengadora,
España de la rabia y de la
idea.
ESTRUCTURA INTERNA.
La primera parte va del
verso 1 al 6, en la que el poeta expresa su fe de que algún día se
extinguirá la España tradicional e improductiva.
La segunda parte comprende
desde el verso 7 al 34, sin embargo, esta España detestada
continuará durante un tiempo personificada en un joven lechuzo y
tarambana y en varones amantes de las tradiciones.
La tercera parte abarca
desde el verso 35 hasta el final, pero, paralelamente a los
anteriores especímenes, está surgiendo una España joven,
trabajadora, creativa y con raza que rescatará al país de la
desolación del presente.
1. Contextualización
del poema en el movimiento al que pertenece el autor y su obra.
Campos de Castilla
es un poemario de Antonio Machado, poeta sevillano nacido en 1875 y
muerto en Collioure (Francia) cuando salía camino del exilio después
de la derrota de la República en la Guerra Civil Española
(1936-1939). El poeta realizó dos ediciones de este título: una en
1912, poco antes de la muerte de su joven esposa Leonor y otra, en
1917, cuando residía en Baeza (Jaén).
Antonio Machado es un
escritor que vive el cambio de época literaria en las postrimerías
del siglo XIX y comienzos del XX. Es uno de los modernistas que se
oponen a la estética vulgar y decadente de los realistas. Sus
primeros pasos como poeta los da siguiendo la estela iniciada por
Rubén Darío, aunque su poesía expresa unos contenidos personales
de corte existencial, con temas como el paso inexorable del tiempo,
la muerte…, que tan solo aparecerán en el modernismo y en el poeta
nicaragüense en las etapas posteriores, sobre todo en Cantos
de vida y esperanza, en 1905.
Precisamente su obra poética inicial, Soledades.
Galerías. Otros poemas, ve
la luz en 1903, un poco antes de la publicación de esa obra del
poeta nicaragüense, aunque la edición definitiva la realiza Machado
en 1907.
Las preocupaciones
personales pronto se ampliaron a la preocupación por el momento
difícil que pasa España por esos años. Cuando surge esta inquietud
se produce una aproximación al movimiento noventaiochista. Le
generación del 98 está formada por un grupo de escritores a cuya
cabeza podemos situar a Miguel de Unamuno; otros miembros destacados
fueron Azorín. Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, Valle-Inclán y el
mismo Rubén Darío. Con su labor creativa pretenden analizar las
causas por la cuales España ha llegado a la situación de postración
en la que se encuentra en ese momento. Y, también, proponer una
serie de medidas regeneracionistas que acercaran al país a Europa.
En definitiva, intentan ayudar a su modernización. Buscando la
esencia de lo verdaderamente auténtico del carácter del pueblo
español, creen que la esencia de España está en Castilla, en su
paisaje y en sus gentes. En esto coincide Antonio Machado y la obra
que mejor refleja esta inquietud es el poemario de Campos
de Castilla.
Dentro de esta obra, el
poema que se comenta lo podríamos incluir en el grupo de poemas en
los que aparece una actitud
crítica denunciando el
atraso y la pobreza de Castilla, o denuncia los males de la España
presente. En esto coincide Machado con la Generación del 98 y los
regeneracionistas. Esta denuncia tiene dos vertientes: por una parte,
muestra un espíritu satírico contra lo que considera los defectos
fundamentales de España (Del pasado efímero CXXXI, Llanto de la
virtudes y coplas por la muerte de don Guindo, CXXXIII; por otra,
elogia a los que brindan una vía de progreso hacia el porvenir; se
trata de la serie "elogios", dedicados a Giner, Ortega,
Unamuno...) Tampoco faltan los ejemplos de denuncia de abusos o
actitudes caducas. En composiciones andaluzas ahondará esa crítica
social, como en este poema de El mañana efímero. Aunque en algunos
poemas se nos dé una visión pesimista del mundo castellano, y por
ende de España, en estos mismos poemas se percibe una fuerte
aspiración a volver a los valores intrínsecos de la tierra, del
trabajo, a la producción, además de una conciencia de la latente
potencialidad de los habitantes. En estas ocasiones se aproxima a los
ideales de los noventaiochistas.
El último hito en la
evolución poética de Machado es la publicación en 1924 de su
poemario titulado Nuevas
canciones. La colección
recoge apuntes de paisajes y poemas de circunstancias. Lo más
resaltable son “Los nuevos proverbios y cantares”, un centenar de
poemas que encierran un pensamiento, una paradoja… Las
preocupaciones filosóficas han pasado a primer término. Sin
embargo, es el inicio de su decadencia poética: su poesía posterior
es escasa y no forma un libro. Solo merecen la pena unas canciones a
Guiomar, un amor tardío, y unas cuantas poesías de guerra.
Tema o temas del
fragmento en relación con los temas de la obra.
El poeta expresa la
creencia de que hay un grupo de españoles trabajadores y creativos,
con la suficiente energía, gracias a su juventud, que serán capaces
de vencer e imponerse a otros españoles despreocupados y egoístas.
El desvelo de Machado por los problemas de su tiempo es constante en
este poemario. El poeta sevillano participa de la inquietud de la
generación literaria a la que pertenece por empaparse de la
problemática social derivada de la crisis que se desata en torno al
año 1898 con el desastre de la pérdida de las últimas colonias.
Machado indaga en el origen de las causas y las achaca a un grupo de
personas con actitudes conservadoras que no asumieron su
responsabilidad como élite del país. El poeta sabe que no va a ser
fácil eliminar su huella en el destino de país, pero espera que no
impidan la regeneración emprendida por un grupo de personas que, con
sus ganas de trabajar, lucharán por conseguir una nación en la que
se destierre la vagancia y se regenere un carácter nacional fuerte y
luchador, capaz de aupar a España al nivel de los países europeos.
Esta creencia, que es un
acto de fe, ya que Machado es consciente de que aún no ha llegado
ese mañana, es aprovechado para criticar una España caduca,
conservadora, corrupta, fetichista en creencias religiosas, egoísta,
despreocupada… Ellos son los responsables de la situación a la que
han abocado al país. Pero el poeta es realista, es consciente de que
no será fácil erradicarlos y, por ello, seguirán existiendo, pero
no se les puede delegar una responsabilidad en la dirección del
país.
3. Comentario del
simbolismo en el poema con relación a la obra.
Se
comentan alguno de los símbolos utilizados por Machado. Todos ellos
son usados exclusivamente en este poema.
La charanga y pandereta se
asocian a una música elemental y popular. Simbolizan la
informalidad, el carácter festivo, juerguista y desentendido de una
parte de la población española que huye de la realidad y que
egoístamente solo se preocupan de pasárselo bien. Desprecian el
trabajo, las empresas serías, la formación cultural y estética, la
instrucción académica…
Cerrado y sacristía son
lugares eclesiásticos que representan la versión religiosa más
retrógrada. Es una concepción de la religión desprovista de la
exaltación espiritual que acompaña al sentimiento religioso. Más
bien simbolizan lo contrario. Con la expresión cerrado, el poeta se
refiere a la clausura de muchas congregaciones religiosas que viven
de espalda al conjunto de la sociedad; sería una muestra de egoísmo,
pues la religión supone socialización: la bondad se ha de demostrar
a los demás. Por otra parte, la sacristía simboliza lo que no es
Iglesia; es decir, comunión, participación del conjunto de
feligreses. La sacristía es el lugar reservado, el despacho del
sacerdote donde se gestionan, se controlan los intereses
crematísticos e ideológicos de la Iglesia. Esta España católica
se vuelve a recordar en el verso 3, devota
de María.
La España de charanga y
pandereta será vencida por otra España
del cincel y de la Maza
(verso 36). Ests herramientas son las utilizadas en cantaría y
también son instrumentos de los escultores. Representan el trabajo
duro y sacrificado con el que se construye y modela la materia. El
trabajo y la determinación son las cualidades que se deben estimular
en España.
Por otra parte, hay unas
referencias temporales, como son: mañana,
en los versos 67, 25, 29 y 33; ayer,
en los versos 7, 25 y 29; y, además, tenemos referencias a tarde,
en el verso 34 y alborea,
en el verso 40. Con estas referencias temporales el poeta analiza lo
que está a punto de suceder y lo que se está superando. Ayer
simboliza el pasado más inmediato y mañana,
un futuro inmediato. El tiempo que ha de llegar se anuncia con otras
referencias temporales como son tarde,
en el verso 34, y alborea,
en el verso 40.
4. Análisis
del estilo del poema en relación con el estilo de la obra a la que
pertenece.
Desde un punto de vista
métrico, nos encontramos un poema formado por 42 versos. La mayoría
de ellos son endecasílabos, pero hay tres heptasílabos, los versos
3, 35 y 40. La rima es consonante, alternando la distribución
encadenada y la abrazada.
En el poema encontramos
esticomitia, excepto en tres casos en los que hay encabalgamientos
suaves: en el verso 7, … un
mañana // vacío y…; en el
verso 13, …especialista //
en el vicio; en el 30,
…ahíto // de vino malo…
Desde un punto de vista
morfosintáctico, señalamos los siguientes rasgos. En cuanto a los
tiempos verbales distinguimos tres. Una perífrasis de infinitivo
modal de obligación, con la que se presenta la acción con segura en
su realización: …ha de
tener su mármol y su día, …
(Verso 5); unos futuros de obligación que presentan la acción del
mismo modo que la perífrasis; es decir, con un carácter perentorio:
engendrará
(Verso 5 y 25), será
(Verso 9), tendrá
(Verso 19), florecerán (Verso 22), brillarán
(Verso24) y dará
(Verso 29). Por último, se resaltan una serie de presentes de
indicativo, con un valor de tiempo actual, pero a punto de dejar paso
a un futuro anunciado anteriormente: corona
(Verso 31), hay
(Verso 33) y hace
(Verso 35).
En cuanto a la presencia de
adjetivos, hemos de remarcar el elevado número. Señalamos en primer
lugar, los adjetivos calificativos especificativos, con un carácter
objetivo y clasificador: espíritu
burlón (Verso 4), alma
gemela
(Verso 4), joven lechuzo
y tarambana
(Verso 9), Francia realista
(Verso 11), París pagano
(Verso 12)… Sin embargo, la mayor abundancia de adjetivos son los
explicativos, con los cuales el poeta expresa su punto de vista y
señala su actitud subjetiva. La mayor parte están antepuestos al
sustantivo: infalible
mañana (Verso 6), luengo
parto (Verso 19), sagradas
tradiciones (Verso 20),
sagradas
formas (Verso 21), vacuo
ayer (Verso 29), rojo
sol (Verso 32), este último
es un epíteto. Sin embargo, hay otros adjetivos pospuestos que
claramente son también explicativos: mañana
vacío
(Verso 8 y 26), mañana
pasajero
(Verso 8 y 26), mañana huero
(Verso 29), mañana
estomagante
(Verso 33)… Como podemos observar, todos estos adjetivos negativos
se refieren a un mañana, a un futuro, el encarnado por los
tradicionalistas, que no puede aportar nada a la renovación del
país.
Una característica
morfológica resaltable es la presencia de innumerables estructuras
bimembres que confieren al poema un ritmo muy marcado, como podemos
observar en los primeros versos:
La España de charanga
y pandereta,
cerrado
y sacristía,
devota de
Frascuelo y de
María,
de espíritu
burlón y alma
quieta,
ha de tener su
mármol y su
día,
su infalible mañana
y su poeta.
Estas estructuras bimembres
conllevan a su vez paralelismos, como podemos comprobar en el verso
5:
ha de tener su mármol y
su día,
su infalible mañana y
su poeta.
Otro ejemplo de paralelismo
es el que hay en el verso 42: España
de la rabia
y de la idea.
La repetición simplemente
de palabras clave es otro de los recursos estilísticos machadianos.
Un ejemplo lo podemos apreciar en los versos 20 y 21:
amantes de sagradas
tradiciones
y de sagradas
formas y maneras;
Por último, para cerrar
este plano del lenguaje, comentamos la paranomasia de los versos 23:
y otras calvas
en otras calaveras.
Desde un punto de vista
léxico-semántico, remarcamos una nota característica de los
autores de la Generación del 98, la recuperación de palabras
terruñeras, como son las que usa Machado en los versos 16,
zaragatera,
y huero,
en el verso 29. La primera palabra es un adjetivo que deriva del
sustantivo zaragata, que significa alboroto y bullicio. Huero,
referido a los huevos, son los que no desarrollan un embrión y, en
el caso, de las semillas, que no germinan.
La figura más utilizada en
este plano del lenguaje son las numerosas metonimias; las comentamos.
Comenzamos con las del verso 1, La
España de charanga y pandereta,
para resaltar el carácter despreocupado y festivo de parte de los
españoles, el poeta utiliza dos palabras relacionadas con la música
y el jolgorio. Utiliza el instrumento y la agrupación musical
propias de un ambiente distendido para asociar esta nota como
característica de un grupo de compatriotas. Y, formando una
antítesis con esta expresión, hallamos otra metonimia al final,
cuando el poeta en el verso 36 habla de la
España de la maza y el cincel,
instrumentos asociados al trabajo duro, la cualidad que deben poseer
la mayor parte de los españoles para conseguir mejorar la situación
del país cuanto antes.
En el verso 5 se encuentra
otra metonimia, ha de tener su
mármol y su día. Para
expresar que la España tradicional ha de dejar de regir el destino
del país, es decir, que dejará de existir como fuerza dominante, se
utiliza una palabra relacionada con la muerte, con el fin de la
existencia, como es su tumba. Pero no se menciona ésta directamente,
sino que se resalta el material del cual suele estar fabricada la
tumba, de mármol. Hay una relación de contigüidad, la base de la
metonimia. Algo semejante podríamos decir de día,
se suprime el adjetivo necesario, “día
final”; se refiere al fin
de la España caduca.
Otra metonimia amplia hay
en los versos del 10 al 14, cuando describe a unos jóvenes por los
ropajes que llevan:
Será un joven lechuzo y
tarambana,
un sayón con
hechuras de bolero,
a la moda de Francia
realista,
un poco al uso de
París pagano,
y al estilo de España
especialista
en el vicio al
alcance de la mano.
Para concluir, resaltamos
el símil del verso 30, Como
la náusea de un borracho ahíto, // de vino malo…
En ese mañana inmediato, la forma de entender la vida y el país
será como un vómito. Y la metáfora que ya se ha comentado al
hablar del simbolismo que hallamos en el verso 40, una España
que alborea,
cuyo término real es una España que va a despuntar, a nacer.
Un poco de publicidad personal...
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