El labrador bajó la cabeza y, sin
responder palabra, desató a su criado, al cual preguntó don Quijote que cuánto
le debía su amo. Él dijo que nueve meses, a siete reales cada mes. Hizo la cuenta
don Quijote y halló que montaban setenta y tres reales, y díjole al labrador
que al momento los desembolsase, si no quería morir por ello. Respondió el
medroso villano que para el paso en que estaba y juramento que había hecho —y aún no había jurado nada—, que no eran
tantos, porque se le habían de descontar y recebir en cuenta tres pares de zapatos
que le había dado, y un real de dos sangrías que le habían hecho estando
enfermo].
—Bien está todo eso —replicó don
Quijote—, pero quédense los zapatos y las sangrías por los azotes que sin culpa
le habéis dado, que, si él rompió el cuero de los zapatos que vos pagastes, vos
le habéis rompido el de su cuerpo, y si le sacó el barbero sangre estando enfermo,
vos en sanidad se la habéis sacado; ansí que por esta parte no os debe nada.
—El daño está, señor caballero, en que
no tengo aquí dineros: véngase Andrés conmigo a mi casa, que yo se los pagaré
un real sobre otro.
—¿Irme yo con él? —dijo el muchacho—.
Mas ¡mal año!No, señor, ni por pienso, porque en viéndose solo me desuelle como
a un San Bartolomé.
—No hará tal —replicó don Quijote—:
basta que yo se lo mande para que me tenga respeto [33]; y con que él me lo
jure por la ley de caballería que ha recebido, le dejaré ir libre y aseguraré
la paga.
—Mire vuestra merced, señor, lo que dice
—dijo el muchacho—, que este mi amo no es caballero, ni ha recebido orden de
caballería alguna, que es Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar [36].
—Importa poco eso —respondió don
Quijote—, que Haldudos puede haber caballeros; cuanto más, que cada uno es hijo
de sus obras.
—Así es verdad —dijo Andrés—, pero este
mi amo ¿de qué obras es hijo, pues me niega mi soldada y mi sudor y trabajo?
—No niego, hermano Andrés —respondió el
labrador—, y hacedme placer de veniros conmigo, que yo juro por todas las
órdenes que de caballerías hay en el mundo de pagaros, como tengo dicho, un
real sobre otro, y aun sahumados.
ESTRUCTURA
EXTERNA.
Fragmento en prosa del capítulo IV de la
primera parte de El Quijote de Miguel
de Cervantes. El texto es una narración, aunque en él predomina el diálogo:
en estilo indirecto a partir de la línea 3 hasta la 7, porque el narrador
reproduce indirectamente la conversación que mantienen don Quijote y el
labrador; y en estilo directo, el resto del fragmento ya que los parlamentos de
los personajes se reproducen literalmente y son apostillados por el narrador.
Podemos considerar también que hay argumentación en el regateo que hay
entre el labrador Juan Haldudos y don Quijote.
ESTRUCTURA
INTERNA.
Dividimos el texto en dos partes según
los asuntos de los que hablan los personajes, aunque realmente todo el texto
trata de lo mismo:
Primera parte, 1/11: El asunto principal se
centra en la deuda contraída por el labrador con Andrés, su criado:
-Lo primero la liberación
del muchacho y después las cuentas que echa don Quijote de la cantidad que debe
Juan Haldudos a su criado, 73 reales.
-Regateo del labrador de
esa cantidad a la que considera que hay que restar el importe de tres pares de
zapatos comprados para el zagal y de dos sangrías que se le practicaron.
-Réplica de don Quijote contradiciendo al labrador para que éste abone
todo.
Segunda parte, 12/26: se centra en la forma y
momento de pagar la deuda al no tener en ese momento el labrador allí dinero,
por lo que pide a don Quijote que le acompañe el criado a casa para pagarle la
deuda. El criado no quiere porque desconfía de su amo, pero el caballero le
obliga confiando en que se cumpla lo pactado.
TEMA.
Liberación por parte de don Quijote de
un muchacho que estaba siendo azotado por su amo e intercesión de aquél para
que el señor abone las deudas contraídas con su asalariado.
RESUMEN.
Don Quijote acaba de paralizar el
castigo que un labrador estaba infringiendo a un zagal y le ayuda ante su amo
para que éste le pague el sueldo de nueve meses que le debía, con un importe
total de 73 reales. El amo alega que de esa cantidad hay que descontar tres
pares de zapatos y dos sangrías. Sin embargo, el caballero no le da la razón al
creer que lo había castigado injustamente. El labrador acepta abonar la deuda,
pero se excusa diciendo que en ese momento no lleva dinero encima por lo que
propone que el muchacho vuelva con él a casa donde se saldará la deuda. Andrés,
que así se llama el joven, no quiere ir con él porque piensa que no cumplirá su
palabra, pero don Quijote le obliga a irse creyendo que sí lo hará.
CARACTERÍSTICAS
LITERARIAS DE DON QUIJOTE PRESENTES EN ESTE TEXTO.
Don Quijote es un personaje idealista y
optimista, cree en los nobles sentimientos y en la rectitud de las personas, al
mismo tiempo defiende la verdad y la justicia. Sin embargo, a esa actitud se
opone la realidad: en el momento que el caballero se aleje de la escena del
castigo, el labrador continuará pegando al niño.
Además, Cervantes cree en el ser humano
por lo que es y hace, no por su origen: “—Importa
poco eso —respondió don Quijote—, que Haldudos puede haber caballeros; cuanto
más, que cada uno es hijo de sus obras.”
Aunque El Quijote se plantea con una novela cuya génesis es la crítica a
los libros de caballerías, observamos que muy pronto Cervantes defiende alguno
de los nobles valores de los protagonistas y no duda de que esos ideales deben
ser los de cualquier persona, por eso, hasta un cruel labrador, a los ojos de
don Quijote, debe comportarse como caballero.
Aunque no es muy relevante, nos
encontramos un error de cálculo de don Quijote cuando echa las cuentas de lo
que debe el labrador a su criado: en vez de ser 63 reales, el caballero lo
aumenta hasta los 73.
Desde el punto de vista técnico, nos
encontramos distintos niveles narrativos que confieren riqueza a la obra. El
narrador no participa demasiado en el relato, pero aquí interviene con ironía
al juzgar el comportamiento del labrador: “Respondió
el medroso villano que para el paso en que estaba y juramento que había
hecho —y aún no había jurado nada—,
que no eran tantos,…” en la línea 5.
Asimismo, para
lograr dinamismo hay cambio de estilo indirecto a directo para reproducir el
diálogo de los personajes.
PRINCIPALES
FIGURAS LITERARIAS.
FIGURA
|
LÍNEA
|
CITA
|
INTERPRETACIÓN
|
Enumeración,
polisíndeton
y metonimia
|
22
|
…¿de qué
obras es hijo, pues me niega mi soldada y mi sudor y trabajo?
|
La injusticia que comete el labrador
la pondera el criado con la enumeración y el acompañamiento de conjunciones delante de cada palabra de
la serie.
Con la expresión Mi sudor el muchacho se refiere a la falta de reconocimiento por
parte del amo del desempeño de su servicio.
|
Símil e
hipérbole
|
14/15
|
…porque en
viéndose solo me desuelle como a un San Bartolomé.
|
Le vuelva a azotar con más intensidad
aún.
|
Antítesis,
|
8/11
|
—Bien está
todo eso —replicó don Quijote—, pero quédense los zapatos y las sangrías por
los azotes que sin culpa le habéis dado, que, si él rompió el cuero de los
zapatos que vos pagastes, vos le habéis rompido el de su cuerpo, y si le sacó
el barbero sangre estando enfermo, vos en sanidad se la habéis
sacado; ansí que por esta parte no os debe nada.
|
En la argumentación utilizada por don
Quijote para que el labrador pague toda la cantidad, utiliza varias figuras
que son una muestra de su ingenio. Cuando habla de cuero, (dilogía) se refiere a la piel de los zapatos y a la piel
del muchacho; cuando habla de enfermo y
en sanidad, nos encontramos con una antítesis.
|
Dilogía e
Hipérbole
|
26
|
…que yo
juro por todas las órdenes que de caballerías hay en el mundo de pagaros,
como tengo dicho, un real sobre otro, y aun sahumados.
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Sahumado tiene el sentido de aumentados;
es decir, aumentarán los reales que le debe. Pero también tienen el
significado de ahumados, aromatizados… O sea, se los pagará además
sermoneándole.
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Un poco de publicidad personal...
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