ESTATUA. Aquí me tienes, don Juan,
y he aquí
que vienen conmigo
los que
tu eterno castigo
de Dios
reclamando están.
D. JUAN.
¡Jesús!
ESTATUA.
¿Y de qué te alteras,
si nada
hay que a ti te asombre,
y para
hacerte eres hombre
plato con
sus calaveras?
D. JUAN.
¡Ay de mí!
ESTATUA.
Qué, ¿el corazón
te
desmaya?
D. JUAN.
No lo sé;
concibo
que me engañé;
no son
sueños..., ¡ellos son!
(Mirando a los espectros.)
Pavor
jamás conocido
el alma
fiera me asalta,
y aunque
el valor no me falta,
me va
faltando el sentido.
ESTATUA.
Eso es, don Juan,
que se va concluyendo tu existencia,
y el
plazo de tu sentencia
está
cumpliéndose ya.
D. JUAN.
¡Qué dices!
ESTATUA.
Lo que hace poco
que doña
Inés te avisó,
lo que te
he avisado yo,
y lo que
olvidaste loco.
Mas el
festín que me has dado
debo
volverte, y así
llega,
don Juan, que yo aquí
cubierto
te he preparado.
D. JUAN. ¿Y qué es lo que ahí me das?
ESTATUA.
Aquí fuego, allí ceniza.
D. JUAN.
El cabello se me eriza.
ESTATUA.
Te doy lo que tú serás.
D. JUAN.
¡Fuego y ceniza he de ser!
ESTATUA. Cual los que ves en redor
en eso
para el valor,
la
juventud y el poder.
D. JUAN.
Ceniza, bien; ¡pero fuego!
ESTATUA. El de la ira omnipotente,
do
arderás eternamente
por tu
desenfreno ciego.
D. JUAN. ¿Conque hay otra vida más
y otro
mundo que el de aquí?
¿Conque
es verdad, ¡ay de mí!,
lo que no
creí jamás?
¡Fatal
verdad que me hiela
la sangre
en el corazón!
Verdad
que mi perdición
solamente
me revela.
¿Y ese
reló?
ESTATUA.
Es la medida
de tu
tiempo.
D. JUAN.
¡Expira ya!
ESTATUA.
Sí; en cada grano se va
un
instante de tu vida.
D. JUAN. ¿Y esos me quedan no más?
ESTATUA.
Sí.
D. JUAN.
¡Injusto Dios! Tu poder
me haces
ahora conocer,
cuando
tiempo no me das
de
arrepentirme.
ESTATUA.
Don Juan,
un punto
de contrición
da a un
alma la salvación
y ese punto
aún te le dan.
D. JUAN. ¡Imposible! ¡En un momento
borrar
treinta años malditos
de
crímenes y delitos!
ESTATUA.
Aprovéchale con tiento,
(Tocan a muerto.)
porque el
plazo va a expirar,
y las
campanas doblando
por ti
están, y están cavando
la fosa
en que te han de echar.
(Se oye a lo lejos el oficio de difuntos.)
D. JUAN.
¿Conque por mí doblan?
ESTATUA.
Sí.
D. JUAN.
¿Y esos cantos funerales?
ESTATUA. Los salmos penitenciales,
que están
cantando por ti.
(Se ve pasar por la izquierda luz de hachones,
y rezan dentro.)
D. JUAN. ¿Y aquel entierro que pasa?
ESTATUA.
Es el tuyo.
D. JUAN.
¡Muerto yo!
ESTATUA.
El capitán te mató
a la
puerta de tu casa.
D. JUAN.
Tarde la luz de la fe
penetra
en mi corazón,
pues
crímenes mi razón
a su luz
tan sólo ve.
Los ve...
con horrible afán
porque al
ver su multitud
ve a Dios
en la plenitud
de su ira
contra don Juan.
¡Ah! Por
doquiera que fui
la razón
atropellé,
la virtud
escarnecí
y a la
justicia burlé,
y
emponzoñé cuanto vi.
Yo a las
cabañas bajé
y a los
palacios subí,
y los claustros
escalé;
y pues
tal mi vida fue,
no, no
hay perdón para mí.
¡Mas ahí
estáis todavía
(A los fantasmas.)
con
quietud tan pertinaz!
Dejadme
morir en paz
a solas
con mi agonía.
Mas con
esta horrenda calma,
¿qué me
auguráis, sombras fieras?
¿Qué esperan
de mí?
(A la estatua de DON GONZALO.)
ESTATUA.
Que mueras
para
llevarse tu alma.
Y adiós,
don Juan; ya tu vida
toca a su
fin, y pues vano
todo fue,
dame la mano
en señal
de despedida.
D. JUAN. ¿Muéstrasme ahora amistad?
ESTATUA. Sí: que injusto fui contigo,
y Dios me
manda tu amigo
volver a
la eternidad.
D. JUAN.
Toma, pues.
ESTATUA.
Ahora, don Juan,
pues
desperdicias también
el
momento que te dan,
conmigo
al infierno ven.
D. JUAN.
¡Aparta, piedra fingida!
Suelta,
suéltame esa mano,
que aún
queda el último grano
en el
reloj de mi vida.
Suéltala,
que si es verdad
que un
punto de contrición
da a un
alma la salvación
de toda
una eternidad,
yo, Santo
Dios, creo en Ti:
si es mi
maldad inaudita,
tu piedad
es infinita...
¡Señor,
ten piedad de mí!
ESTATUA. Ya
es tarde.
1.
ESTRUCTURA EXTERNA.
El fragmento en verso pertenece al tercer
acto de la segunda parte de Don Juan
Tenorio de José Zorrilla. Estamos prácticamente en los últimos instantes de
la obra. Se trata de un diálogo teatral en el que cada intervención está
precedida del nombre del personaje. Además, encontramos breves acotaciones
descriptivas, como la del verso 16: Mirando
los espectros.
Desde el punto de vista métrico, todos los versos son octosílabos, por tanto,
de arte menor. Se agrupan formando redondillas; es decir, la rima presenta la
siguiente estructura: abba, cddc,…
2. ESTRUCTURA INTERNA.
El extenso diálogo entre la estatua de don
Gonzalo, padre de doña Inés, y don Juan aborda diferentes temas que señalamos a
continuación.
La primera parte la podríamos situar desde
el verso 1 al 29. En estos versos don Juan constata que no es la una
alucinación la presencia real de la estatua y los espectros vivientes que
representan las personas a las que mató.
La segunda parte, de los versos 30 al 45,
se centra en la cena que le ofrece la estatua a don Juan, en correspondencia a
una invitación análoga anterior del galán. Las viandas serán fuego y ceniza.
La tercera parte, del verso 46 al 54, es
la constatación por parte de don Juan de que hay un más allá después de esta
vida.
En la cuarta parte, del verso 55 al 65,
don Juan se percata de la presencia de un reloj de arena que marca el poco
tiempo que le queda de vida.
La quinta parte es la más importante del
fragmento. Comprende los versos desde el 66 al final: en el poco tiempo que le
queda de vida, (ve pasar su propio entierro) el protagonista aún se puede
arrepentir de todo el mal que ha causado, pero es tanto, que duda que Dios se
apiade de él. Viendo la estatua que no es capaz de arrepentirse, se dispone a
arrastrarlo al infierno, pero en el último instante reacciona y se arrepiente.
2.
TEMAS.
El tema fundamental es el arrepentimiento
de don Juan en el último instante de su vida de todos sus pecados.
4.
RESUMEN.
Don Juan se encuentra en un cementerio
junto a una estatua y una serie de espectros, por lo cual cree que sueña. Mas
la estatua le explica que no es así, sino que se está muriendo. Además, la
estatura le invita a una comida compuesta por ceniza y fuego, que son los
elementos en los se convertirá muy pronto don Juan. Lo de la ceniza lo
comprende, pero no lo del fuego. La estatua le explica que el fuego es el
infierno donde arderá eternamente si no se arrepiente, porque el tiempo que le
queda de vida es muy poco. Don Juan duda de que Dios lo perdone. En ese
instante ven pasar un entierro y oyen cánticos fúnebres y doblar las campanas,
que la estatua le dice que son en su honor. Don Juan repasa todo lo malo de su
vida y no cree posible ser digno de la clemencia divina. Mientras tanto los
espectros esperan a que se muera para llevárselo. El instante final se acerca y
la estatua tiende la mano para despedirse de don Juan y llevárselo a los
infiernos. Desesperado el galán reacciona y se arrepiente.
5.
ANÁLISIS Y COMENTARIO DE LAS PRINCIPALES FIGURAS LITERARIAS.
FIGURA
|
Versos
|
CITA
|
EXPLICACIÓN
|
Apóstrofes
|
116
|
¿qué me auguráis, sombras
fieras?
|
Formas apelativas para señalar los receptores a los que se
dirige el discurso.
|
134
|
¡Aparta, piedra fingida!
|
143
|
Yo, Santo Dios, creo en
Ti:
|
|
19 y20
|
…el valor no me falta,
Me va faltando el sentido
|
Se repite una palabra clave en el desarrollo temático con
variación de morfemas, pero sin alterar el lexema.
|
26 y 27
|
…que doña Inés te avisó,
lo que te he avisado yo,…
|
Elipsis
|
89
|
¡Muerto yo!
|
Se suprime el verbo estoy. La supresión de palabras en
estos momentos clave de la obra acrecienta la brevedad de los momentos que le
quedan de vida; por otra parte, la seriedad del asunto.
|
Anáfora
|
46…
|
¿Conque hay…
¿Conque es verdad…
|
Repetición de la misma conjunción
consecutiva con la que se introduce estos dos versos.
|
Epíteto
|
45
|
Tu desenfreno ciego
|
Se resalta una característica propia
del sustantivo: el desenfreno no atiende a razones.
|
Hipérbaton
|
17 y 18
|
Pavor jamás conocido
El alma fiera me asalta
|
“Pavor conocido jamás me asalta el
alma”
|
8 y 9
|
y para hacerte eres hombre
plato con sus calaveras?
|
“Eres hombre para hacerte plato con sus calaveras”
Seguramente buscando la rima.
|
94 y 95
|
…pues crímenes mi razón
a su luz tan sólo ve…
|
“Mi razón tan sólo ve a su luz crímenes”
|
Paralelismo
|
35
|
Aquí
fuego, allí ceniza.
|
Repetición de la misma estructura sintáctica. También elipsis: se suprime el verbo Te espera. La supresión del verbo
produce la sensación de que no queda tiempo y se ahorran hasta palabras.
|
101…
|
¡Ah! Por doquiera que fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí
y a la justicia burlé,
y emponzoñé cuanto vi.
|
|
Polisíndeton
|
106…
|
Yo a las cabañas bajé
y a los palacios subí,
y los claustros escalé;
y pues tal mi vida fue,
|
Con el uso no obligado de la conjunción y delante de cada uno de los miembros
de esta pequeña enumeración, don
Juan pondera todo el mal hecho en su vida, que difícilmente Dios perdonará.
|
Enumeración.
|
40
|
Cual los que ves en redor
en eso para el valor,
la juventud y el poder.
|
Enumeración de lo más estimado en la vida.
|
Metáforas
|
50/51
|
¡Fatal
verdad que me hiela
la
sangre en el corazón!
|
Es una vedad que le paraliza a todo él, por lo cual
también podemos considerar “corazón”
como sinécdoque al referirse no
solo a ese órgano, sino a toda su persona.
|
92
|
Tarde
la luz de la fe
penetra
en mi corazón,…
|
La verdad de que hay otra vida (la fe) se identifica con
la claridad de la luz.
|
137
|
…aún queda el último grano
en el reloj de mi vida
|
Aún le queda un hálito de vida.
|
Personificación
|
11 y 12
|
¿el corazón
te desmaya?
|
Se refiere al corazón como si no formara parte de todo el
cuerpo y fuera el que causara el desmayo.
|
6.
CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA DEL TEATRO ROMÁNTICO PRESENTES EN EL
FRAGMENTO.
El personaje de don Juan es prototípico
del romanticismo: libre, valiente, sin prejuicios, transgresor de las normas
morales y sociales, provocador… Sin embargo, es un héroe cristiano en el que al
final la fe en un Dios eterno se acaba imponiendo. Pero en este proceso no solo
interviene el protagonista. Es su amada doña Inés, que había condicionado su
salvación eterna a la de su amado, la que lo salvará para permanecer
eternamente unidos. Es el amor más allá de la muerte, tema barroco y también romántico.
La ambientación también es del gusto
romántico. La acción se desarrolla en las dos partes por la noche. Aunque es en
la segunda parte donde el gusto por lo tétrico y lúgubre se hace más presente
con la aparición de espectros en un cementerio; también en la primera hay una escenificación querida por los románticos, que exaltaban lo popular: las
escenas de la taberna de Buttarelli las podemos casi considerar un cuadro de
costumbres.
En cuanto a la época en la que se sitúan
los hechos, hemos de señalar que la acción se desarrolla en los últimos años
del reinado de Carlos V, en el siglo XVI. Normalmente los románticos no
ambientaban sus obras dramáticas ni narrativas en su presente, que detestaban;
es una forma de evasión. Hay un momento en la obra en la que se dice que hay
atracado en la ribera del río Guadalquivir, al lado de una quinta propiedad de
don Juan, un bergantín dispuesto para dirigirse a Italia, lugar donde el
protagonista había cometido sus fechorías. El sur de Italia era en esos
momentos una colonia de España.
El estilo es grandilocuente y vehemente
con muchas oraciones exclamativas, propio del romanticismo clásico.
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