Comentario de un fragmento de Don Juan Tenorio de José Zorrilla



ESTATUA. Aquí me tienes, don Juan,
y he aquí que vienen conmigo
los que tu eterno castigo
de Dios reclamando están.
D. JUAN. ¡Jesús!
ESTATUA. ¿Y de qué te alteras,
si nada hay que a ti te asombre,
y para hacerte eres hombre
plato con sus calaveras?
D. JUAN. ¡Ay de mí!
ESTATUA. Qué, ¿el corazón
te desmaya?
D. JUAN. No lo sé;
concibo que me engañé;
no son sueños..., ¡ellos son!
(Mirando a los espectros.)
Pavor jamás conocido
el alma fiera me asalta,
y aunque el valor no me falta,
me va faltando el sentido.
ESTATUA. Eso es, don Juan, 
que se va concluyendo tu existencia,
y el plazo de tu sentencia
está cumpliéndose ya.
D. JUAN. ¡Qué dices!
ESTATUA. Lo que hace poco
que doña Inés te avisó,
lo que te he avisado yo,
y lo que olvidaste loco.
Mas el festín que me has dado
debo volverte, y así
llega, don Juan, que yo aquí
cubierto te he preparado.
D. JUAN. ¿Y qué es lo que ahí me das?
ESTATUA. Aquí fuego, allí ceniza.
D. JUAN. El cabello se me eriza.
ESTATUA. Te doy lo que tú serás.
D. JUAN. ¡Fuego y ceniza he de ser!
ESTATUA. Cual los que ves en redor
en eso para el valor,
la juventud y el poder.
D. JUAN. Ceniza, bien; ¡pero fuego!
ESTATUA. El de la ira omnipotente,
do arderás eternamente
por tu desenfreno ciego.
D. JUAN. ¿Conque hay otra vida más
y otro mundo que el de aquí?
¿Conque es verdad, ¡ay de mí!,
lo que no creí jamás?
¡Fatal verdad que me hiela
la sangre en el corazón!
Verdad que mi perdición
solamente me revela.
¿Y ese reló?
ESTATUA. Es la medida
de tu tiempo.
D. JUAN. ¡Expira ya!
ESTATUA. Sí; en cada grano se va
un instante de tu vida.
D. JUAN. ¿Y esos me quedan no más?
ESTATUA. Sí.
D. JUAN. ¡Injusto Dios! Tu poder
me haces ahora conocer,
cuando tiempo no me das
de arrepentirme.
ESTATUA. Don Juan,
un punto de contrición
da a un alma la salvación
y ese punto aún te le dan.
D. JUAN. ¡Imposible! ¡En un momento
borrar treinta años malditos
de crímenes y delitos!
ESTATUA. Aprovéchale con tiento,
(Tocan a muerto.)
porque el plazo va a expirar,
y las campanas doblando
por ti están, y están cavando
la fosa en que te han de echar.
(Se oye a lo lejos el oficio de difuntos.)
D. JUAN. ¿Conque por mí doblan?
ESTATUA. Sí.
D. JUAN. ¿Y esos cantos funerales?
ESTATUA. Los salmos penitenciales,
que están cantando por ti.
(Se ve pasar por la izquierda luz de hachones, y rezan dentro.)
D. JUAN. ¿Y aquel entierro que pasa?
ESTATUA. Es el tuyo.
D. JUAN. ¡Muerto yo!
ESTATUA. El capitán te mató
a la puerta de tu casa.
D. JUAN. Tarde la luz de la fe
penetra en mi corazón,
pues crímenes mi razón
a su luz tan sólo ve.
Los ve... con horrible afán
porque al ver su multitud
ve a Dios en la plenitud
de su ira contra don Juan.
¡Ah! Por doquiera que fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí
y a la justicia burlé,
y emponzoñé cuanto vi.
Yo a las cabañas bajé
y a los palacios subí,
y los claustros escalé;
y pues tal mi vida fue,
no, no hay perdón para mí.
¡Mas ahí estáis todavía
(A los fantasmas.)
con quietud tan pertinaz!
Dejadme morir en paz
a solas con mi agonía.
Mas con esta horrenda calma,
¿qué me auguráis, sombras fieras?
¿Qué esperan de mí?
(A la estatua de DON GONZALO.)
ESTATUA. Que mueras
para llevarse tu alma.
Y adiós, don Juan; ya tu vida
toca a su fin, y pues vano
todo fue, dame la mano
en señal de despedida.
D. JUAN. ¿Muéstrasme ahora amistad?
ESTATUA. Sí: que injusto fui contigo,
y Dios me manda tu amigo
volver a la eternidad.
D. JUAN. Toma, pues.
ESTATUA. Ahora, don Juan,
pues desperdicias también
el momento que te dan,
conmigo al infierno ven.
D. JUAN. ¡Aparta, piedra fingida!
Suelta, suéltame esa mano,
que aún queda el último grano
en el reloj de mi vida.
Suéltala, que si es verdad
que un punto de contrición
da a un alma la salvación
de toda una eternidad,
yo, Santo Dios, creo en Ti:
si es mi maldad inaudita,
tu piedad es infinita...
¡Señor, ten piedad de mí!
ESTATUA. Ya es tarde.

1.         ESTRUCTURA EXTERNA.
El fragmento en verso pertenece al tercer acto de la segunda parte de Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Estamos prácticamente en los últimos instantes de la obra. Se trata de un diálogo teatral en el que cada intervención está precedida del nombre del personaje. Además, encontramos breves acotaciones descriptivas, como la del verso 16: Mirando los espectros.
Desde el punto de vista métrico, todos los versos son octosílabos, por tanto, de arte menor. Se agrupan formando redondillas; es decir, la rima presenta la siguiente estructura: abba, cddc,…

2.    ESTRUCTURA INTERNA.
El extenso diálogo entre la estatua de don Gonzalo, padre de doña Inés, y don Juan aborda diferentes temas que señalamos a continuación.
La primera parte la podríamos situar desde el verso 1 al 29. En estos versos don Juan constata que no es la una alucinación la presencia real de la estatua y los espectros vivientes que representan las personas a las que mató.
La segunda parte, de los versos 30 al 45, se centra en la cena que le ofrece la estatua a don Juan, en correspondencia a una invitación análoga anterior del galán. Las viandas serán fuego y ceniza.
La tercera parte, del verso 46 al 54, es la constatación por parte de don Juan de que hay un más allá después de esta vida.
En la cuarta parte, del verso 55 al 65, don Juan se percata de la presencia de un reloj de arena que marca el poco tiempo que le queda de vida.
La quinta parte es la más importante del fragmento. Comprende los versos desde el 66 al final: en el poco tiempo que le queda de vida, (ve pasar su propio entierro) el protagonista aún se puede arrepentir de todo el mal que ha causado, pero es tanto, que duda que Dios se apiade de él. Viendo la estatua que no es capaz de arrepentirse, se dispone a arrastrarlo al infierno, pero en el último instante reacciona y se arrepiente.

2.         TEMAS.
El tema fundamental es el arrepentimiento de don Juan en el último instante de su vida de todos sus pecados.

4. RESUMEN.
Don Juan se encuentra en un cementerio junto a una estatua y una serie de espectros, por lo cual cree que sueña. Mas la estatua le explica que no es así, sino que se está muriendo. Además, la estatura le invita a una comida compuesta por ceniza y fuego, que son los elementos en los se convertirá muy pronto don Juan. Lo de la ceniza lo comprende, pero no lo del fuego. La estatua le explica que el fuego es el infierno donde arderá eternamente si no se arrepiente, porque el tiempo que le queda de vida es muy poco. Don Juan duda de que Dios lo perdone. En ese instante ven pasar un entierro y oyen cánticos fúnebres y doblar las campanas, que la estatua le dice que son en su honor. Don Juan repasa todo lo malo de su vida y no cree posible ser digno de la clemencia divina. Mientras tanto los espectros esperan a que se muera para llevárselo. El instante final se acerca y la estatua tiende la mano para despedirse de don Juan y llevárselo a los infiernos. Desesperado el galán reacciona y se arrepiente.

5. ANÁLISIS Y COMENTARIO DE LAS PRINCIPALES FIGURAS LITERARIAS.

FIGURA
Versos
CITA
EXPLICACIÓN
Apóstrofes
116
¿qué me auguráis, sombras fieras?
Formas apelativas para señalar los receptores a los que se dirige el discurso.
134
¡Aparta, piedra fingida!
143
Yo, Santo Dios, creo en Ti:
Polípote[1]
19 y20
…el valor no me falta,
Me va faltando el sentido
Se repite una palabra clave en el desarrollo temático con variación de morfemas, pero sin alterar el lexema.
26 y 27
…que doña Inés te avisó,
lo que te he avisado yo,…
Elipsis
89
¡Muerto yo!
Se suprime el verbo estoy. La supresión de palabras en estos momentos clave de la obra acrecienta la brevedad de los momentos que le quedan de vida; por otra parte, la seriedad del asunto.
Anáfora
46…
¿Conque hay…
¿Conque es verdad…
Repetición de la misma conjunción consecutiva con la que se introduce estos dos versos.
Epíteto
45
Tu desenfreno ciego
Se resalta una característica propia del sustantivo: el desenfreno no atiende a razones.
Hipérbaton
17 y 18
Pavor jamás conocido
El alma fiera me asalta
“Pavor conocido jamás me asalta el alma”
8 y 9
y para hacerte eres hombre
plato con sus calaveras?
“Eres hombre para hacerte plato con sus calaveras” Seguramente buscando la rima.
94 y 95
…pues crímenes mi razón
a su luz tan sólo ve…
“Mi razón tan sólo ve a su luz crímenes”
Paralelismo
35
Aquí fuego, allí ceniza.
Repetición de la misma estructura sintáctica. También elipsis: se suprime el verbo Te espera. La supresión del verbo produce la sensación de que no queda tiempo y se ahorran hasta palabras.
101…
¡Ah! Por doquiera que fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí
y a la justicia burlé,
y emponzoñé cuanto vi.

Polisíndeton
106…
Yo a las cabañas bajé
y a los palacios subí,
y los claustros escalé;
y pues tal mi vida fue,
Con el uso no obligado de la conjunción y delante de cada uno de los miembros de esta pequeña enumeración, don Juan pondera todo el mal hecho en su vida, que difícilmente Dios perdonará.
Enumeración.
40
Cual los que ves en redor
en eso para el valor,
la juventud y el poder.
Enumeración de lo más estimado en la vida.
Metáforas
50/51
¡Fatal verdad que me hiela
la sangre en el corazón!
Es una vedad que le paraliza a todo él, por lo cual también podemos considerar “corazón” como sinécdoque al referirse no solo a ese órgano, sino a toda su persona.
92
Tarde la luz de la fe
penetra en mi corazón,…
La verdad de que hay otra vida (la fe) se identifica con la claridad de la luz.
137
…aún queda el último grano
en el reloj de mi vida
Aún le queda un hálito de vida.
Personificación
11 y 12
¿el corazón
te desmaya?
Se refiere al corazón como si no formara parte de todo el cuerpo y fuera el que causara el desmayo.


6. CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA DEL TEATRO ROMÁNTICO PRESENTES EN EL FRAGMENTO.
El personaje de don Juan es prototípico del romanticismo: libre, valiente, sin prejuicios, transgresor de las normas morales y sociales, provocador… Sin embargo, es un héroe cristiano en el que al final la fe en un Dios eterno se acaba imponiendo. Pero en este proceso no solo interviene el protagonista. Es su amada doña Inés, que había condicionado su salvación eterna a la de su amado, la que lo salvará para permanecer eternamente unidos. Es el amor más allá de la muerte, tema barroco y también romántico.
La ambientación también es del gusto romántico. La acción se desarrolla en las dos partes por la noche. Aunque es en la segunda parte donde el gusto por lo tétrico y lúgubre se hace más presente con la aparición de espectros en un cementerio; también en la primera hay una escenificación querida por los románticos, que exaltaban lo popular: las escenas de la taberna de Buttarelli las podemos casi considerar un cuadro de costumbres.
En cuanto a la época en la que se sitúan los hechos, hemos de señalar que la acción se desarrolla en los últimos años del reinado de Carlos V, en el siglo XVI. Normalmente los románticos no ambientaban sus obras dramáticas ni narrativas en su presente, que detestaban; es una forma de evasión. Hay un momento en la obra en la que se dice que hay atracado en la ribera del río Guadalquivir, al lado de una quinta propiedad de don Juan, un bergantín dispuesto para dirigirse a Italia, lugar donde el protagonista había cometido sus fechorías. El sur de Italia era en esos momentos una colonia de España.
El estilo es grandilocuente y vehemente con muchas oraciones exclamativas, propio del romanticismo clásico.



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Sinopsis

El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso.

El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 




[1]La polípote o políptoton es una figura literaria que consiste en utilizar varias formas de la misma palabra cambiando sus morfemas flexivos. Se trata de una de las figuras de repetición.

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