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Mostrando entradas de diciembre, 2017

Comentario de texto de un fragmento del acto II de La conjuración de Venecia / Francisco Martínez de la Rosa

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RUGIERO.-  Cálmate, amor mío... ¿por qué te afliges hasta ese punto?... LAURA.-  Mi madre..., mi pobre madre... ¡qué diría la infeliz, si viviese! RUGIERO.-  Tendría lástima de nosotros y nos perdonaría... Tú por lo menos tienes el consuelo de haberla conocido, de haber pasado tu niñez a su sombra; tú recuerdas su rostro, su acento, sus caricias... a la hora de su muerte, te dejó en los brazos de un padre... ¡pero yo, yo, infeliz de mí, desde que abrí los ojos, no he tenido en el mundo a quien volverlos! LAURA.-  ¡Cómo queman tus lágrimas, Rugiero! Deja, déjame; yo las enjugaré con mi mano... RUGIERO.-  Solo, huérfano, sin amparo ni abrigo... sin saber a quiénes debo el ser, ni siquiera la tierra en que nací... ¿Por qué me amas, Laura, por qué me amas?... ¡Basta que seas mía, para que seas desgraciada! LAURA.-  Más quiero contigo todas las desdichas juntas que lejos de ti todos los bienes de la tierra... Mira, Rugiero, con toda mi alma te lo digo...

Comentario de texto de un fragmento del acto II de La casa de Bernarda Alba / Federico García Lorca.

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La casa de Bernarda Alba / Federico García Lorca . (Se oyen unos campanillos lejanos, como a través de varios muros.) Magdalena: Son los hombres que vuelven al trabajo. La Poncia: Hace un minuto dieron las tres. Martirio: ¡Con este sol! Adela: (Sentándose) ¡Ay, quién pudiera salir también a los campos! Magdalena: (Sentándose) ¡Cada clase tiene que hacer lo suyo! Martirio: (Sentándose) ¡Así es! Amelia: (Sentándose) ¡Ay! La Poncia: No hay alegría como la de los campos en esta época. Ayer de mañana llegaron los segadores. Cuarenta o cincuenta buenos mozos. Magdalena: ¿De dónde son este año? La Poncia: De muy lejos. Vinieron de los montes. ¡Alegres! ¡Como árboles quemados! ¡Dando voces y arrojando piedras! Anoche llegó al pueblo una mujer vestida de lentejuelas y que bailaba con un acordeón, y quince de ellos la contrataron para llevársela al olivar. Yo los vi de lejos. El que la contrataba era un muchacho de ojos verdes, apretado como una gavilla de trigo. ...