e
insomnio lentas pasar,
a
la orilla de mi lecho,
¿quién
se sentará?
Cuando
la trémula mano
tienda
próximo a expirar
buscando
una mano amiga,
¿quién
la estrechará?
Cuando
la muerte vidrie[1]
de
mis ojos el cristal,
mis
párpados aún abiertos,
¿quién
los cerrará?
Cuando
la campana suene
(si
suena en mi funeral),
una
oración al oírla,
¿quién
murmurará?
Cuando
mis pálidos restos
oprima
la tierra ya,
sobre
la olvidada fosa.
¿quién
vendrá a llorar?
¿Quién
en fin al otro día,
cuando
el sol vuelva a brillar,
de
que pasé por el mundo,
¿quién
se acordará?
Estructura externa.
Se trata de un poema
formado por seis coplas; por tanto los versos se agrupan de cuatro en cuatro.
Miden ocho sílabas, octosílabos de arte menor, excepto el último verso de cada
estrofa que es un hexasílabo. La rima es asonante en los pares quedando libres
los impares. El ritmo es trocaico al caer el acento estrófico en sílaba impar.
Encontramos un
encabalgamiento suave en los versos 9 y 19: “Cuando la muerte vidrie de mis
ojos el cristal”.
Estructura
interna.
Podemos dividir el poema
en tres partes que corresponden a momentos diferentes relacionados con la
muerte del poeta.
1ª parte, 1/8. El poeta
se atormenta pensando quién estará con él en la agonía.
2ª parte, 9/16. Esa misma
angustia se expresa al aventurar quién le cerrará los ojos y quién rezará por
él.
3ª parte, 17/24 Se
pregunta quién visitará su tumba y quién se acordará de él una vez ya
fallecido.
Tema.
Angustia que siente el
poeta al pensar si cuando muera estará solo y si alguien se acordará de él.
La rima pertenece al
grupo de rimas que plantea temas existenciales: la muerte, la soledad…
Resumen.
El poeta reflexiona sobre
su muerte, centrándose en si estará solo o habrá alguien a su lado. Así se
pregunta si en la agonía alguien le
consolará y le prestará cariño. Cuando ya haya fallecido si alguien se
encargará de su cuerpo, si habrá personas que, en definitiva, oren por él
cuando doblen las campanas, visiten su tumba o simplemente se acuerden de que
existió.
Figura
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Verso
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Cita
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Explicación
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Repetición
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Última
estrofa
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¿Quién… quién?
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Reduplicación del
sujeto de la oración: ¿quién? Con
la cual, para cerrar el poema, se expresa la angustia que siente al
considerar la posibilidad de encontrarse solo en el momento de la muerte.
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Hipérbaton y
personificación
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9
y 10
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Cuando la muerte
vidrie
de mis ojos el
cristal,
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Se antepone el
adyacente nominal al sustantivo.
Por otra parte,
encontramos también personificación al atribuir a la muerte la acción de
vidriar.
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Anáforas
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5,
9, 13, 17
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Cuando la trémula…
Cuando la campana…
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Se repite la misma
palabra al comienzo de varias estrofas. Se consigue ritmo.
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Paralelismo
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9
y 13
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Cuando la muerte vidrie…
Cuando la campana suene…
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Además de anáfora,
encontramos paralelismo porque se repite la misma estructura sintáctica. Se
consigue ritmo.
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4,
8, 12…
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¿quién se sentará?
¿quién la estrechará?
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La pregunta con la que
se cierra cada una de las estrofas prácticamente tienen una estructura
sintáctica muy parecida.
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Epíetos
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17
19
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Pálidos restos
Olvidada fosa
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Se resaltan
características inherentes a los sustantivos que acrecientan la sensación de
dolor y desamparo que sufre el poeta.
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Personificación
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17
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Cuando la tierra oprima mis…
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Se ha elegido un verbo
que expresa una acción voluntaria en lugar de, por ejemplo, aplastar.
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Preguntas retóricas
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4,8,12…
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¿quién se sentará?
¿quién la estrechará?
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Son preguntas que no
pueden ser contestadas por la incertidumbre que repara el futuro.
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Epifonema
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24
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¿quién se acordará?
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Pregunta, lo más
frecuente es que sea una exclamación, con la que se cierra el texto y que
resume en un solo enunciado la idea fundamental del texto. Aquí se expresa la
angustia de saber si alguien estará a su lado en esos momentos o si de él se
acordará alguien.
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No hay figuras literarias
de tipo semántico. El lenguaje es sencillo, directo, sincero en esos momentos
de angustia.
[1]
Vidriar: dar a las piezas de barro o loza un barniz que fundido al horno toma
la transparencia y lustre del vidrio.