Comentario de texto del romance Abenámar y el rey don Juan

«Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había.
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace,
no debe decir mentira.»
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que decía:
«Yo te la diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía:
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto pregunta, rey,
que la verdad te diría.
«Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!»
«El Alhambra era, señor,
y la otra la mezquita;
los otros los Alijares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.»
Allí habló el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
«Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.»
«Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.»
Hablara allí el rey don Juan,
Estas palabras decía:
-Échenme aquí mis lombardas
Doña Sancha y doña Elvira;
Tiraremos a lo alto,
Lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
Que grande temor ponía.


1. Estructura.
1.1. Externa.
Composición formada por 46 versos octosílabos con rima asonante los pares y quedan libres los impares.
En el texto predomina el diálogo y, dentro de él, hay partes descriptivas, -por ejemplo, a partir del verso 25- y narrativas, -por ejemplo, los versos 9 y 10, Allí respondiera el moro, //bien oiréis lo que decía…
1.2. Interna.
Podemos señalar las siguientes partes teniendo en cuenta su contenido.
1/20: Interpelación del rey a Abenámar para que le diga la verdad.
21/36: El rey pregunta por unas fortificaciones de Granada y el moro va describiéndolas.
37/42: Diálogo entre el rey y Granada, como si la ciudad fuera una mujer, en el que el rey la pide en matrimonio.
43/52: Negativa de la ciudad a la proposición real, ante lo cual don Juan se prepara para conquistarla con las armas.
53/54. Descripción de la batalla.

2. Tema.
Admiración del rey don Juan por la ciudad de Granada, a la que ataca para conquistar después de que ésta no se rindiera.

3. Resumen.
El rey don Juan pide al moro Abenámar que le diga la verdad al preguntarle por unas fortificaciones que contemplan. Abenámar le contesta que son la Alhambra, la Mezquita y los Alijares. De estos últimos pondera el mérito artístico. Continúa nombrando otras construcciones, como Torres Bermejas, el Generalife. Al ver tanta belleza, alegóricamente el rey pide a la ciudad que se despose con él, pero ésta le contesta que no puede al estar comprometida con el rey moro. Viendo que la ciudad no se va a rendir, don Juan entabla batalla para conquistarla.

4. Análisis de la forma.
4.1. Plano fonético, fonológico y prosodemático.
La entonación predominante es la enunciativa y la exclamativa, aunque es más abundante la primera. El tono elevado, exclamativo, con el que comienza el romance, parece marcarlo a todo él. Esta entonación resalta la admiración que el rey siente por Granada. Otros elementos determinantes en este tono exclamativo son los numerosos vocativos, apóstrofes, con una línea tonal exclamativa, como es la duplicación del vocativo con el que comienza el romance. Por otra parte, la determinación de conquistar la ciudad se manifiesta con una orden tajante con una entonación exhortativa: -Échenme aquí mis lombardas…, en el verso 49.

4.2. Plano morfosintáctico.
No encontramos adjetivos significativos. Esta circunstancia confiere dinamismo a la descripción. Además, nos encontramos con una expresión esencial, carente de ornamentos. Sin embargo, el romance no renuncia a otros elementos descriptivos como aposiciones descriptivas, verso 2, «Abenámar, Abenámar, // moro de la morería; también, en los versos 33 y 34, El otro es Generalife, //huerta que par no tenía; además, en los versos 35 y 35, el otro Torres Bermejas, // castillo de gran valía…; también, bastantes proposiciones subordinadas de adjetivo, como en el verso 3, el día que tú naciste, …; en el verso 7, moro que en tal signo nace...

Los verbos, en cambio, son abundantes. Los tiempos que predominan son el pretérito imperfecto en las partes descriptivas: 1/6, «Abenámar, Abenámar, //moro de la morería, // el día que tú naciste // grandes señales había. // Estaba la mar en calma, // la luna estaba crecida;
Además, a partir del verso 25:
«El Alhambra era, señor,
y la otra la mezquita;
los otros los Alijares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.»
En el diálogo nos encontramos con tiempos verbales que hacen referencia a distintas realidades o procesos que tienen como punto de partida el presente: agradezco (verso 21), son (verso 23) …; el condicional simple o imperfecto para expresar una hipótesis, casaría (verso 40):..; o se proyectan al futuro: oiréis, (verso 10), tiraremos, (verso 51); o se refieren a hechos pasados: naciste (verso 3).
Característico de los romances es la alternancia verbal para referirse a una misma idea o hecho: ¡altos son y relucían! (verso 24); en los versos 29/33:
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.

Las oraciones son cortas y las simples son las más numerosas. Dentro de las compuestas, son predominan las coordinadas. Esta sintaxis imprime dinamismo, como podemos comprobar en los versos antes mencionados:
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.

Estas son algunas de las figuras que podemos comentar de este plano:
-Repeticiones: Abenámar, Abenámar , en el verso 1; en los versos 43 y 44, Casada soy ... casada soy.
-Derivaciones o polípote: moro de la morería (verso 2)-también sería un pleonasmo; labraba, labra, labrados, labra (versos 28/31).
-Anáforas: El otro... (verso 33), el otro... (verso 35).
-Concatenación: ...al día, // y el día (versos 30 y 31).
Todas estas figuras basadas en la repetición son propias de las composiciones populares. Estas repeticiones permiten memorizar mejor los versos e imprimen un ritmo muy marcado a la composición.
Otras figuras literarias basadas en aspectos morfosintácticos que encontramos en el texto son:
-Elipsis: 26 y 27, se eliden los verbos copulativos es y son. Con ello se logra rapidez, concisión y sobriedad:
«El Alhambra era, señor,
y la otra [es] la mezquita;
los otros [son] los Alijares,
-Hipérbaton: Altos son y... 24. Se resalta la cualidad sobre el propio nombre, incidiendo en esa característica de los castillos.

4.3. Plano léxico-semántico.
En cuanto al léxico se puede señalar un arcaísmo propio del gusto arcaizante de los romances: aquesta tu cortesía, verso 22.
En cuanto a los sustantivos, predominan los concretos sobre los abstractos, característica también propia de las composiciones populares.
Desde el punto de vista semántico, no hay un campo semántico que se expanda por todo el texto. Podríamos establecer cuatro subgrupos de palabras que se refieren a conceptos desarrollados en el romance: campo semántico de palabras referidas a la naturaleza -día, mar, luna llena, vida...; campo semántico de términos referidos a la construcción - castillos, mezquitas, torres, huerta...; otro referido al matrimonio -arras, dote, viuda, casada...; y otro que hace mención a la guerra: lombardas, tiraremos a lo alto, combates, temor...
Comentamos de este plano las siguientes figuras literarias:
-Enumeración encontramos en la descripción que se efectúa de las construcciones granadinas, versos 25/28 y 33/36.
-Mediante la hipérbole cien doblas[1], verso 30, se pondera la estima y la valía del artífice de los Alixares.
-En el diálogo que mantienen el rey y Granada nos encontramos con una transposición metafórica del plano de la guerra al plano del amor: el término real, la ciudad, corresponde al término metafórico- mujer amada; el rey es el amante que desea a la mujer casada; es decir, a la ciudad de Granada.

5. Análisis del contenido.
Nos encontramos con un romance fronterizo, derivado de los históricos, cuya aparición se produce en el siglo XV. Por tanto, el texto pertenece al Romancero Viejo (con romances hasta el siglo XVI) que recoge poemas anónimos. Se recrea en este caso el intento de conquista de la ciudad de Granada por parte del rey don Juan, aunque una lectura más profunda nos descubre una intención comunicativa de índole lírica: la belleza de Granada, la admiración que el rey siente hacia ella, llegando a ofrecer otras dos ciudades por poseerla. Así se puede comprobar cómo estas composiciones emparentan con la épica y la lírica tradicional.
La respuesta de Granada al rey no es una negativa tajante. Es una respuesta un tanto ambigua. Le dice que no porque está casada, está comprometida. No hay desprecio. Tal respuesta parece avivar la pasión amorosa del rey que le anima a conquistarla.
La exhortación inicial del rey a Abenámar para que le diga la verdad, obedece a la creencia extendida de lo mentirosos que eran los árabes.
Algunas características propias de los romances que observamos son las siguientes: fórmulas introductorias de los parlamentos que proceden de los cantares de gesta, como en los versos 9 y 10, Allí respondiera el moro, // bien oiréis lo que decía; en su estructura se puede observar el comienzo in media res y el final trunco: no se da antecedentes ni de los personajes ni de las acciones posteriores; la presencia de diálogos para imprimir más dinamismo y expresividad al texto; además, el narrador se dirige a los oyentes, reminiscencia del recitado juglaresco, como podemos comprobar en los versos 37 y 38, Allí habló el rey don Juan, // bien oiréis lo que decía.
.
6. Conclusiones.
Nos encontramos con un romance de los llamados fronterizos, aunque por su temática lo podríamos relacionar también con los de carácter lírico. Hay dos características que enlazan con esas composiciones: la fuerte emotividad -entonación exclamativa- y la repetición en múltiples formas. La rapidez es otra nota de estos versos, no solo por su dinamismo expresivo, sino por el propio desarrollo temático de la acción: pasan muchas cosas en pocos versos.

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El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 


[1] Dobla, moneda de oro del siglo XV acuñada en el reino de Castilla.

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