Comentario de texto de El corazón delator / Edgar Allan Poe



Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando:
-¿Quién está ahí?
Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo  músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.
Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena... ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la chimenea... o un grillo que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que lo movía a sentir -aunque no podía verla ni oírla-, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación.

CONTEXTUALIZACIÓN DEL FRAGMENTO. (2  puntos). (El alumno deberá situar el fragmento en el conjunto de la obra a la que pertenece, comentar su importancia en la misma y mencionar aquellos hechos inmediatamente anteriores o posteriores que sean relevantes).
El fragmento pertenece al nudo del cuento. Después de decidirse a acabar con el anciano compañero, el protagonista le ha estado espiando mientras dormía durante siete noches sin que se despertara. Tan solo entreabría la puerta de su dormitorio y alumbraba con un rayo de luz sus ojos, que siempre estaban cerrados al estar durmiendo. Por la mañana, el protagonista saludaba al viejo con toda amabilidad como si no pasara nada. El fragmento pertenece a la octava noche, cuando el anciano se despierta con la leve risa del intruso al regodearse con la inocencia de su víctima. A partir de ese momento, se siente dueño de la situación y aguanta imperturbable durante una hora sin moverse, sabiendo que el viejo permanece sentado en la cama y que cada vez su pánico va a ir a más. Esta tensión explota cuando el terror es insoportable y el anciano presiente la muerte, y también cuando el propio atacante comienza a oír el corazón de su víctima y siente miedo de que hasta los propios vecinos oigan los latidos. En ese momento se comete el asesinato. Después el criminal, con la minuciosidad de una persona prevenida y fría, descuartiza el cuerpo de la víctima y elimina cualquier detalle que le pueda implicar en el asesinato.
La importancia del relato radica en que se pone en evidencia el sadismo del personaje principal. Por una parte, decide matarlo porque no soporta la mirada inquisidora del anciano, mas lo lleva a cabo regodeándose y disfrutando. El terror que ha logrado infundir en el anciano es conocido personalmente pues lo ha sentido a la misma hora de la noche, a las doce, muchas veces. Y aun así, en vez de compadecerse de él, desfruta viéndolo sufrir. Por eso hablamos de sadismo, una de las notas que definen el trastorno de personalidad del protagonista del cuento.
Situación de la obra a la que el fragmento en su contexto histórico-literario. (2 puntos). (El alumno deberá situar la obra y a su autor en el contexto histórico y en el movimiento literario al que pertenece. En lo que respecta al autor, se mencionará lo más significativo de su producción literaria y, en cuanto al movimiento, se precisarán las características más relevantes del mismo).
Edgar Allan Poe pertenece al Romanticismo norteamericano, movimiento literario paralelo y coetáneo al europeo. Casi podemos afirmar que la literatura en EEUU comienza con estos escritores, ya que hasta principio del siglo XIX, el país se encuentra en una serie de conflictos  que no nos permiten hablar de una literatura nacional.
El movimiento romántico había surgido a finales del siglo XVIII, casi coincidiendo con la Revolución francesa. El Romanticismo se desarrolló en Alemania, con el movimiento “Sturm und Drang”, y en Inglaterra con la publicación de “Lyrical Ballads”. Los románticos reaccionan contra el encorsetamiento normativo de la literatura neoclásica en el siglo XVIII, rechazando normas en la composición creativa. Defienden la libertad del escritor para elegir los medios oportunos para desarrollar su obra. Esta libertad va acompañada de un claro subjetivismo dando prioridad a los sentimientos sobre la parte racional que hay en el ser humano. Este subjetivismo, desde el punto de vista narrativo, trae consigo una literatura en la que se da más importancia a la construcción del personaje, que al propio desarrollo de la acción. Esta profundidad psicológica será aún mayor en el Realismo. Este enfoque del relato se puede ver en muchos de los cuentos leídos de Poe, sobre todo en los de terror.
Por otra parte, los románticos se sienten desubicados en el momento que les toca vivir, por eso muchos de ellos presentan actitudes evasivas de su presente y buscan en otros tiempos, Edad Media, o lugares, el Oriente, formas de vida diferentes a su época.
En cuanto al panorama literario de la época, hemos de resaltar en primer lugar los primeros escritores estadounidenses con una calidad literaria suficiente. El primero sería Washington Irving, con Cuentos de la Alhambra (1832) que recrea leyendas relacionadas con el reino nazarí de Granada, muy del gusto de los románticos. Otro autor importante es James Fenimore Cooper, con una novela como El último mohicano (1826) que refleja el enfrentamiento entre colonos y las tribus indias en el periodo de expansión territorial.
Si nos centramos en el movimiento romántico, hemos de distinguir ente los transcendentalistas y los románticos oscuros. Estos confían muy poco en la perfección como una cualidad innata del ser humano, idea clave de los trascendentalistas. Como consecuencia, sus personajes son propensos al pecado y a la auto-destrucción, ya que no poseen inherentemente ni la gracia divina ni la sabiduría. De la corriente oscura, señalamos otros tres autores además de a Poe.
Nathaniel Hawthorne (1804-1864). Sus novelas se caracterizan por la atmósfera oscura y la sensación de opresión que transmiten los entornos que recrea en ellas, como en La letra escarlata[1], (1850).
Herman Melville (1819-1891), muy amigo de Hawthorne, también trabajará en esta línea. Melville, que durante mucho tiempo se dedicó al oficio de ballenero, escribe sus primeras obras apoyándose en sus propias experiencias en la mar. Así surgen novelas como su obra más conocida: "Moby Dick"(1851). La gran ballena blanca simboliza de manera alegórica  el mal que provoca en el capitán Ahab, el protagonista del relato, el deseo de una venganza absurda y obstinada que le llevará a la muerte a él y a la mayoría de sus tripulantes.
Emily Dickinson (1830-1886) A medio camino entre las ideas trascendentalistas y el Romanticismo más oscuro, en sus poemas da rienda suelta a sus temores existenciales y son frecuentes las alusiones a la muerte.
En cuanto a Edagar Allan Poe, (1808-1848) hemos de resaltar que su personalidad y su vida influyeron claramente en su producción literaria, tanto en prosa como en verso. Huérfano desde muy pequeño, carente de afecto la mayor parte de su existencia, por un lado; enfrentamientos con su padrastro, con sus superiores en los trabajos, por otro, hicieron que se forjara en él una personalidad inestable y que llevara una vida que en pocos momentos de ella se puede decir que fueran de normalidad, pasando la mayor parte de las veces necesidades primarias. Estas circunstancias vitales, junto a seguramente algún trastorno psicológico y a su contacto en ocasiones con el alcohol y el opio, más las desgracias que hubo de soportar, como la pronta muerte de su esposa, determinaron que muriera a una edad muy temprana, con tan solo cuarenta años.
Desarrolló una vida literaria completa. Pasó por muchos periódicos, donde publicó algunos de sus relatos y sus poesías; como periodista dio prestigio a los medios donde trabajó y en muchos casos el número de ejemplares vendidos se multiplicó gracias a su buen hacer y a su reconocido prestigio. Sin embargo, su permanencia en cada uno de ellos fue muy breve, casi siempre por desavenencias con los directores.
Comenzó a escribir poesía. Como poeta, faceta en la que se sentía más a gusto y la que a la postre le dio fama en su época, ha dejado especialmente dos poemas muy conocidos: “El cuervo” y “Annabel Lee”, seguramente inspirado en la temprana muerte de su esposa.
Pero, como se ha afirmado antes, para intentar ganar algo de dinero, comenzó a escribir relatos para publicarlos en los periódicos. La mayoría de su extensa colección de relatos fue apareciendo en los periódicos donde trabajó. En cuanto a la temática, nos encontramos cuentos de terror "El entierro prematuro", "Conversación con una momia", "La caída de la casa Usher", aparte de los leídos en clase como “El gato negro” y “El corazón delator”. También escribió cuentos detectivescos.  Fueron los más leídos. Su mayor éxito literario en prosa le llegó con uno de estos relatos: "El escarabajo de oro". "Los crímenes de la calle Morgue", es otro de los relatos más importantes. Fue publicado en 1841 y es todavía considerado el primer cuento de detectives moderno. Auguste Dupin, el protagonista, será un personaje que inspirará a Arthur Conan Doyle para crear su detective Sherlock Holmes. Podemos señalar también los cuentos de ciencia-ficción. Poe fue precursor del género recogiendo en algunos de sus cuentos recientes avances científicos y tecnológicos, como el globo aerostático en su cuento "El camelo del globo" y elementos pseudocientíficos.
Dejando de lado su producción ensayística, acabaremos hablando de su única novela: La narración de Arthur Gordon Pym (1838). Se trata de un relato de aventuras.

Análisis del contenido y forma del texto (tema o temas; estructura, tipología textual, género y rasgos estilísticos). (4 puntos). (En cuanto al contenido, el alumno deberá identificar y comentar brevemente el tema y, en su caso, los temas secundarios del fragmento propuesto. Así mismo deberá relacionar el tema del fragmento con la temática general de la obra a la que pertenece. En lo que respecta a la forma, el alumno identificará y comentará la estructura, tipología textual, el género y los rasgos estilísticos más relevantes del fragmento propuesto (técnica narrativa, caracterización de los personajes y recursos expresivos).
Temas.
La tortura sádica que sufre un anciano antes de morir cuando un acosador entra en su habitación con la intención de asesinarlo.
Otros temas que se ponen en evidencia en el relato es la falta de empatía y de amoralidad de un protagonista trastornado. Por eso, podemos señalar, además, la descripción o la creación de un personaje cruel a consecuencia de su percepción alterada de la realidad e hipersensible a los estímulos auditivos.
Otro propósito claro del autor es la de crear una atmosfera opresiva e insufrible, tanto para la víctima como para el asesino.
Todos estos temas o propósitos están presentes en el relato y en casi todos los cuentos de terror y misterio de Edgar Allan Poe.

Estructura.
El texto presenta una unidad temática ya que se describen los momentos previos a la muerte del anciano; sin embargo, podríamos establecer dos partes.
La primera de la línea 1 a la 7, que comprende la hora de tortura psicológica que sufre el anciano, desde que ya despierto al oír al intruso reírse –hecho que no aparece en el fragmento- se incorpora ya seguro de que hay alguien más en la habitación cuando oye correr el pestillo  de la linterna del acosador, que, por su parte, durante ese tiempo permanece sin moverse.
La segunda parte, desde la línea 8 hasta el final, en la que se describe la angustia y el terror del anciano cuando comprende que va a morir inmediatamente. Al ver el asesino a la víctima en esta situación, por una parte siente lástima porque ese miedo lo ha sufrido él muchas veces, pero en el fondo se ríe del indefenso anciano.

Tipología textual.
El tipo de discurso predominante, como no podía ser de otro modo tratándose de un cuento, es el narrativo. El narrador cuenta una serie de hechos y recrea en el lector un ambiente y le transmite a través de la atmósfera que logra crear unas sensaciones inquietantes: “…cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho,…” (línea 2)
Además, utiliza otras formas del discurso que aparecen conjuntamente en el relato literario, como la descripción: “Permanecí inmóvil, sin decir palabra” (línea 4) o como el diálogo en estilo directo: “…gritando: -¿Quién está ahí?...”

Género.
El fragmento pertenece al género narrativo; en concreto se trata de un cuento literario. El formato, por su brevedad, exige concentración narrativa; es decir, el autor ha de elegir algún aspecto o motivo para desarrollarlo especialmente, dejando aparte la complejidad argumentativa y la descripción exhaustiva de personajes, espacios… Ya se ha puesto de relieve cómo Poe se centra fundamentalmente en  crear un ambiente opresivo que atormenta y horroriza a los personajes, pero también al lector.En cambio, soslaya o deja en libertad a los lectores para completar los datos que faltan. Por ejemplo, en el relato, no se nos dice qué relación mantienen los personajes, por qué viven juntos… Incluso, no sabemos nada del protagonista: ni la edad, ni el nombre, ni la ciudad donde viven…
Hay que resaltar que fue E.A. Poe el primer autor que configuró tal y como lo conocemos hoy este subgénero narrativo.

ESTILO.
PERSONAJES.
Los protagonistas de los cuentos son personas desequilibradas: unas con un comportamiento patológico, otras que por lo menos resultan inquietantes al lector. Pero todos estos personajes presentan una característica común: su desbordante inteligencia, que en unos caso le sirve de redención, como en El escarabajo de oro, y en otras en las que esa inteligencia a la postre es vencida por la personalidad enfermiza del personaje. Estos personajes  están perturbados, viven solitarios, son antisociales y con una conciencia amoral. Al autor le interesa el carácter y todo su empeño narrativo, junto a la creación de ambientes, se dirige a este fin. Así, casi no dice en ocasiones el nombre, la ocupación u otros datos complementarios mínimos de sus personajes. Esto es lo que sucede con los de este cuento, tanto del asesino como de su víctima.
Si la información sobre los protagonistas es mínima, aún menos detalles se dan de otros personajes secundarios y eso teniendo en cuenta que en sus narraciones no aparecen muchos.
TÉCNICA NARRATIVA Y Estilo.
El cuento comienza por el final,  in extrema res. El narrador protagonista confiesa que los hechos que va a contar son ciertos, así como que es culpable de un asesinato. Se supone que hay un narratario, alguien al que cuenta esos sucesos, pero no aparece identificado, o ese narratario es el propio lector al que se dirige. Este inicio supone recuperar acontecimientos ocurridos antes del inicio del relato (analepsis).
El hecho de que sea el propio protagonista el que cuente unos hechos tan crueles, produce la sensación de que son ciertos, pues, al fin al cabo, está confesando un crimen. De todas maneras, el objetivo principal no son los hechos, sino el intento de lograr en el lector una sensación de opresión gracias a la presentación que realiza del asesino y de la angustia del anciano. Del mismo modo que esa atmósfera cerrada, oscura, asfixiante en la que se mueven los personajes angustia al lector, que de antemano sabe que ahí va a ocurrir algo malo.
En cuanto al lenguaje utilizado hemos de afirmar que no está cargado de recursos literarios; más bien lo contrario, la oración es ágil, descriptiva en momentos puntuales, buscando el impacto en el lector con el contenido, más que con alardes formales.
En cuanto a algunos rasgos estilísticos característicos de Poe, podemos comentar los siguientes. La sencillez de su prosa se puede observar en la construcción sintáctica, con oraciones no muy largas en las que predomina la coordinación. Es la manera más efectiva para el desarrollo narrativo al imprimir un ritmo dinámico.
En el texto apenas hay diálogo, tan solo la pregunta directa del viejo: ¿Quién está ahí? Pero en sus cuentos, la presencia de diálogo sirve también para dinamizar el ritmo.
En el texto, como en general en los cuentos, no encontramos muchos recursos propiamente literarios. No obstante, comentamos alguno que aparece aquí. El asíndeton de la línea 7, “Seguía sentado, escuchando…” que se refiere al anciano cuando ya despierto intenta averiguar lo que sucede en su dormitorio; esa incertidumbre de lo que ocurre se acrecienta con la serie no acabada de verbos.
Y a continuación un símil sin intencionalidad estética, pero importante en el desarrollo de la acción: “Seguía sentado, escuchando… tal y como yo lo había hecho… mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte”. Porque siendo consciente del sufrimiento que causaba, durante una hora mantuvo en alerta al viejo.
La participación afectiva del narrador en las sensaciones que intenta describir se hacen presentes en el texto. Con ellas el propio narrador participa de las consecuencias del terror que recrea. En la línea 9 lo podemos ver: “¡Oh, no!”
En el fragmento encontramos una muestra del estilo directo cuando el propio narrador reproduce los pensamientos del anciano en esos momentos angustiosos, línea 17: Pensaba: “No es más que el viento en la chimenea…”.
Con la anadiplosis de la líneas 18 y 19: “pero todo era en vano. Todo era en vano…”. La repetición afianza la seguridad de que el peligro que sufría era cierto. Otra repetición, en este caso en el desarrollo del mismo enunciado, hallamos en las líneas 21 y 22, con un efecto similar al marcar con la repetición una palabra clave: “…era la que le movía a sentir…, a sentir la presencia…”.
Hay una personificación, en la línea 19, al presentar la muerte que rondaba al viejo como si fuera un ser vivo que se aproximaba a él; esa muerte, era él mismo, el asesino: “porque la Muerte se había aproximado a él”. Este tratamiento se señala así mismo como si el sustantivo fuera un nombre propio al escribirlo con mayúsculas.
En las líneas 20 y 21, se acrecienta el peligro mortal que sufre el anciano, con la presencia de epítetos: “Y la fúnebre presencia de aquella sombra imperceptible era…
Valoración personal. (2 puntos). (El alumno redactará una valoración personal acerca de las ideas que la obra –no el fragmento- le sugiere. Se valorará su capacidad para relacionar la obra con otras manifestaciones artísticas, sean literarias o no, de cualquier época).
Independientemente de que Poe guste o no guste, hay que reconocer que es un narrador excelente. Su eficacia narrativa para crear atmósferas o ambientes que atrapan al lector es algo indudable. Sin embargo, también hay que reconocer que es un escritor que suscita admiración o desprecio según la propia personalidad del lector. Es un autor de culto para aquéllos que les gustan los temas misteriosos, que despiertan temor, miedo, terror, angustia…; pero para otros que rehúyen esta temática, les puede resultar el autor hasta antipático. Son precisamente estos cuentos los que más polémica han originado, porque otros de temática diferente, como los detectivescos o los basados en el humor o en la pseudociencia son más neutros en cuanto a las pasiones: gustan o no gustan, pero sin levantar los ánimos. Lo que sí está claro es que los cuentos de Poe marcan; es difícil, olvidar el asunto de cuentos como los leídos.
De todas maneras, el escritor no siempre debe acomodar su producción a lo esperado por el público. Probablemente una de la claves de su mérito literario sea la de poner de relieve aspectos negativos que están presentes en el alma humana y que procuramos obviar, como si no existieran, tal vez con miedo a no ser capaces de controlarlos, o incluso a despertarlos. Bien es verdad que estos impulsos destructivos en los cuentos de Poe están atribuidos a personas enajenadas mentalmente o con problemas psiquiátricos, dolencias también tabú en nuestra sociedad actual. Sin embargo, nadie puede asegurar que en algún momento de su vida, o que algún ser querido, no padecerá algún trastorno de este tipo. Tal vez por eso, deseamos rehuir de todo lo que recuerde o pueda despertar este temor.
La influencia de Poe en todos los ámbitos literarios es inabarcable. Influyó en el movimiento simbolista francés, en el género de la ciencia-ficción, en el género detectivesco, pero, sobre todo, en la novela de terror.
Por otro lado, de sus obras se han hecho innumerables versiones:
- cinematográficas: La caída de la casa Usher, de Jean Epstein. Del año 1941 es la versión de El gato negro que dirigió Albert Rogell;
- teatrales: su obra El cuervo o El corazón delator han sido adaptadas al teatro;
- musicales: Radio Futura y Joan Báez han versionado su poema Annabel Lee; y Lou Reed o The Alan Parsons Project compusieron álbumes homenajeando a Poe;
- y hasta hay un videojuego que se basa en los cuentos El tonel de amontillado, El corazón delator y Berenice.
Las obras policíacas de Poe protagonizadas por el ficticio C. Auguste Dupin, iluminaron directa y decisivamente toda la literatura del género posterior.
Poe también influyó de forma decisiva en la ciencia-ficción, muy notablemente en el francés Julio Verne, quien escribió una secuela de la novela La narración de Arthur Gordon Pym. Verne la tituló La esfinge de los hielos. El autor británico de ciencia-ficción H. G. Wells apuntó que «Pym narra todo aquello que una inteligencia de primer orden era capaz de imaginar sobre el Polo Sur hace un siglo». Ya en el siglo XX, escritores de terror y ciencia-ficción tan importantes como H. P. Lovecraft y Ray Bradbury se han inspirado abiertamente en Poe.
El crítico Alfred Kazin fue el primero en identificar la conexión entre Lolita y Poe, que se casó con su prima carnal de 13 años, y de cuyo poema Annabel Lee, Nabokov tomó prestado el nombre para la niña en quien Humbert, el protagonista, sitúa el origen de su destructiva pasión.
Poe  influyó también en la narrativa hispanoamericana, especialmente en Cortázar y Borges.


Te presento esta novela ambientada en Salamanca que acabo de publicar, por si te animas a leerla.

SINOPSIS

El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso.

El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 

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[1] La letra escarlata cuenta la historia de la vergüenza y el castigo públicos de una joven que se llama Hester Prynne. Tiene lugar en Boston (en la Colonia de la Bahía de Massachussets) a mediados del siglo XVII. Cuando Hester embaraza, todos creen que ha cometido adulterio. Hace dos años que está separada de su esposo, y por lo tanto el niño no puede ser suyo. Los magistrados la obligan a llevar una letra "A" escarlata en el canesú de su vestido para que todos sepan su pecado.

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