COMENTARIO DE TEXTO.
“El clérigo ignorante”/ Gonzalo de Berceo
Era un simple clérigo pobre en sabiduría,
su misa a Santa María
decía cada día,
no sabía decir otra,
siempre la repetía,
más la sabía por uso que
por sabiduría.
Fue el misacantano al
obispo acusado
de que era idiota y mal
clérigo probado:
“Salve Sancta Parens”
sólo tenía usado,
no sabía otra misa el
torpe embargado.
Fue duramente movido el
obispo a saña.
dijo: “Nunca de prete
alguno oí tal hazaña”.
Mandó: “Decid al hijo de
tan mala entraña
que venga ante mí y no se
ande con mañas”.
Vino ante el obispo el
preste pecador,
tenía por el gran miedo
perdida la color.
No podía de vergüenza
mirar a su señor,
nunca estuvo el mezquino
en condición peor.
Díjole el obispo:
“Preste, dime la verdad,
si es tal como dicen la
tu necedad.”
Díjole el buen hombre:
“Señor, por caridad,
si dijese que no, diría
falsedad”.
Díjole el obispo:” Cuando
no tiene ciencia
para cantar otra misa, ni
tiene sentido ni potencia,
Te prohíbo que oficies,
lo pongo por sentencia:
vive como mereces con
otras ocurrencias”.
Hizo el preste su vía
triste y desairado,
no sabía qué hacer de tan
avergonzado,
recurrió a la Gloriosa
lloroso y desolado,
que le diera un consejo
porque estaba aterrado
La madre Gloriosa, madre
sin lesión,
Apareciósele al obispo
luego en visión.
Díjole fuertes dichos, un
pequeño sermón,
Descubriole con ello todo
su corazón.
Díjole bravamente: “Don
obispo lozano
contra mí, ¿por qué has
estado tan fuerte y tan villano?
Yo nunca te falté ni por
valor de un grano
y tú me has faltado a mí
de un capellano.
El que cantaba mi misa
sin perder ningún día,
tú dijiste que erraba, de
hereje lo ponías:
lo juzgaste por bestia,
de mollera vacía,
le quitaste la orden de
la capellanía.
Si tú no le mandares
decir la misa mía
como solía decirla, muy
gran querella habría:
y tú serás finado el
trigésimo día.
¡Entonces verás qué vale
la saña de María!
Quedó con amenazas el obispo espantado,
mandó buscar deprisa a
aquel preste vedado,
rogole perdonase lo que
había pasado,
porque en su asunto fue
cruelmente engañado.
Mandolo que cantase como
solía cantar,
fuese de la Gloriosa el
siervo de su altar
y si algo le faltase para
vestir o calzar
que a él se lo pidiese
que lo habría de dar.
Tornó el hombre bueno en
su capellanía
sirvió a la
Gloriosa, madre Santa María;
murió en su oficio, un
fin que yo querría
y fue el alma a la gloria
a la dulz cofradía.
No podríamos nos tantogg escribir ni rezar,
aun cuando bien
pudiésemos muchos años durar;
tantos son los milagros
que podríamos contar
los que por la
Gloriosa se quiso Dios mostrar.
1. ESTRUCTURA.
1.1. Externa.
Texto
completo en verso perteneciente a la obra de Berceo, Milagros de Nuestra Señora. El texto está escrito en versos
tetradecasílabos o alejandrinos, por tanto, son versos de arte mayor compuestos,
con una cesura hacia la mitad del verso. Cada cuatro versos forman una estrofa.
Esos cuatro versos riman en consonante todos; su rima, en cuanto a la
estructura, es continua. O, dicho de otra manera: son versos monorrimos. Esta
estrofa se llama cuaderna vía. Es utilizada en la Edad Media por el
Mester de clerecía. Normalmente son construcciones métricas perfectas; sin
embargo, el texto al estar adaptado al castellano moderno, no respeta las
catorce sílabas del original. Así, por ejemplo, el verso 2 tiene 15 sílabas.
En cuanto al tipo de
discurso nos encontramos con narración, descripción y diálogo, señalados en el
análisis de la estructura interna.
1.2. Interna. Como narración completa que es podemos estructurar el
texto en tres partes.
-Planteamiento: del verso
1 al 12. Se trata de una descripción del clérigo y se plantea el conflicto: el
clérigo es acusado al obispo de ser un ignorante.
-Nudo: del verso 13 al 48.
Entrevista de los dos para averiguar el obispo si es cierta la acusación. Lo
desposee de la orden sacerdotal. El clérigo implora a la Virgen. Ésta se aparece al
prelado para reprocharle su decisión y amenazarlo si no restituye a su
protegido en el cargo.
-Desenlace: del verso 49
al 56. El obispo nombra de nuevo sacerdote al protegido de la Virgen.
2. TEMA.
Protección prestada por la Virgen a un clérigo cesado
como sacerdote por su ignorancia.
3. RESUMEN.
Un clérigo bastante ignorante es acusado ante su obispo de no
estar preparado para ejercer su oficio. Es llamado por su superior para que se
defienda de la acusación. El cura admite que es cierta, por lo cual le retira
la orden sacerdotal. El clérigo se encomienda a la Virgen. Esta se
aparece al obispo y le recrimina la decisión adoptada recomendándole que
restituya en su cargo a su protegido si no quiere morir en plazo breve. Y así
lo hace, ofreciéndose, además, a prestarle ayuda económica.
4. ANALISIS DE LA
FORMA.
4.1. Plano fonológico, fonético y prosodemático.
La entonación del texto varía según las distintas partes. Es
fundamentalmente enunciativa en la mayor parte de él al estar contando hechos
externos acaecidos a unos personajes que son distintos al narrador. Sin
embargo, en el diálogo también hay muestras de una entonación exclamativa, como,
por ejemplo, cuando la Virgen
se enfada con el obispo en el verso 48: ¡Entonces
verás lo que vale la saña de María! Además, hay entonación exhortativa,
versos 11 y 12: Mandó: “Decid al hijo de tan mala entraña…”;
también, en el verso 17: Díjole el
obispo: “Preste, dime la verdad, …”, ... e interrogativa en el verso 38: ¿por qué has estado tan fuerte y tan
villano?, en el mismo diálogo para reflejar el deseo de los personajes de
influir en los otros.
La
presencia de vocativos, (apóstrofes)17, 19...: “Preste, dime...” es propia también de los textos dialogados.
Tienen una función fundamentalmente apelativa, de llamada de atención.
Hemos de anotar un epíteto épico en el verso 33. La virgen Gloriosa, madre sin lesión,
con una entonación próxima a la exclamativa. Su misión es esencialmente descriptiva,
aunque de carácter explicativo; es decir, está resaltando una cualidad
intrínseca de la Virgen.
Este recurso es una imitación de los epítetos que utilizaba
el mester de juglaría para caracterizar de forma rápida y repetitiva a sus
personajes.
4.2. Plano morfosintáctico.
La presencia de adjetivos
es escasa. Los que hallamos se encuentran sobre todo en las dos primeras
estrofas; es decir, en la parte descriptiva. Se utilizan para presentar al
clérigo y para referirse al mismo después de quitarle la orden sacerdotal.
Todos ellos son negativos: simple 1, pobre en sabiduría 1, mal clérigo 6, el torpe embargado 8, preste pecador 13...
Los verbos del texto son diferentes según la parte del mismo
que veamos. En las partes narrativas nos encontramos con el pretérito perfecto,
tiempo perfectivo que permite el avance de la narración. Fue 5, vino 13, estuvo 16, hizo 25...
En las descripciones, el pretérito imperfecto, que es el
tiempo de la descripción dentro de la narración, ya que es imperfectivo: es como
si se paralizara la acción y permitiera una mirada detallada al escenario donde
se mueven los personajes: Era 1, decía 2, no sabía 3, repetía, era 6, tenía 7...
En las partes dialogadas
hay dos tiempos que destacan: el presente de indicativo, que es el propio de la
comunicación directa –hablamos en presente-, dicen 18, tiene 21, prohíbo 23, pongo 23; y el presente de imperativo, mediante el cual un
personaje intenta influir en el otro. Dime
17, vive 24
Las oraciones que más abundan en el texto son las oraciones
simples; además, casi todas repiten una misma estructura sintáctica al estar
encabezadas por el verbo. Esto hay que interpretarlo como una búsqueda de un
estilo sencillo.
Un detalle que llama la atención es la repetición poco
elegante de numerosas palabras: tiene
21, 22 sabía 3, 4, díjole, 10, 17,19. Esta circunstancia
hay que interpretarla no como un descuido del autor, que sabemos que era un
maestro en la versificación, como buen poeta del mester de clerecía, sino como una
búsqueda de claridad y sencillez con el fin de llegar de la manera más simple a
un auditorio seguramente no muy culto.
A propósito de las partes dialogadas del texto, hay que
comentar que éstas se encuentran en estilo directo, reproduciendo literalmente
las palabras de los personajes introduciéndolas con verbos de dicción.
Figuras literarias encontramos muy pocas. Hemos de comentar un
epíteto épico, La virgen Gloriosa, madre
sin lesión, en el verso 33. Esta forma de presentar a la Virgen, es parecida a la
que utilizaban los juglares para referirse a sus personajes. Es una muestra más
de la influencia del estilo juglaresco en el mester de clerecía.
Hay una polípote no muy significativa en los versos 39 y 40: falté, faltado…
4.3. Plano léxico-semántico.
El vocabulario es muy
sencillo. Se utilizan términos muy coloquiales: bestia, mollera 43, espantado, mañas... Esto hay que interpretarlo como una muestra de la
selección que Berceo efectúa en su estilo para llegar a unos receptores muy
simples.
El campo semántico que podemos señalar en el texto está
referido a palabras relacionadas con el oficio del clérigo: misa, Santa María, misacantano, obispo,
clérigo, preste, pecador, oficiar, sermón, capellano, cantaba, misa, hereje,
orden, capellanía, altar...
Dentro del vocabulario es de resaltar algunas palabras
relacionadas con el mundo de la judicatura. El preste es acusado, juzgado y
sentenciado por el obispo. El cura recurre a la Virgen que se convierte en
su abogada ante el juez / obispo: sentencia
23, recurrió 27, consejo 28, fuertes dichos
35, contra mío 37, juzgaste 43, querella 44.
Es llamativa la presencia de sinónimos para referirse a
clérigo, sobre todo si este fenómeno lo comparamos con las repeticiones de
palabras comentada anteriormente.
No tenemos
apenas figuras literarias. Podemos apuntar las parejas de antónimos que forman
antítesis: luego / enseguida 32, oyó / desoyó 29 y 31, fuertes / pequeños 35.
5. Análisis del contenido.
Ya se comentó en su
momento el uso de la estrofa llamada cuaderna vía, como propio de un grupo de
escritores del siglo XIII que se caracteriza fundamentalmente por el uso de
esta estrofa: el mester de clerecía. La función comunicativa de sus escritos es
didáctica: enseñar, inculcar distintos preceptos religiosos con narraciones
sencillas de carácter religioso.
Estos
clérigos, probablemente por haber observado previamente el éxito de los
juglares, imitan bastantes rasgos de éstos como receta segura de llegar a un
auditorio similar: en el texto ya se ha comentado el uso de los epítetos
épicos.
Aunque la
temática es religiosa, hay que apuntar que, en las narraciones, los personajes
religiosos aparecen muy humanizados. Es el caso en este milagro de la Virgen, que se enfada y
amenaza al obispo; pero también de éste cuando se enfurece con el pobre clérigo.
Y a propósito de la temática, hay que comentar que no es Berceo quien se
inventa las historias. Están ya en la tradición literaria latina; en ocasiones,
es el propio autor el que nos recuerda las fuentes donde se ha inspirado. Esto,
no obstante, no es óbice para reconocer la maestría en las adaptaciones que
realiza el riojano.
También ha
sido comentada la presencia de un vocabulario jurídico que tal vez se pueda
entender si tenemos en cuenta que Berceo fue notario.
Por último,
dos referencias sociales presentes en el texto. La primera es la figura del
clérigo ignorante, ejemplo de otros muchos de la Edad Media, que, con una
preparación deficiente, se incorporaban al seno de la Iglesia como forma de
medrar. La segunda es que Berceo contribuye con este libro a expandir la
devoción mariana, propósito de la
Iglesia en esta época.
6. Conclusiones.
Poema típico del mester
de clerecía y de Berceo por su métrica –versos alejandrinos y agrupación de
éstos en una estrofa llamada cuaderna vía- y temática –religiosa y didáctica.
Hasta podíamos decir que propagandística, pues el interés último que sigue
Berceo es atraer peregrinos a su convento para que dejen limosna. También hay
que resaltar el carácter narrativo de estas muestras literarias.
Un poco de publicidad personal...
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